En la medida que pasan los días, los solicitantes de audiencia en el Edificio del Partido Revolucionario Institucional se multiplican.

Unos llegan precedidos de apoyadores voluntarios y pagados; otros han pintarrajeado vehículos bajo el apoyo de una real o supuesta Asociación Civil que, por lo general, inicia su nombre con las letras de su formador que, casualmente, resulta ser el aspirante.

Pero la estrategia de la base dirigente es muy simple: No despachan en estos días previos a la celebración de la XXI Asamblea Nacional, en sus oficinas, y prefieren celebrar reuniones <<abiertas o cerradas>>, en lugares diferentes, hoteles incluidos.


Cada quien es responsable de la tarea a su cargo. Hacerlo en el edificio propio o en ajenos, es su boleto.

Lo que no parece serio es esconderse de la militancia que buscan saber cómo andan sus bonos políticos.

Y cierto, hoy una salida que pudiera ser justificada, es la celebración de la Asamblea Nacional que inicia, precisamente, el primer viernes de marzo, el día en que los Chamanes de Catemaco y otras tierras de santerías y oraciones, limpias y profecías, celebran el gran día. El día en que lo oscuro se vuelve claro y lo claro negro.


Asamblea Nacional, que por cierto, resultará catársica para el hoy Partido en el poder.

De lo que allá suceda, las repercusiones se conocerán en primera instancia, el primer domingo de julio.

Ya se verá hasta donde llega la voluntad del PRIismo por acercase a la sociedad, esa misma que el año pasado llevó a Enrique Peña Nieto a Los Pinos.


Ya se verá.

PD. Emilio: ¿Qué quieres que diga tu epitafio? Y el epitafio aún no se escribe..

P.D. ¿A quien, los arquitectos de la Alianza Doble A, le echarán la culpa HOY, de tantos traspiés y tumbos?