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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
La seguridad y la policía no confiable
Arturo Reyes Isidoro
3 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
Ayer, por la mañana, el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, declaró que hay varios municipios del estado que desean el mando único, pero dijo que no hay un lugar donde se pueda obtener policías confiables de la noche a la mañana.
 
Ayer mismo horas después, se informó oficialmente que la tarde del lunes, elementos de Seguridad Pública estatal y de la Secretaría de Marina, al patrullar la carretera estatal Trancas- Coatepec, sorprendieron a 10 elementos de la Policía Municipal de Coatepec cuando comercializaban mariguana.
 
O sea, se desprende que cuando el jefe policiaco dijo lo que dijo es porque tenía ya los pelos de la burra en la mano.
 
Lo destacable, creo yo, es el hecho de que se está actuando, si bien el de la delincuencia organizada es un monstruo de mil o más cabezas. Veracruz no es una ínsula, pero, por lo menos hasta la fecha no se han vuelto a repetir aquellos dolorosos sucesos de septiembre de 2011 y la población civil ha recobrado mucho su tranquilidad.
 
A Bermúdez lo veo cuando se desplaza por las calles de Xalapa. Algunas veces mientras voy caminando he alcanzado a ver, no obstante los cristales oscuros y blindados del vehículo en el que viaje, cuando me saluda, pero siempre he pensado si la que él lleva se puede llamar vida, por lo menos vida como la que hacemos el común de los mortales.
 
Atrás y adelante, y si se puede a los lados, lleva una seguridad impresionante, coches y camionetas escolta con policías uniformados y de civil armados hasta los dientes. Las más de las veces es objeto de críticas, pero debe reconocerse todo lo que se expone como titular de la dependencia encargada de brindarnos seguridad.
 
Lo grave, y no es ningún secreto porque él mismo lo ha dicho, es que elementos que se supone deben ser sus aliados, no son confiables, por lo que al enemigo lo tiene afuera, pero también adentro.
 
Pero, decía líneas arriba, no puede dejar de reconocerse la política y los esfuerzos que en materia de seguridad se realizan y en los que ha puesto su empeño el gobernador Javier Duarte, y con él la Marina-Armada de México, el Ejército y la policía de Seguridad Pública Federal, o sea, las instituciones del Gobierno de la República.
 
Recién vimos cómo se implantó el mando único en Córdoba ante la desconfianza en los policías locales, y más recientemente se informó también que parte del cuerpo de policías de Coatzacoalcos fue detenida para investigación.
 
Bermúdez da cifras: de 21 mil elementos se ha evaluado a 18 mil, de los cuales 2,200 han sido despedidos por no aprobar el examen de confiabilidad. Y la tarea, que se sepa, continúa. Insisto: la crítica, cuando es necesaria, pero también el reconocimiento por lo bueno que se hace.
 
Como, por ejemplo, lo que informó ayer, que hay tres policías veracruzanos capacitándose en manejo operativo en París y el curso que inauguró en el puerto de Veracruz y que imparten expertos franceses a 30 elementos locales en la detección de contenedores sospechosos en los puertos.
 
Y, claro, sin dejar de mencionar que hay policías que no son confiables y que abiertamente están trabajando con el enemigo, como los de Coatepec. Triste realidad.
 
Veracruz, con sus maestros, en paz
 
Pero llega este miércoles a la zona conurbada Veracruz-Boca del Río el presidente Enrique Peña Nieto para encabezar el Foro Nacional México con Educación de Calidad para Todos, como parte de la integración del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018. Otra cosa que debe y tiene que reconocerse es que a diferencia de estados como Oaxaca y Guerrero, Veracruz está en santa paz con sus maestros.
 
En el estado existen 13 sindicatos magisteriales aparte de las secciones 32 y 56 del SNTE, más una delegación de la conflictiva Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), y las 13 mil escuelas del territorio estatal atienden sin problemas a un millón 16 mil niños, lo que deja bien parados al secretario de Educación de Veracruz, Adolfo Mota Hernández, pero, más, ante el Presidente, al gobernador Duarte de Ochoa.
 
Se sabe que desde el pasado fin de semana llegó al puerto jarocho el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, para supervisar personalmente los preparativos. La reunión se dará en vísperas de que la Junta de Coordinación Política de la Cámara federal de Diputados ponga mañana jueves a consideración del pleno un punto de acuerdo de urgente y obvia resolución para exhortar a los gobernadores de Guerrero y Oaxaca a que no cedan a las presiones ni de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ni del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que buscan eliminar los efectos de la Reforma Educativa publicada en el Diario Oficial de la Federación el pasado 26 de febrero.
 
Veracruz, pues, seguramente será el mejor escenario para que Peña Nieto se haga escuchar, y fuerte, en torno al tema.
 
Reconocimiento a padre Celestino Barradas
 
Anoche, en un restaurante de Xalapa, un grupo de feligreses ofreció una cena al padre Celestino Barradas Barradas por cumplir 57 años de haber sido ordenado sacerdote. A sus 84 años, aunque ha enfrentado en los últimos días problemas de salud, se mantiene lúcido y hasta donde puede, fuerte y activo, trabajando en forma ejemplar con el empeño que le es característico.
 
Oriundo de Otates, un pueblo cercano a Xalapa, el padre Celestino estudió en Roma filosofía y teología, en las que se licenció, y además hizo una especialidad en Historia de la Iglesia, de donde derivó también en un reconocido historiador, siendo el autor de cuatro tomos de la Historia de la Iglesia en Veracruz así como de por lo menos otras 16 obras escritas, entre ellas las dedicadas a los 8 obispos de la diócesis de Veracruz, ahora de Xalapa. Todavía el año pasado se pasó 8 día encerrado en la Biblioteca Secreta de El Vaticano, investigando sobre don José Joaquín Arcadio Pagaza.
 
Pero el padre Barradas Barradas se ha distinguito también por constructor y por eso la feligresía lo sigue con gran cariño. Restauró la parroquia de San José, donde estuvo 14 años, construyó en cuatro años la iglesia de San Isidro, de ahí fue enviado a Perote, donde construyó otras 4 más, de vuelta en Xalapa construyo la iglesia María Madre, luego la Rafael Guízar y Valencia así como la de Las Trancas, y actualmente es párroco de la iglesia de La Piedad, mi parroquia, que con gran esfuerzo está remodelando y acabando de construir otra área que le falta.
 
Desde aquí le envío un abrazo, mi reconocimiento y mis deseos que nos viva muchísimos años más. Que Dios lo bendiga.