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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
El delegado de Córdoba
Arturo Reyes Isidoro
11 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
De todas las personas nombradas hasta ahora como delegados del PRI estatal para el actual proceso electoral, quien verdaderamente se sacó la rifa del tigre fue Guillermo Díaz Gea: fue asignado a Córdoba.
 
Para nadie es un secreto que es un municipio y un distrito bastante, mucho muy complicado para el tricolor, donde existe y queda un fuerte bastión panista, con un ingrediente muy especial: se trata de la tierra del Gobernador del Estado. O sea, no se debe perder aunque, a un descuido, podría suceder.
 
Acaso lo mandaron por su experiencia, su profesionalismo y por su garra política. Memo, un político de Pánuco, donde fue alcalde y diputado en más de una ocasión, al arribar a la Ciudad de los 30 Caballeros llegó proclamando la unidad como el camino para lograr el triunfo.
 

Lo vi en las fotos de los periódicos tanto el día en que le tomaron protesta del cargo como en su primera declaración a la prensa cordobesa, y en todas aparece sonriendo. En realidad es un tipo carismático, cae bien y, como comúnmente se dice, hasta pareciera que no mata una mosca.
 
Pero el nuevo delegado, además de conciliador es un tipo verdaderamente aguerrido, de armas tomar… en el sentido literal del término. Él también es un ganadero del norte pero, sobre todo, más que nada, es un cazador, un buen y experimentado cazador, por lo tanto, un hombre que sabe de armas y cómo usarlas.
 
En mi trato con él muchos años, aunque a intervalos por las tareas de uno y otro, siempre he tratado de hallar en su persona al Adriano cazador que pinta Marguerite Yourcenar en su ya célebre libro Memorias de Adriano, un libro, por cierto, con el que murió en sus manos el maestro José Pagés Llergo, uno de los grandes periodistas que ha dado la historia de México, porque seguramente lo confortaba leer su contenido de profundo sentido humano y porque nos pinta y hace reflexionar sobre lo frágiles que somos como seres humanos.
 

 “… adolescente, la caza del jabalí me ofreció las primeras posibilidades de encuentro con el mando y el peligro…”, dice un pasaje del libro.
 
“Ya hombre, la caza me sosegaba de tantas luchas secretas con adversarios demasiados sutiles o torpes, demasiado débiles o fuertes para mí. El justo combate entre la inteligencia humana y la sagacidad de las fieras parecía extrañamente leal comparado con las emboscadas de los hombres”, prosigue el relato.
 
“Siendo emperador, mis cacerías en Toscana me sirvieron para juzgar el valor o las aptitudes de los altos funcionarios; allí eliminé o elegí a más de un estadista”, dice en otra parte y continúa: “Si he ahorrado mucha sangre humana, quizá sea porque derramé la de tantas fieras, que a veces, secretamente, prefería a los hombres”.
 

Como cazador, pues, se entendería que Díaz Gea es un hombre sensibilizado y sensible, algo tan valioso en un hombre que se dedica a la política, y que toda esa formación la habrá de volcar en su nueva tarea y que lo podría llevar a éxito.
 
Y, decía, y quizá se deba a esa formación como cazador, Memo no deja de ser un hombre con mucho valor pero sosegado. Sin duda, haber estado muchas veces frente a la peligrosidad de las fieras lo ha hecho también afrontar cualquier situación extrema con determinación pero con frialdad.
 
Era el gobierno de Miguel Alemán Velasco y al frente del PRI estatal estaba el ahora secretario de Educación de Veracruz, Adolfo Mota Hernández. Un buen día, Díaz Gea se incorporó a la dirigencia estatal como secretario adjunto a la Presidencia para colaborar en un proceso electoral como el que ahora tiene desarrollo.
 

Estando en un cubículo, tranquilo, sereno como comúnmente es, callado, se apersonó ante él otro miembro de la dirigencia estatal, el ya entonces ex diputado local Fidel Kuri Grajales. Iba en busca de un material, pero bravucón y explosivo como es, como no lo obtuvo de inmediato, estalló en cólera, alzó la voz, reclamó, discutió, amenazó… y sacó pistola. Ya se lo había hecho antes a otro secretario de la dirigencia al que había intimidado.
 
Díaz Gea, con la experiencia de afrontar siempre el peligro, experto en armas (un hijo suyo fue miembro del Estado Mayor Presidencial, escolta de la señora Martha de Fox, y, años después, del gobernador Fidel Herrera Beltrán), cuando vio la matona enfrente, le dijo pues yo también soy gente de armas, ¡y que le saca al otro chica pistolota! Kuri no le entró cuando la vio de veras, cuando vio que el otro iba en serio, se hizo chiquito y ahí acabo el problema.
 
Ése, pues, es el nuevo delegado priista para el difícil distrito de Córdoba. Es obvio que la propuesta que hizo quien la hizo para que él fuera designado pasó todas las pruebas y que sus cartas credenciales no le dejaron duda a quien decide: el PRI tiene un delegado sensible pero también al que no lo arredra nada.
 

Guillermo Díaz Gea se enfrentará ahora a otras fieras… políticas, las del PAN. El 7 de julio por la noche ya veremos cómo les va con ellas. Ahora debe estar aceitando todas sus armas, las políticas, claro está. En Córdoba, la cosa se va a poner buena.
 
***
 
Otro visitante distinguido que estará por tierras veracruzanas será el secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz. Llegará el jueves a la entidad para asistir a una ceremonia que tendrá lugar el viernes en el buque-escuela Cuauhtémoc, que acaba de tocar puerto en Veracruz. Originalmente había trascendido que vendría también la esposa del Presidente, Angélica Rivera de Peña, pero, al final, se descartó.
 

El titular de la Armada de México retornará a la entidad el 21 de abril para acompañar al presidente Enrique Peña Nieto en la tradicional ceremonia que tiene lugar en la Heroica Escuela Naval de Antón Lizardo para conmemorar la defensa del puerto de Veracruz en 1914. El gobernador Javier Duarte de Ochoa estará presente en ambas ceremonias.
 
Si se advierte, no está mal la bitácora de Veracruz: en un mismo mes, abril, la visita dos veces del Presidente (el 3 al Foro de Educación y el 21 a la ceremonia de Antón Lizardo), del secretario de Educación (el 3 y el 12 al Foro de Educación) y del secretario de Marina (el 12 y el 21, a lo del buque Cuauhtémoc y a Antón Lizardo) y una la del secretario de Comunicaciones y Transportes (el 8 a Tuxpan, para poner en marcha la construcción de una nueva terminal marítima). Por apoyos, el gobernador Duarte no para.