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Columnas y artículos de opinión
PRD: el orden del caos
Helí Herrera Hernández
18 de marzo de 2013
alcalorpolitico.com
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Twitter:HELIHERRERA.es

No es novedad que los perredistas anden enfrenados. Los desacuerdos, las denostaciones, las bajezas, las descalificaciones entre sus militantes, dirigentes y hasta simpatizantes, desde 1989 en que surgió, parecen ser la sangre que corre por sus venas.

Ese ha sido el talón de Aquiles de ese partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Heberto Castillo, Pablo Gómez, Jesús Ortega, entre muchos otros, que les ha servido a varios de ellos como botín político-económico, ya porque a través de él han conseguido cargos públicos una y otra vez, o ya porque con él han hecho verdaderos negocios con las prerrogativas nacionales y estatales.


Sus desacuerdos y puja de intereses han sido las fortalezas de sus adversarios políticos, principalmente los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional, federales y locales, que han hecho de la captación el mejor instrumento de penetración, dominio y amancebamiento de ese instituto político, que ha venido perdiendo simpatía en el grueso de la sociedad nacional, salvado solamente por el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador y de expriístas que al no ser postulados por ese partido, se han refugiado en el sol azteca para conseguir gubernaturas.

En todas las elecciones intermedias su derrumbamiento ha sido notorio, perdiendo presencia tanto en la cámara de senadores y de diputados, como sucede también en las elecciones locales con cada vez menos legisladores y ayuntamientos ganados.

Veracruz no es la excepción. Años atrás el partido de la revolución democrática ganaba diputaciones federales de mayoría lo mismo que locales e infinidad de Ayuntamientos. Por ejemplo llegó a obtener las diputaciones federales por el distrito de Veracruz, Coatzacoalcos, Cosoleacaque, Papantla, y lo mismo aconteció con Ayuntamientos que hablaba bien de ese partido y pronosticaba un futuro promisorio. La realidad es otra y elección tras elección el PRD ha venido perdiendo terreno en principio frente al PAN, y posteriormente le ha entregado al PRI territorios que le había quitado a golpe de votos, y que se veía muy difícil que ello pudiera suceder, como ha ocurrido en todo el sur de nuestra entidad.


Han sido precisamente las prácticas de sometimiento de varios de sus líderes con el gobernador en turno, lo que ha propiciado el resquebrajamiento de ese partido, a grado tal que hoy es solo una caricatura de lo que fuera en los noventas y los primeros cinco años del nuevo milenio.

No es casual pues la tormenta que hoy vive el PRD en el Estado de Veracruz. Esta se avivó a raíz del anuncio hecho por una se sus corrientes cuando quisieron hacer alianza con el Partido (de) Acción Nacional para ir juntos en las elecciones de los 212 Ayuntamientos y las 30 diputaciones locales uninominales, que hizo que la mano que les paga extraordinarios dineros y hasta cargos públicos les exigiera el rompimiento de ese acuerdo, porque ponía en peligro el control del Poder Legislativo y lo que ello conlleva.

De allí en adelante hemos visto cómo el caos se ha apoderado de los dirigentes estatales perredistas, llevándose entre las patas a la militancia que es el momento que no sabe que está pasando en su partido: si van a ir finalmente con el PAN en la elección local, si van a ir solos, con que grupo tienen que registrarse para poder competir tanto en las diputaciones como en los ayuntamientos, dado que quienes acuden con los “oficialistas” a inscribir precandidaturas son objetados por el grupo de Juan Vergel y viceversa, cuando éste los registra los Daniel Navas y su pandilla hacen lo propio también.


Lo trascendental del caso es que ni Juan Montes de Oca, ni Sergio Rodríguez Cortes, ni Daniel Nava ni los Condado han negado las acusaciones que el grupo de Vergel Pacheco les hace de captación por parte del gobierno estatal, o de ostentar cargos públicos dentro de la estructura gubernamental, ya que de no ser cierto era lo primero que tenían que haber aclarado a la militancia y a la opinión pública, porque al no hacerlo dan a entender que tales acusaciones tienen algo de ciertas.

¿Qué va a pasar en este proceso electoral local con el Partido de la Revolución Democrática y su militancia que quiere participar?

¿Con qué grupo van a registrar sus candidaturas cuando unos a otros se deslegitiman, se acusan de corruptos, de deshonestos, de claudicantes, de títeres?


La militancia vive una incertidumbre tal que mejor están optando por irse a registrar por otros partidos políticos como el PT o Movimiento Ciudadano, puesto que no quieren que pase como la famosa alianza que firmaron con el PAN que a veces era, a veces no, y es hoy día que aun no se sabe si el comité ejecutivo nacional perredista tiene facultades para desconocer a los dos comités estatales que en la práctica existen en Veracruz.

El PRD lleva el riesgo de precipitarse del tercer lugar de preferencia electoral que tiene en el Estado y ser desplazado al cuarto y si siguen así hasta el quinto.

Lo que sí es cierto es que esta lucha intestina benefició tremendamente al PRI-Gobierno y que muestra, nos guste o no, que tiene sus tentáculos bien metidos no solo en el PRD diría yo, sino en algunos otros institutos políticos con registro nacional y estatal, si no… al tiempo.