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Columnas y artículos de opinión
Nuevo Siglo
El trapecismo: ¿un mal necesario?
Jenaro del Ángel Amador
5 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
Trapecio: Palo horizontal suspendido de dos cuerdas por sus extremos y que sirve para ejercicios gimnásticos.-
Trapecista: Artista de circo que trabaja en los trapecios. 
RAEL

Cada tres años en el ámbito federal, y al mismo tiempo en las entidades del país, es recurrente que funcionarios públicos de elección popular, sin terminar los mandatos para los que fueron electos, busquen otras funciones, sean de designación o, igualmente, de elección.

Hoy se vive en el estado, este síndrome trianual de deserción de un cargo para ir en busca de otro.


Los senadores que concluyen sus mandatos, buscan ser diputados, y viceversa, pero en estos casos se da la justificación por conclusión de período constitucional. Un ejemplo: Manlio Fabio Beltrones era diputado federal y pasó a ser senador de la república; concluyó este encargo y ahora nuevamente es diputado al Congreso de la Unión. Cumplirá doce años en el 2015, siendo miembro de las dos cámaras en el Poder Legislativo Federal, y hasta allí llegará. Tendrá que dejar pasar tres años para que vuelva al Congreso...o busque otra candidatura diferente.

Otra cosa es que un presidente deje de serlo para buscar una diputación, o un diputado para tratar de ser presidente municipal, sin concluir su mandato, como hoy se vive en Veracruz.

Muchos legisladores han insistido en propiciar una ley que impida estos saltos, pero se han encontrado con resistencias que lo impiden. Y ahora menos, con una nueva ley de amparo que hace preferencia sobre derechos humanos.


Ya se vivió en el PRI la rotura de candados que exigían haber desempeñado un cargo de elección popular, para acceder a candidaturas para gobernadores y presidencia de la república. La justificación fue la misma: Violentar los derechos humanos de aspirantes a los cargos.

En algunas entidades se han intentado iniciativas de ley anti chapulines, pero han fracasado. En su momento, cada partido político ha justificado estos brincos y las echan abajo.

¿En la era Peña Nieto, se podría? Se valdría un intento cuidando no violentar el derecho que tienen aspirantes a cambiar de cargo, pero, ¿y los derechos de los electores para que el elegido cumpla su mandato?


Y si se defienden los derechos humanos del aspirante, ¿sería imposible hacerlo en favor de quienes emiten el voto y eligen?

¿Quién hará el intento?

P.D.- Un complot <<este sí parece cierto>> para quitarle le vida a los hermanos Monreal; Ricardo y David, zacatecanos que son diputado y senador, respectivamente. ¿Y quién tendría interés en quitarlos del camino que transitan? Los propios o los ajenos…¿?..