No cabe duda. El político profesional no se inventa ni se improvisa. Se forma. Se forma con los años. Y se forma bien con un buen maestro, pero también en la práctica, en el ejercicio diario. Y resaltan y destacan más sus cualidades si además posee inteligencia, talento.

 

Me ha gustado el tono que usó el coordinador de los diputados del PRI en la Cámara de Diputados federal, Manlio Fabio Beltrones, al revirar a un señalamiento del gobernador de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre, del PRD.

 

Resulta que el lunes pasado, Manlio pidió a los gobernadores (no se refirió a uno en concreto, pero el de Guerrero se puso el saco) replantearse su permanencia en el cargo si no pueden contener la violencia de los grupos criminales, y, de paso, advirtió también que la presencia de grupos civiles armados puede generar signos de ingobernabilidad.

 

En conferencia de prensa, dijo: “Los Gobernantes (de las entidades donde se está presentando el problema) deben, con preocupación y responsabilidad, atender las necesidades de la población, y si no son capaces o suficientes de brindarles protección, seguridad y justicia a cada una de ellas, deberían de replantear en buena parte el funcionamiento de su Gobierno y de ellos mismos".

 

Fue crítico y directo: ninguna autoridad debe refugiarse en guardias comunitarias para no atender lo que es su responsabilidad: dar seguridad a los habitantes de su estado.

 

Dio un argumento que me parece contundente, de peso, puntual, irrebatible: “… la seguridad la da el Estado mexicano. Para eso se formó el Estado mexicano; de lo contrario el Estado será sustituido por quienes sí hagan el trabajo, muy aparte de las autoridades que fueron electas".

 

Preguntado sobre el caso, el gobernador de Guerrero, en lugar de responder con razones y justificar legalmente la situación en su estado, acudió al expediente fácil de agredirlo verbalmente. Afirmó que Beltrones hizo tal declaración por su vocación represora y porque "respira por la herida". No fue lejos por la respuesta.

 

El sonorense respondió que no personalizaría ninguna discusión al respecto, pero con mucha elegancia, sin usar diatribas, puso en duda en qué condiciones habló Aguirre. "Primero me voy a enterar si estaba sobrio, para saber en qué condiciones pudo emitir una declaración tan irresponsable”.

 

"Sigo con mi preocupación, porque en algunas entidades se reproduzcan irresponsablemente las llamadas guardias comunitarias y esto lastime el Estado de derecho”.

 

"Lo que habría que preguntarse en todos estos lugares es ¿se respeta el Estado de Derecho? ¿Estamos cumpliendo con nuestras obligaciones o solamente eludiendo nuestras responsabilidades?", cuestionó.

 

Insistió que es responsabilidad de las autoridades proporcionar seguridad pública a la población. "Especialmente del Estado mexicano y de quienes lo conforman y nadie puede eludir su responsabilidad".

 

¿Qué se le puede cuestionar? Absolutamente nada. Tiene toda la razón.

 

Manlio utilizó argumentos. Cosa de recordar que el sonorense se formó con un veracruzano, don Fernando Gutiérrez Barrios (y de ahí su relación con gentes como Héctor Yunes Landa o Marcos López Mora) y habría que ver su currículum para entender el bagaje que trae encima.

 

En su estado fue diputado federal y senador, presidente del PRI estatal, secretario general de Gobierno y gobernador; fue dirigente nacional de la CNOP, también, subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, ha presidido las Cámaras de Diputados y Senadores y ha coordinado a los diputados y a los senadores de su partido en ambas Cámaras, además de que fue precandidato a la Presidencia de la República por su partido.

 

Sin duda, es un político profesional. Ningún improvisado.

 

Algo que llama la atención es que, por lo que han venido repitiendo sus dirigentes, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI no dejará esta vez sueltas las elecciones que habrá en 14 estados del país, entre ellos Veracruz.

 

El pasado 8 de febrero, la secretaria general del CEN tricolor, la yucateca Ivonne Ortega Pacheco, mostró que está pendiente y que tiene la radiografía político-electoral de cada entidad.

 

La ex gobernadora fue elegida en el cargo el pasado 12 de diciembre y desde un principio se puso en claro que ella sería quien operaría las elecciones de este año.

 

Al rendir protesta entonces, ante el dirigente nacional César Camacho Quiroz, aseveró que estaría “en cada elección, en cada contienda, en donde están los retos, los problemas, los desafíos”. Parece que así será.

 

El 8 de febrero, decía, publicó en Twitter información acerca de las campañas que tendrán lugar en Veracruz. Dio información completa sobre el estado, desde la lista nominal de votantes, cuántos son mujeres y cuántos hombres, cuántos jóvenes de 18 años, cuántos nacieron en el estado y que el resto proviene de Puebla, Tamaulipas y Tlaxcala, cuando inicia el registro de candidatos y cuando termina, cuando se inició el proceso y cuando inician las precampañas y de cuántos días no se pueden exceder las campañas, información que complementa con la que tiene su blog y que se encuentra en ivonne.mx

 

Pienso que el hecho de que esta mujer haya gobernado su entidad le dio toda la experiencia para saber qué es una campaña política electoral, cómo desarrollarla y qué se requiere para tener éxito, pero también para detectar cuándo se están haciendo bien las cosas y cuándo no. Muchos políticos cuenteros, que han hecho del bluf una forma de vida, rolleros, chocholeros, no tendrán cabida con ella, seguramente.

 

Por lo que se ve, está documentada sobre Veracruz y tendrá el pulso en sus manos. ¿Acaso con su twitt quiso enviar un mensaje de aguas que estoy pendiente?

 

Eso, como quiera que sea, será una presión para la dirigencia estatal, pues le estará marcando el paso desde el centro. Acaso la elección de julio pasado haya dejado una lección que no quieren que se vuelva a repetir.

 

Pero, además, si se presta la atención debida, en el Comité Ejecutivo Nacional, a diferencia de lo que se lee, escucha o ve en otros estados, han hecho a un lado el triunfalismo anticipado y ven las cosas como son: difíciles.

 

Desde el 14 de diciembre pasado, al hablar con reporteros con los que se reunió entonces con motivo de las fiestas de fin de año, la secretaria general del CEN priista, a pregunta expresa, consideró que los focos rojos serían todos, “hasta que no se llegue al proceso electoral y tengamos las actas ganadas; hasta ese momento cambiamos el semáforo a verde, pero en este momento, todos tienen un alto grado de complejidad”.

 

La ex gobernadora dijo que el reto para el PRI en el proceso electoral de este año es que se puedan lograr candidaturas donde esté la fuerza del priismo representado, y que en la elección sea el candidato que mejor representación electoral pueda tener.

 

Ortega Pacheco destacó que para que el Revolucionario Institucional siga cosechando triunfos como lo hizo en 2012 se tienen que modificar muchas de las cosas que los llevaron a tener derrotas en el pasado.

 

Consideró que tienen que trabajar para que vuelvan a ser una oferta electoral para los que en este momento todavía no creen en el PRI, y la única manera de lograrlo es mostrando la diferencia que hay en cómo se veía el PRI y lo que se está haciendo actualmente.

 

Refirió que las 14 entidades tendrán la atención que merecen. “Estaremos de cerca acompañando a nuestros candidatos, tomando decisiones, por muy difíciles que sean, pero tomando las decisiones adecuadas, que permitan que podamos entregarle al priismo un resultado positivo”.

 

Ortega, como seguramente César Camacho, querrán entregar los mejores resultados a su jefe Peña Nieto. En Veracruz, nadie podrá echarse a la hamaca.