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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
La maestra que desafió al poder
Miguel Molina
28 de febrero de 2013
alcalorpolitico.com
Por el momento no ha pasado nada más, o casi nada. Es decir: Elba Esther Gordillo está en la cárcel, acusada de usar en beneficio propio miles de millones de pesos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, cuyo secretario general expresó solidaridad con la dirigente presa y declaró que espera que se haga justicia.
 
Los otros dirigentes del sindicato -que no esperaban lo que pasó- tardaron en reaccionar, y cuando lo hicieron fue para deslindarse de una manera tersa: no se trata de un asunto legal contra el SNTE sino contra la maestra, a la que juraron lealtad, cariño y solidaridad además de ofrecerle asistencia jurídica.
 
Pero tal vez la asistencia jurídica no sirva de mucho, porque es claro que la dirigente está pagando sus errores políticos.
 
Lo más probable ahora es que la señora Gordillo - como sucedió con Joaquín Hernández Galicia a principios del gobierno de Carlos Salinas - pase algún tiempo en la cárcel. Lo que hay que ver es quién va a ocupar su lugar en la organización sindical, y ese puede ser el nuevo problema. Pero no es problema ahora.
 
Por el momento, para entender por qué el caso Gordillo es político, hay que recordar que la maestra llegó a la dirigencia del SNTE no por elección popular sino por el arreglo político que coordinó Fernando Gutiérrez Barrios en la secretaría de Gobernación en 1989, poco tiempo después de la caída de Hernández Galicia.
 
Carlos Jongitud Barrios había sido líder del sindicato desde el viernes de septiembre de 1972 en que se apoderó de la sede de la organización con el apoyo político de Luis Echeverría y el apoyo armado de una treintena de simpatizantes. El gusto le duró diecisiete años, hasta el día en que el ex gobernador de Veracruz le anunció que tenía que renunciar.
 
Arturo Cano contó una parte de esa historia en La Jornada (http://www.jornada.unam.mx/2011/11/23/politica/010n1pol):
 
"Jonguitud recibe la noticia en la Secretaría de Gobernación, a cargo entonces de un viejo zorro veracruzano. Zorruno también, el entonces líder del SNTE juega más que evade: Yo no soy el secretario general, ¿a qué renuncio? Tiene razón. Trece años atrás, el potosino ha dejado su cargo formal en el gremio: ¿es renunciable el cargo de guía moral del magisterio nacional?", escribió el reportero.
 
Pero aunque Jongitud se alejó del sindicato, las cosas no cambiaron mucho en la organización, que en sesenta y cuatro años ha tenido tres líderes "morales" (el otro fue Jesús Robles Martínez) cuyo poder político creció de manera insospechada.
 
Si la opinión pública atribuía a Jongitud haber apoyado la primera campaña presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas, la clase política del PRI reprochaba a la maestra su papel de promotora de Vicente Fox y aliada política de Felipe Calderón.
 
La opinión pública se escandalizaba ante los desplantes de la maestra, que presumía de bolsas carísimas, vivía en casas carísimas en México y San Diego y disfrutaba de un avión privado. Pero el escándalo mayor eran sus declaraciones, que fueron subiendo de tono a medida que crecía su influencia en los círculos del poder.
 
En marzo del año pasado, Elba Esther Gordillo explicó a un reportero de El País (http://internacional.elpais.com/internacional/2012/03/10/actualidad/1331397567_724509.html) que los mexicanos no habían entendido que el SNTE "no es sólo una organización que defiende sus intereses, también es un garante de estabilidad política. Nada me costaría pedir a los maestros que salieran a la calle".
 
Esa es la clave. La reforma educativa no tuvo que ver. Según la propia maestra, el SNTE estaba de acuerdo con todo, menos con la palabra permanencia, que según ella implicaba la posibilidad de que los maestros que no tuvieran el nivel necesario para hacer su tarea se quedaran sin trabajo.
 
Este miércoles oí la entrevista que le hizo Carlos Marín en Milenio Televisión en enero de este año (puede verse en el sitio de internet del sindicato: http://multimedia.snte.org.mx/?p=2302).
 
Me queda bailando en la memoria el momento en que el periodista le pregunta cuál es el problema con la reforma educativa, por qué el sindicato la hace de tos... La maestra responde en el minuto 10:30: "No hagas cosas buenas que parezcan malas. No amenaces, exhorta".
 
Y uno se da cuenta de que Elba Esther Gordillo desafió al poder y perdió. Sus palabras la van a perseguir durante mucho tiempo. Ahora falta ver si los maestros van a salir a la calle.