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Columnas y artículos de opinión
Un país maquillado
Helí Herrera Hernández
1 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELÍHERRERA.es

Los gobiernos federal y estatales están empeñados en dar una imagen al mundo de un México pacífico, emprendedor, propicio para el turismo y las inversiones, buscando contrarrestar las malas notas que organizaciones internacionales y entidades públicas últimamente han dado a nuestro país.

Llevan años tratando de mostrar una nación que vive en paz, en concordia, seguro para todos aquellos que nos quieran visitar y, desde luego, para los capitalistas que deseen hacer negocios en tierra azteca, asegurándoles hoy no solo mano de obra barata calificada, exención de impuestos y otros alicientes fiscales, sino un clima favorable para multiplicar su dinero.


Sin embargo la realidad que vivimos acá dista mucho del discurso oficial, de sus buenos propósitos y augurios dado que los índices de criminalidad en lugar de disminuir van en aumento; los secuestros y extorsiones por más que el aparato gubernamental y los medios de comunicación tratan de ocultarlos crecen; los robos a casas habitación y de vehículos así como las violaciones superan las estadísticas anteriores y el desempleo, la pobreza, hambruna y falta de liquidez cada semana y cada mes crecen ante la ceguera del INEGI y los altos mandos políticos de este país.

Como Joseph Goebbels una y otra vez, un día si y al otro también, las autoridades federales y locales niegan las denuncias de un México violento que gobiernos europeos y americanos señalan, recomendando inclusive a sus connacionales, a no visitar determinados Estados de la República Mexicana por la inseguridad en que se vive, y a mirar con escepticismo las cuentas alegres que las autoridades hacendarias dan a conocer como si acá no pasara nada.

Estas vacaciones religiosas son propicias para observar el despliegue publicitario ejercido tanto por el titular del poder ejecutivo federal y estatal, remachando que la ocupación hotelera en los principales destinos turísticos de Cancún, Acapulco, Puerto Vallarta, Los Cabos, y el Puerto de Veracruz etc, están abarrotados, que la ocupación hotelera esta entre un 90 y 95% y por ende, el flujo económico reactiva la economía de todas esas regiones. O lo que es lo mismo, en México no pasa nada


El Presidente Peña Nieto y su secretario de Hacienda aprovechan cualquier tribuna para dar a conocer las cifras macroeconómicas de México como anzuelo para que capitales extranjeros lleguen a nuestro país a generar trabajo (aunque sea mal pagado), pero nada dicen del ascenso del narcotráfico, de sus secuelas, a tal grado que hoy es la principal fuente generadora de empleos más, mucho más que los creados por el gobierno y/o las empresas nacionales y extranjeras que operan en esta nación.

Si de dineros se trata advertimos que la principal fuente de ingresos del gobierno federal es PEMEX y que su producción año con año va en declive y no por inoperancia de esa industria paraestatal que es un éxito y genera ganancias extraordinarias (vea mi artículo publicado en este mismo espacio titulado PEMEX: ¿PESOS O IDEOLOGÍAS?), sino porque los pozos se están secando.

Las remesas de dinero que nuestros connacionales que laboran en Los Estados Unidos de Norteamérica envían a México es la segunda fuente de divisas y va en declive. Según cifras del Banco de México desde el año 1990 los flujos aumentaron constantemente teniendo como pico histórico 2007 que alcanzaron los 26 mil millones de dólares, para disminuir en 2008 a 25 mil 145 millones de dólares (-3.60%), en 2009 se situaron en 21 mil 181 millones de dólares (-15.73%), 19 mil 506 millones de dólares en 2010 (-0.59%), y así sucesivamente, debido, según la misma fuente, a que nuestros paisanos cada vez más optan por llevarse sus familiares allá que mantenerlos por acá.


Hoy hay que reconocer que es “la industria del narcotráfico” la tercer fuente de ingresos de nuestro país alcanzando sumas que oscilan entre los 25 mil y 40 mil millones de dólares. Empero el costo que el país y sus habitantes están pagando por ello es indescriptible no solo por el dolor humano, sino por las secuelas que en otras actividades económicas afecta, como el sector turismo, agropecuario, financiero, etc, que se están derrumbando.

México no esta bien y lo sabemos nosotros que resentimos los efectos de políticas públicas microeconómicas impulsadas por los que tratan de maquillar esta nación. La inseguridad, el desempleo, la depauperización de las masas sociales y la concentración de la riqueza cada vez mayor en menos manos es el perfil del México actual por más que las autoridades federales y estatales lo quieran ocultar.

Podrán decir lo contrario a través de los medios de comunicación, en el discurso diario, pero lo cierto es que están jugando con fuego todos los días sin observar que el incendio puede estallar en cualquier momento.