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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Las consecuencias en Veracruz
Arturo Reyes Isidoro
27 de febrero de 2013
alcalorpolitico.com
Estupefacto, cuando vi anoche antes de las ocho por televisión la conferencia de prensa que ofreció el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, anunciando la detención de Elba Esther Gordillo por el delito de operaciones con recursos de procedente ilícita por al menos 2 mil millones de pesos, me transporté a aquel 10 de enero de 1989 cuando el gobierno entrante del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari aprehendió a Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, hasta entonces poderoso dirigente petrolero del país, con lo que acabó con todo un imperio de corrupción y un cacicazgo que se había convertido en un poder tras el poder.
 
Dos días antes de que cumpliera 67 años, La Quina fue aprehendido con lujo de violencia en su casa en Ciudad Madero, Tamaulipas, cuando todavía dormía. Entonces, elementos del Ejército y de la policía federal le “encontraron” un verdadero arsenal como para armar a todo un ejército, suficiente para ponerlo tras las rejas. Desde entonces, siempre se dijo que las armas le habían sido sembradas y que la aprehensión era un recurso de Salinas para legitimarse ante el pueblo mexicano pues había la duda de que quien realmente había ganado la elección había sido el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, pero que también era un acto de venganza política porque el líder petrolero había apoyado abiertamente al candidato de izquierda ordenando a todos los trabajadores petroleros a votar por él.
 
Esa versión la confirmaría el propio dirigente cetemista Fidel Velázquez a un funcionario de la embajada norteamericana, lo que se conoció al desclasificar documentos, años después, el gobierno de los Estados Unidos. Salinas tenía apenas un mes en la Presidencia cuando actuó.
 
Veinticuatro años después, el pueblo mexicano vive otro episodio parecido, aunque con un fondo distinto. No hay duda de que Enrique Peña Nieto ganó la elección por mayoría, sin desestimar los señalamientos de la oposición de que hubo anomalías, y no hay duda de que Elba Esther Gordillo estaba enriquecida ilícitamente, ejercía un cacicazgo, se había adueñado del manejo de la política educativa del país, había doblegado a presidentes de la república y a gobernadores para lo cual incluso creó un partido político e imponía candidatos y autoridades, se había convertido en otro poder tras el poder y jugaba pulsos y retaba al poder legalmente constituido. Se acabó. Se acabó cuando el mismo sistema que la procreó quiso, porque la toleró por mucho tiempo, lo mismo el sistema priista que el sistema panista.
 
Pero es muy temprano para conocer la verdadera causa o la causa principal, porque hay muchos filones para especular. Aparentemente por ahora, Peña Nieto lo habría hecho porque ella y su sindicato constituían el principal obstáculo para la modernización y el avance del país a partir de la política educativa, de una nueva política educativa planteada a partir de la Promulgación de la Reforma Constitucional en la materia que horas antes, un día antes, había firmado el Presidente en un acto celebrado en Palacio Nacional. En una de esas, por poco y aprehenden ahí a la chiapaneca si hubiera asistido al acto.
 
Sorprende la meticulosidad con que se informó ayer a la prensa sobre la causa de la aprehensión. La gráfica que se presentó no deja ninguna duda de que el caso se vino trabajando desde mucho tiempo atrás, de que se investigó a fondo, de que se confrontó información, de que se pidieron informes y colaboración a gobiernos e instituciones bancarias del extranjero y del país. Se ve que no quisieron dejar cabos sueltos, que no se sospechara que no se está actuando dentro de la legalidad, que la acusación estuviera sólidamente sustentada.
 
De acuerdo al diario Reforma, anoche mismo, a poco de darse el anuncio, hubo una reunión del secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, con gobernadores de la república, incluido el de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa. Es de pensarse que fue para tratar el tema y para prever las consecuencias y, por lo tanto, el manejo con las huestes sentistas, para cuidar que no se rompa el orden y para, se supone, tomar de una vez por todas el control de la política educativa en cada entidad como lo ha tomado el gobierno federal.
 
Si así fue, entonces no estaríamos lejos del fin de los profesores comisionados, aviadores, que son toda una legión, y de todas las canonjías que al final de cuentas le cuestan a los contribuyentes.
 
Por extensión, en el caso de Veracruz y seguramente de los estados donde este año habrá elecciones, la detención de Elba Esther Gordillo, el fin de su imperio, puede modificar también las circunstancias y quitar presión a los gobernadores en su alianza con la señora Gordillo y su partido el Panal, que seguramente si bien se cuidará de mantener esa organización para no perder los votos que representa, puede que se cambien las condiciones y las plazas que consideraba suyas, como la de Martínez de la Torre, donde hasta ahora está previsto postular al todavía diputado local Ernesto Callejas Briones, por presión de la Gordillo, aunque es evidente que tiene un gran arrastre el ingeniero Eduardo Sánchez Macías, director general de la cadena de periódicos El Heraldo.
 
Si hubiera la instrucción de aprovechar la detención de la Gordillo para hacer una limpia y acabar con toda la estructura de poder que creó en todo el país, entonces estaría en duda también la llegada del cacique sindical magisterial Juan Nicolas Callejas Arroyo al Congreso local y al liderazgo de la próxima diputación local priista, con lo que también se impediría que siguiera imponiendo candidatos impopulares y perdedores como lo pretende hacer en Misantla donde se empeña en que su hermano Ricardo, quien es del sur del estado, vaya como candidato a presidente municipal aunque su derrota esté cantada si por la oposición juega Gustavo Moreno Ramos.
 
En general, habrá que estar pendientes. No sería raro que a consecuencia de todo lo ocurrido este martes, el gobernador Javier Duarte de Ochoa aprovechara para hacer algún anuncio o declaración que modificara o actualizara su política y la estructura educativa del estado. No sería raro.