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Columnas y artículos de opinión
Educar es la prioridad
Guillermo H. Zúñiga Martínez
16 de marzo de 2013
alcalorpolitico.com
Es muy difícil ofrecer el servicio educativo sin la aprobación de quienes representan las esferas burocráticas que tienen que ver con la autorización de documentos oficiales que posibiliten a los egresados su concurso en los campos laborales gubernamentales, pero la lucha debe continuar con la confianza que serán derrumbados los escollos construidos con base en la incomprensión y la ausencia de imaginación para atender a la población demandante del cambio que los haga ser diferentes y aptos para nuevas responsabilidades.

Lo que interesa es tener adecuada interpretación del artículo tercero constitucional, tan de moda por las reformas recientes. No me cansaré de repetir las palabras iniciales de ese ordenamiento histórico y rico, muy rico, en contenido social: “Todo Individuo tiene derecho a la educación”. Si esta idea es comprendida no puede ignorarse que una institución dedicada a esparcir cultura y nuevas concepciones sobre pedagogía, respalde de forma contundente a quienes quieran estudiar, eso es lo trascendente y merece ser impulsado por las fuerzas que nacen en las aspiraciones de la propia sociedad.

Como es conocido, ni Piaget ni Freire se dedicaron a educar durante sus años de creatividad, lo que más hicieron –como otros teóricos- fue reflexionar sobre las mejores maneras de educar a los alumnos con base en las líneas generales de la psicología, porque el primero revaloró el constructivismo y el brasileño hizo lo mejor por olvidar los contenidos que servían para enseñar a leer y escribir a los adultos, utilizando la psicología de las personas mayores, debido a que es muy distinta de las concepciones que tienen los niños; esos dos personajes son los más reconocidos por sus obras escritas pero Brasil, como muchos países latinoamericanos, sigue rezagado del avance científico que exigen los tiempos modernos.


Veracruz vive en educación un proceso dinámico alejado de los formas burocráticas que impiden el desarrollo cultural de los pueblos, porque no se puede –ni se debe- estar pidiendo mayor presupuesto para atender las exigencias principalmente de la juventud, cuando existen otras modalidades que permiten encauzarse hacia resultados halagüeños y verdaderamente aceptables en favor de los aprendientes.

Lo que se impone es profundizar en la autogestión pedagógica, en las formas de persuadir a la población a dedicarse a estudiar en sus ratos libres y dentro de las propias comunidades; es indispensable formar un ejército de promotores educativos que hagan posible que los campesinos, obreros, amas de casa, jóvenes sin recursos económicos sientan las acciones educacionales como una obligación que deben cumplir para que sus propias sociedades evolucionen y se muestren diferentes, diversas ante los ojos de la humanidad.

Cuando escribo estas líneas pienso en la urgencia de que la educación se popularice, que sea un trabajo de cada asesor solidario, así como se revista de entusiasmo, porque lo más importante es fundar hábitos de estudio, costumbres para leer, reflexionar, investigar y encontrar procedimientos adecuados para bregar por las sendas del saber, con la confianza social. Qué hermoso es contemplar la forma tan obvia en que el ser humano se transforma cuando después de entregar sus esfuerzos a la preparación durante varios años, logra conquistar otra personalidad y modifica sus ideas y concepciones hasta hacer que la educación sea una verdadera palanca de cambio.


Lo actual es cultivar valores, sembrar principios éticos, construir bases para despertar las hermosas líneas del arte, hacer pensar en el trabajo consciente y eficaz para impactar a la misma sociedad, porque ahora lo que ya no tiene discusión es que el conocimiento se puede adquirir utilizando la voluntad para hacerlo de manera creativa. Ya no existen ignorantes, hay quienes tienen Ipad y los que carecen de ella.

Lo interesante en el trabajo educacional es tener éxito en el convencimiento, porque si un aprendiente decide estudiar, emplea los caminos de la superación como un verdadero reto personal y cuando se logra influir en la comunidad, entonces el triunfo está asegurado. Qué es lo que procede hacer? Pues algo muy sencillo que depende del cumplimiento del deber: visitar las comunidades y hablar sobre la trascendencia de estudiar y enseñarles a encontrar el conocimiento por ellos mismos. Ése es el camino que debemos andar sin poner trabas ni críticas a un trabajo noble y lleno de amor hacia los demás.

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