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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Duarte rompe mitos
Raymundo Jiménez
21 de marzo de 2013
alcalorpolitico.com
Hasta ahora ningún ex gobernador había retornado a la entidad como Fidel Herrera Beltrán lo acaba de hacer con el total beneplácito de su sucesor Javier Duarte de Ochoa.

No fueron pocos los priistas y funcionarios del gabinete estatal que inicialmente se sorprendieron y hasta desaprobaron –obviamente en privado– la inesperada reaparición política del ex mandatario.

Pero con el paso de los días han caído en cuenta que Fidel Herrera tiene a salvo sus derechos políticos como ciudadano y militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y que por lo tanto al cuenqueño no tendría por qué restringírsele o negársele su participación electoral como en otras entidades ha ocurrido con ex gobernadores priistas que en 2012 fueron postulados para diputados o senadores al Congreso de la Unión.


Es más, el año pasado a Herrera Beltrán también se le llegó a mencionar como posible candidato al Senado de la República, nominación que finalmente no se concretó porque en ese momento las circunstancias electorales no le favorecían por la cerrada contienda presidencial atizada con la campaña negra que se desató desde el gobierno federal panista en contra de algunos ex gobernadores del PRI.

Hoy, en cambio, los vientos políticos han menguado y soplan a favor de Fidel y de su sucesor Duarte de Ochoa, cuya administración ha dejado también de sufrir el acoso político y mediático del panismo autoritario que gobernó el país hasta el 30 de noviembre de 2012.

No obstante, en un principio a muchos no gustó que Herrera Beltrán reapareciera en Veracruz pues suponían además que le haría sombra al gobernador Duarte o que sería el verdadero poder tras el trono como empezaron a intrigar los detractores del ex gobernante y del jefe actual del Poder Ejecutivo.


Pero hasta ahora, salvo la comida a la que asistió en febrero invitado por el gobernador Duarte en la Casa Veracruz, Fidel no ha vuelto a ser visto en una oficina pública ni mucho menos en Palacio de Gobierno. Tampoco ha aparecido públicamente luego de su fugaz presencia en los carnavales del puerto de Veracruz y Coatzacoalcos.

Según se sabe, el ex mandatario opera políticamente desde uno de sus despachos en la ciudad de México, a donde acuden aspirantes priistas a diputados locales y presidentes municipales. Esa es la encomienda que le delegó Javier Duarte y a eso se está abocando específicamente, en estrecha coordinación con algunos de sus discípulos, como Erick Lagos Hernández, presidente del CDE del PRI, y ahora con Jorge Carvallo Delfín, quien dejó la presidencia de la Junta de Coordinación Política de la LXII Legislatura local para hacerse cargo de la secretaría particular del gobernador, los cuales provienen del mismo grupo político y no tienen conflictos de lealtades porque tienen muy claro quién recibió y ejerce actualmente el poder en Veracruz.

Librado de esta función metaconstitucional que para otros gobernantes priistas ha resultado engorrosa o placentera –pues en Veracruz se han dado casos de ex gobernadores como Agustín Acosta Lagunes o Patricio Chirinos Calero que delegaban a sus secretarios de Gobierno y dirigentes priistas la selección de candidatos a diputados y alcaldes; o como el propio Fidel Herrera, que hasta jugaba y satisfacía caprichos personales con la repartición de las candidaturas–, el gobernador Duarte ha evitado subirse al ring electoral y, en cambio, se ha concentrado a cumplir cabalmente sus deberes legales que le exige el gobierno de la entidad, sin distingos ni prejuicios partidistas.


Así, pues, aunque seguramente debe estar muy bien informado acerca del proceso interno de selección de candidatos de su partido, el PRI, y de las otras fuerzas políticas coaligadas en la alianza “Veracruz para adelante”, el mandatario estatal está procurando aprovechar mejor su tiempo y oficio para seguir puntualmente la agenda política y legislativa nacional que va marcando la nueva administración federal del presidente Enrique Peña Nieto, lo que en caso contrario quizás le distraería y obnubilaría la calentura electoral.

Ahora mismo, por ejemplo, Duarte de Ochoa acaba de enviar al Congreso del estado una iniciativa muy similar a la que actualmente el jefe del Ejecutivo federal ha turnado al Congreso de la Unión para eliminar el fuero constitucional de todos los servidores públicos, incluido el Presidente de la República. En Veracruz, Javier Duarte ha propuesto también eliminar la inmunidad procesal hasta del propio gobernador.

Este martes, en conferencia de prensa, el secretario de Gobierno Gerardo Buganza Salmerón destacó que con esta iniciativa del gobernador que propone reformar los artículos 30 y 78 de la Constitución Política del estado, Veracruz se coloca a la vanguardia dado que ninguna otra entidad ha impulsado una reforma de este tipo.


Buganza enfatizó que de aprobarse esta reforma, los servidores públicos del gobierno del estado y municipios se verán más obligados a cumplir su deber con esmero, con pulcritud y no cometer ninguna falta.

Y ayer, en sintonía con el proyecto de Mando Único policiaco que busca impulsarse en el nivel federal, la administración del gobernador Duarte consiguió que los Cabildos de los municipios conurbados de Córdoba y Fortín aprobaran que la Secretaría de Seguridad Pública del estado, con el respaldo del Ejército y la Marina Armada de México, asumiera el control absoluto y las funciones operativas de la policía y de tránsito en ambas municipalidades.

Son los primeros casos pero vienen más, declaró ayer en Boca del Río Duarte de Ochoa, quien tampoco ha bajado la guardia en el combate a todo tipo de delincuencia.