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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Catemaco: retorno impune
Raymundo Jiménez
1 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
En la zona de Los Tuxtlas, al igual que en el resto de la entidad, existe gran efervescencia política-electoral por la hornada de candidatos a diputados y presidentes municipales que está por salir para contender en los comicios locales del 7 de julio próximo.

Particularmente en Catemaco, uno de los tres principales municipios de la región tuxtleca, existe gran expectación por los abanderados de la alianza “Veracruz para adelante”, la coalición integrada por el PRI, PVEM, PANAL, el Partido Cardenista de registro estatal así como diversas agrupaciones políticas locales que se disponen a seleccionar no sólo a los personajes más populares sino también a los mejor vistos y respetados por la ciudadanía.

Por eso en Catemaco ahora sí se ve sumamente difícil que pueda prosperar la aspiración de Jorge González Azamar, quien ya ha gobernado un par de veces ese municipio, primero postulado por el PRI y luego por el Partido del Trabajo (PT), al cual se afilió de última hora en la sucesión municipal de 2007 luego de haber buscado la candidatura primero por el Revolucionario Institucional y luego por el PAN.


González Azamar, quien ha sido también diputado local por el partido tricolor (2000-2004), ahora quiere ser de nuevo candidato a la alcaldía por el PRI, instituto que lo postuló por primera vez en 1991.

Se supone que en ese trienio municipal (1992-1994) su administración fue aceptable, pues de otra manera no se explica que 13 años después haya sido reelecto como candidato del PT.

Sin embargo, de este último periodo municipal (2008-2010) aún existen funestos antecedentes que todavía parecen lastimar al pueblo de Catemaco, cuyos sectores productivos y grupos sociales más politizados ven con preocupación el posible retorno de González Azamar a la alcaldía.


Para empezar, sus impugnadores atribuyen más su aspiración de presidir el ayuntamiento catemaqueño a la inanición de sus reservas monetarias personales que a su dudosa vocación de servicio comunitario, pues desde que en diciembre de 2010 concluyó su último trienio municipal no lo han vuelto a ver en otro cargo público en el estado.

Además tampoco olvidan el quebranto financiero de las arcas municipales que aún le endilgan a González Azamar por su ambición desmedida de manejar la tesorería con un sentido patrimonial.

Al priista converso le adjudican que cuando gobernó ese municipio por última vez como alcalde del PT (2007-2010) manejó el dinero de los catemaqueños de manera irresponsable, creciendo inexplicablemente sus cuentas personales, y dejando deuda y obras sin realizar por montos millonarios.


Entre las inconsistencias de las cuentas públicas que le achacan a González Azamar destacan las siguientes: en Deudores Diversos le detectaron gastos a comprobar por el monto de 8 millones 537 mil 500 pesos; en Anticipos injustificados a cuenta de sueldos, 197 mil pesos; en Anticipos a supuestos proveedores, 97 mil pesos; en el Impuesto del 2% a la Nómina que no llegó a SEFIPLAN, 597 mil pesos; en impuestos retenidos al ORFIS sin pagar, 597 mil pesos; en impuestos gastados y no pagados a Hacienda Federal, 3 millones 400 mil pesos; en otras cuentas por pagar, un millón 043 mil pesos; de un crédito de BANOBRAS sin justificar fehacientemente su gasto, 9 millones 895 mil pesos; y de crédito fiscal del IMSS sin registro contable, 791 mil pesos.

En suma fueron alrededor de 24 millones de pesos que González Azamar dispuso de la tesorería municipal sin que hasta el momento hayan sido comprobados, lo que obviamente aún tiene indignados a los habitantes de Catemaco, en cuyas congregaciones rurales y cabecera municipal existen altos índices de pobreza y carencia de servicios e infraestructura urbana.

Pero ahí no acaba esta historia. Lo más grave aún es que también señalan que durante la administración municipal de González Azamar fueron protegidos grupos de la delincuencia organizada, quienes realizaban extorsiones y secuestros a familias trabajadoras de esa importante región turística.


Consignan, por ejemplo, que recientemente en Atlixco, Puebla, fueron detenidos cuatro delincuentes presuntamente relacionados con el ex alcalde petista de Catemaco. Sergio Jaramillo Guzmán, Yelene Jaramillo Guzmán, Luis Antonio López Palomino y José Guadalupe Romero Vázquez asaltaron un OXXO, generándose una balacera donde fue ultimado Víctor Cinta Charmin, compañero de los mencionados.

Estos asaltantes fueron aprehendidos por la policía de Puebla y están relacionados con Rubén Jaramillo Mondragón, mejor conocido como el “Moyote”, y el ex síndico Sergio Guzmán Couberth, alias “Chayote”, ex presidente de la Asociación Ganadera Local, quien en febrero de 2012 se autodefinió ante la prensa regional como “perseguido político” debido a que se habría girado orden de aprehensión sólo contra él por las supuestas inconsistencias financieras de la administración municipal de González Azamar, y no contra el ex tesorero ni el ex alcalde.

Pero más que por el presunto saqueo que le imputan, los catemaqueños dicen estar realmente preocupados por el posible retorno de González Azamar debido a que hace unos días, en sus recorridos por Catemaco, al ex munícipe del PT y actual aspirante del PRI se le vio escoltado por un sujeto de nombre Francisco Espinoza (a) Pancho, quien ha sido su colaborador y cuenta presuntamente con un vasto expediente delictivo de asaltos a mano armada y diversos ingresos a los reclusorios de Pacho Viejo y Tantoyuca.


Para los catemaqueños resulta paradójico que González Azamar aspire nuevamente a gobernarlos cuando según su ex síndico Guzmán Couberth debió ser requerido también para esclarecer la presunta malversación de los fondos municipales del trienio 2007-2010.

Pero en Catemaco presumen que el ex munícipe del PT recién reafiliado al PRI parece gozar de la protección de algunos encumbrados funcionarios priistas de Xalapa, cuyo halo protector ha resultado hasta ahora mucho más eficaz que el de los mismos brujos de Catemaco.

Sin embargo los catemaqueños están a la expectativa, pues nadie desea que regresen las épocas de impunidad y terror a su municipio. Todos quieren seguir viviendo en paz y tranquilos.


¿Se expondrá el PRI nuevamente al voto de castigo?