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Columnas y artículos de opinión
La mirada de los otros
El bono demográfico y el horizonte…
Tomás Rodríguez Pazos
5 de marzo de 2013
alcalorpolitico.com
Los medios de comunicación mexicanos –privados o públicos-deciden cuales notas merecen nuestra atención. No se conforman con reportar los hechos y las referencias que nos permitiesen entender mejor el acontecer mundial o nacional. Compiten si en el volumen informático pero no en el análisis y valoración de los significados. Así, nos pasamos días y semanas atentos a la agenda televisiva y radiofónica, mientras los problemas cruciales de la sociedad mexicana ni se ven ni se escuchan.
 
Lo anterior, porque entre tanta acumulación mediática no percibimos el horizonte futuro de los niños y los jóvenes. Actualmente, son 20.2 millones las generaciones de quienes tienen entre 15 y 24 años, que entre la década del 2030 y 2050 se sumarán a la fuerza laboral existente, entonces se duplicará la fuerza laboral en potencia –15 años a 65 años--; tendremos un “bono demográfico” en palabras del INEGI y la CONAPO (Comisión Nacional de Población). Este bono, que parece interesar sólo a los expertos, puede constituirse en una opción trasformadora del desarrollo mexicano o en una inmensa frustración social. El “Pacto por México” firmado por los principales partidos para reformular las políticas del desarrollo del país, no precisa una estrategia para convertir este “bono” en algo realmente “bueno” para los mexicanos.
 
Ahora que se anuncia la consulta para definir el Plan Nacional de Desarrollo –documento que por ley debe elaborar la nueva administración federal— sería necesario incorporar las acciones y estrategias que pudieran asegurar a estos adolescentes y jóvenes de hoy un futuro laboral con certidumbre y dignidad.
 
A manera de sugerencias planteo estas acciones:
 
·        Profundizar la investigación educativa que se destina a detectar las deficiencias en los currículos de educación básica, media superior y superior, en relación a los campos laborales pertinentes al desarrollo colectivo e individual.
·        Hacer de la escuela un espacio plural de innovación organizativa, tecnológica y científica. De tal modo que los alumnos aprendan a trabajar en grupo, democráticamente, aprovechando las herramientas del conocimiento científico y los apoyos de los equipamientos tecnológicos.
·        Impulsar en la sociedad mexicana los valores humanos ligados al desarrollo personal—social de los adolecentes y los jóvenes, retomando los ejes rectores de la formación: aprender a ser, aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a convivir. Nuestra sociedad necesita construir vías a la educación, la cultura, el deporte, la tolerancia a las minorías y la solidaridad social.
·         Lograr la confluencia de esfuerzos de los sectores sociales y el gobierno para asegurar el crecimiento de la economía, con sentido de oportunidad y de modo sustentable, respetando las tradiciones y derechos de los habitantes. Ello, requiere de acuerdos entre inversores, propietarios, agrupaciones laborales y sociedad en general.
 
Si los ciudadanos no salimos de la rutina mediática seguiremos sin esperanza de mejoría. Es tiempo de mirar el horizonte.