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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Gobernador atípico
Raymundo Jiménez
22 de marzo de 2013
alcalorpolitico.com
El gobernador Javier Duarte de Ochoa bien puede ir escribiendo un alegato de autodefensa como aquél titulado “La historia me absolverá”, basado en el juicio que en octubre de 1953 debió enfrentar el revolucionario cubano Fidel Castro Ruz por los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, sucedidos el 26 de julio del año anterior.

Ante este juicio, Castro, entonces licenciado en Derecho Civil, decidió asumir su propia defensa.

Duarte de Ochoa debería hacer lo mismo, pues a estas alturas de su sexenio todavía a varios de sus gobernados, correligionarios priistas y hasta funcionarios de su gabinete les cuesta mucho trabajo digerir sus polémicas decisiones.


El último caso fue la invitación al ex gobernador Fidel Herrera Beltrán para que se sumara a la operación política-electoral y aceptara ser candidato a diputado plurinominal.

Pero ésta no ha sido la única decisión desconcertante asumida por el mandatario veracruzano bajo su entera responsabilidad y a un alto costo político para su propia imagen personal. Sin embargo, pese a los ladridos de sus detractores, Javier Duarte está aguantando vara convencido de que no se equivocó al reactivar políticamente a su antecesor Herrera Beltrán. La respuesta acerca de si su estrategia fue acertada o equivocada se verá reflejada fielmente en las urnas el 7 de julio próximo.

Sin embargo, si se hace un recuento puntual de las decisiones asumidas por Duarte de Ochoa a lo largo de estos tres años de su administración, se observará que no es la primera vez que el gobernante sorprende a propios y extraños.


El antecedente más reciente, por ejemplo, fue la sorpresiva designación en julio de 2012 de Enrique Ampudia Mello como subsecretario de Gobierno, un inesperado nombramiento que hasta la fecha todavía tiene desconcertados a los mismos duartistas, pues algunos de ellos aún dudan que realmente el ex funcionario chirinista haya roto políticamente con su ex jefe Miguel Ángel Yunes Linares, cuya campaña coordinó todavía en 2010. Pero, ¿cómo entender entonces ahora que Ampudia y Fidel Herrera, el enemigo más odiado por el ex candidato del PAN a gobernador, estén operando electoralmente juntos para Duarte y el PRI en los distritos y municipios del puerto de Veracruz y Boca del Río, los dos principales bastiones yunistas?

Pero tres años atrás, a la hora de integrar su gabinete, el gobernador Duarte también sorprendió a los priistas e inclusive trascendió que habría incomodado a su antecesor con algunos nombramientos de ciertos personajes no gratos para la familia Herrera-Borunda.

La designación, verbigracia, de Adolfo Mota Hernández en la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), pero sobre todo la de Juan Antonio Nemi Dib en la Dirección del DIF Estatal no cayó nada bien a la señora Rosa Borunda de Herrera, quien hasta la fecha sigue sin aparecerse públicamente en Veracruz.


Otro caso que impactó al priismo fue la llegada del ex panista Gerardo Buganza Salmerón a la Secretaría de Gobierno. Su designación no gustó inicialmente a la mayoría de ex funcionarios y ex líderes del PRI que sentían haber perdido a un interlocutor político en la nueva administración estatal. Ahora su percepción parece haber cambiado.

Un nombramiento sorprendente fue también el de Tomás Ruiz González como secretario de Finanzas y Planeación. Y es que aunque es un experto en materia hacendaria, los fidelistas no olvidaban que en 2004 Ruiz le había disputado a Herrera Beltrán la nominación priista a la gubernatura, y que en 2007, ya fuera del Revolucionario Institucional, había renunciado a la dirigencia nacional del Partido Nueva Alianza en protesta por la coalición que la maestra Elba Esther Gordillo había convenido con el PRI en aquellos comicios locales intermedios del fidelato.

Por eso la renuncia de Ruiz González a la Sefiplan, formalizada la semana anterior, desató todo tipo de suspicacias ya que coincidió casualmente con el resurgimiento político de Fidel Herrera, quien como todo mundo sabe, acostumbra a operar electoralmente a base da cañonazos de dinero. Y las finanzas públicas del estado aún no están del todo saneadas luego de la abultada deuda que la administración pasada dejó.


Es obvio que a algunos no les gusta el estilo atípico de ejercer el poder del gobernador Javier Duarte –como me lo hicieron saber algunos lectores de esta columna por el texto publicado este jueves 21–, pero ello no obsta para reconocer que el priista es un mandatario que suele tomar decisiones sin prejuicios y sin detenerse por el “qué dirán”.

Y es que ahora no faltan los que se rasgan las vestiduras recriminándole su cercanía con Herrera Beltrán –que a final de cuentas fue quien lo formó políticamente y lo impulsó para sucederlo en la gubernatura, lo que ningún otro gobernador ha podido hacer en toda la historia electoral de Veracruz–; pero muchos parecen ignorar también que el año pasado, en la víspera de la elección presidencial de 2012, Duarte de Ochoa buscó y logró acercamientos también con su adversario Miguel Ángel Yunes, lo que es de suponerse que debió haber molestado sumamente a Fidel.

Y es que después de uno de esos encuentros privados, Javier Duarte concedió una entrevista exclusiva a un diario porteño en el que reconocía a Yunes Linares como un actor político importante para Veracruz y concluía que la rivalidad política surgida entre ambos en la sucesión estatal de 2010 había quedado atrás.


Un generoso gesto de cortesía política que, como se ve, el frustrado y virulento aspirante del PAN a gobernador ha sido incapaz de corresponder.

Como ésta, Javier Duarte ha tomado otras decisiones polémicas asumiendo personalmente su costo y riesgo político. Así lo hizo también en los últimos dos años del violento sexenio del presidente Felipe Calderón. ¿Por qué ahora, pues, no iba a reactivar políticamente a quien en buena parte le debe lo que hoy es?

PRI: HUMO BLANCO


El PRI estaría por lanzar su convocatoria el próximo miércoles 27 de marzo, por lo que los aspirantes priistas a presidentes municipales dispondrán de muy pocos días para hacer precampaña.

Sin embargo hay casos como el del diputado Américo Zúñiga Martínez que es ampliamente conocido y muy bien visto por el electorado xalapeño debido al trabajo permanente de gestoría social que ha venido realizando a favor de las colonias populares y de diversos sectores de la sociedad capitalina no de ahora sino desde que inició funciones en la LXII Legislatura local en noviembre de 2010.

Zúñiga, quien es el más fuerte aspirante del PRI a la alcaldía de Xalapa, presentaría el próximo martes su solicitud de licencia para separarse de su cargo legislativo.


El famoso “Capitán Américo” está por retornar a la arena electoral donde hace tres años ya salió victorioso.