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Columnas y artículos de opinión
Tierra de Babel
Los motivos que tiene el hombre…
Jorge Arturo Rodríguez
16 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
Abrir el baúl de los recuerdos, rememorar, evocar, traer el pasado al presente, repasar lo vivido, agrio o dulce, para revivir, y atenernos al refrán, remendando, remendando, vamos la vida pasando. Suena bonito, sin duda. Pero una cosa es resucitar y otra que te exhumen. Vaya, que los chingaos vivos no dejen descansar a los muertos, eso fastidia.
 
Claro que resulta bueno y hasta reconfortante recordar a nuestros muertos, pero de ahí a que te desentierren, pos habría que analizar los motivos.
 
Les comento esto por aquello de que exhumaron los restos de mi admirable Pablo Neruda en su casa en Isla Negra, donde descansaba sabroso al lado de su mujer Matilde Urrutia; y lo desenterraron sólo para saber, muchos años después, si murió realmente de cáncer o lo envenenaron en los tiempos de Augusto Pinochet. La verdad sea descubierta, ¿pero qué se ganará con saberla?
 

El gran poeta chileno, en uno de sus poemas llegó a escribir: “publicarán hasta mi calcetines”, y ciertamente, como lo comentó uno de los investigadores que analizan los resto de Neruda, ahora “nosotros fuimos al extremo, estamos publicando sus exámenes de orina”, después de muchos años de haber muerto.
 
En su poema “Testamento I”, Pablo Neruda escribe que en su casa junto al mar de Isla Negra, “Quiero que allí reposen los maltratados hijos/ de mi patria, saqueada por hachas y traidores,/ desbaratada en su sagrada sangre,/ consumida en volcánicos harapos”. (…). “Hermano, ésta es mi casa, entra en el mundo/ de flor marina y piedra constelada/ que levanté luchando en mi pobreza./ Aquí nació el sonido en mi ventana/ como en una creciente caracola/ y luego estableció sus latitudes/ en mi desordenada geología./ Tu vienes de abrasados corredores,/ de túneles mordidos por el odio,/ por el salto sulfúrico del viento:/ aquí tienes la paz que te destino,/ agua y espacio de mi Oceanía”.
 
Sí, han ido a Isla Negra, pero esta vez fueron a exhumarte, a desenterrarte, a molestarte, a separarte de tu Matilde. Los motivos que tiene el hombre… Y ahora, te sacarán de la tierra pa’ preguntarte qué realmente pasó; tú, lo que queda de ti, responderás: “Tengo el corazón pesado/ con tantas cosas que conozco,/ es como si llevara piedras/ desmesuradas en un saco,/ o la lluvia hubiera caído,/ sin descansar, en mi memoria./ No me pregunten por aquello./ No sé de lo que están hablando./ No supe yo lo que pasó./ Los otros tampoco sabían/ y así anduve de niebla en niebla/ pensando que nada pasaba,/ buscando frutas en las calles,/ pensamientos en las praderas/ y el resultado es el siguiente:/ que todos tenían razón/ y yo dormía mientras tanto./ Por eso agreguen a mi pecho/ no sólo piedras sino sombra,/ no sólo sombra sino sangre./ Así son las cosas, muchacho,/ y así también no son las cosas,/ porque, a pesar de todo, vivo,/ y mi salud es excelente,/ me crecen el alma y las uñas,/ ando por las peluquerías,/ voy y vengo de las fronteras,/ reclamo y marco posiciones,/ pero si quieren saber más/ se confunden mis derroteros/ y si oyen ladrar la tristeza/ cerca de mi casa, es mentira:/ el tiempo claro es el amor,/ el tiempo perdido es el llanto./ Así, pues, de lo que recuerdo/ y de lo que no tengo memoria,/ de lo que sé y de lo que supe,/ de lo que perdí en el camino/ entre tantas cosas perdidas,/ de los muertos que no me oyeron/ y que tal vez quisieron verme,/ mejor no me pregunten nada:/ toquen aquí, sobre el chaleco,/ y verán cómo me palpita/ un saco de piedras oscuras”.
 

Los motivos que tiene el hombre…
 
De cinismo y anexas
 
Cierto, al paso que vamos no va quedar ni un puño de tierra. No hace mucho Stephen Hawking expresó que “debemos continuar explorando el espacio por el bien de la humanidad. No sobreviviremos otros mil años sin escapar nuestro frágil planeta”. Y en el 2011 dijo que nuestra única oportunidad de sobrevivir en un largo plazo es expandirnos hacia el espacio, y no “permanecer divagando en la tierra”.
 

Pos sí, divagando en la tierra, pero sobre todo, destruyéndola… Dios nos agarre entrelazados…digo, perdón confesados.
 
Por lo pronto, ahí se ven.
 
Hasta la próxima
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