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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Peña con Duarte
Raymundo Jiménez
22 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
La semana que pasó fue políticamente muy difícil para el gobernador Javier Duarte de Ochoa pero no la más crítica de su administración.
 
Y es que entre 2011 y 2012 el joven mandatario veracruzano tuvo que sortear el vendaval del régimen calderonista que se resistía a entregar el poder presidencial a los priistas que dos sexenios atrás había sacado de Los Pinos el candidato del PAN, Vicente Fox Quesada.
 
Por su número de votantes, que constituyen el tercer padrón electoral de todo el país, Veracruz era una entidad estratégica que el panismo necesitaba ganar, pues las posibilidades del partido blanquiazul eran muy remotas en el Estado de México y el Distrito Federal, ya que en el primero las preferencias estaban ampliamente inclinadas hacia la candidatura presidencial de su ex gobernador Enrique Peña Nieto, del PRI, y en el segundo era claro el predominio del PRD, que se mantiene en el poder desde 1997.
 

El gobernador Duarte tuvo que resistir los coletazos del crimen organizado que no sólo hizo alarde de sus actos de barbarie sino que de manera inexplicable –lo que evidentemente despertó también obvias sospechas– recibieron aparentes facilidades para sus montajes criminales que obviamente dejaban en entredicho la seguridad pública del estado. El caso más relevante fue el de los 35 cadáveres arrojados la tarde del 21 de septiembre de 2011 sobre el bulevar Adolfo Ruiz Cortines, de Boca del Río; este hecho sorprendió porque esa concurrida zona comercial y hotelera estaba acordonada por elementos federales ya que al día siguiente se realizaría ahí la reunión nacional de procuradores de justicia, encabezada por la entonces titular de la PGR calderonista, Marisela Morales.
 
Este suceso ocurrió tres meses después del asesinato del periodista porteño Miguel Ángel López Velasco, ultimado junto con su esposa y uno de sus hijos el 20 de junio en su domicilio particular. El crimen del columnista del diario Notiver fue el inicio de una media docena de comunicadores muertos también a manos de la delincuencia organizada en el puerto de Veracruz. Ninguno, que se sepa, se había caracterizado por ser un crítico implacable del gobernador, quien decidió hacer frente a esta situación creando la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas, un organismo autónomo con rango constitucional.
 
Sin embargo, no obstante que además la Procuraduría General de Justicia del Estado ha dado por esclarecidos también la mayoría de los nueve homicidios de periodistas ocurridos entre 2011 y 2012 –entre ellos el de la corresponsal de la revista “Proceso”, Regina Martínez, asesinada el 28 de abril del año pasado en su domicilio de Xalapa, cuyo móvil habría sido el robo–, el mandatario veracruzano ha tenido que cargar con el estigma que organismos nacionales e internacionales de defensores de periodistas le ha endilgado al estado como uno de los más inseguros para ejercer la profesión periodística, lo que evidentemente contrasta con la realidad ya que en Veracruz existen algunos diarios impresos y páginas digitales cuyos columnistas lanzan cotidianamente fuertes críticas al gobierno estatal priista, algunos de los cuales inclusive conservan familiares cercanos en la nómina gubernamental.
 

A mediados del año pasado, luego del secuestro y ejecución del periodista xalapeño Víctor Báez, el gobernador se reunió en privado en la Casa Veracruz con editores y líderes de opinión a los cuales ofreció y les pidió tomar medidas precautorias de seguridad para sí mismos y sus colaboradores. En esa ocasión, Duarte de Ochoa expresó su certeza de que después de las elecciones federales de julio esta situación cambiaría, lo que de hecho así ha sido hasta el momento a pesar de la alharaca de algunos paranoicos reporteros capitalinos que ni siquiera radican en la entidad.
 
Ahora, con motivo del proceso electoral local en el que el 7 de julio próximo se renovarán los 212 ayuntamientos y la Legislatura del estado, Javier Duarte enfrenta una nueva tempestad política activada por uno de sus más enconados adversarios partidistas que desde 1998 está obsesionado por gobernar la entidad, primero cuando militaba en el PRI y ahora en el PAN.
 
Por eso ayer, al encabezar la ceremonia de conmemoración del 99 aniversario de la Heroica Defensa del Puerto de Veracruz y la Jura de Bandera de los alumnos de primer año de planteles educativos navales de la Secretaría de Marina Armada de México, el gobernador reiteró su compromiso con la legalidad y el respeto a las libertades políticas de todos, que, dijo, “seguirán siendo el único camino que nos puede llevar por la senda del desarrollo”.
 

“Compartimos la visión del gobierno federal y de los partidos políticos de garantizar la legalidad y la imparcialidad ante los próximos comicios a celebrarse en 14 entidades en el país. Son tiempos que obligan a todos a la responsabilidad y a la templanza. Tiempo de serenar los ánimos, y de actuar en favor de nuestro estado y de nuestro país”, afirmó Duarte, quien frente a la Bandera Nacional refrendó su deber y compromiso “con la paz, la unidad, y la prosperidad de la nación”.
 
“En un Estado de Derecho, lo único que debe y puede pesar son los actos concretos, no el dicho ni la confrontación como método de convivencia. En Veracruz, nuestra fortaleza radica en el trabajo permanente y cercano que tenemos en favor del bienestar de nuestra gente. Los compromisos para dar mejores alternativas de vida a todos, deben ser superiores a los enfrentamientos, a las divisiones, a los rencores y a los personalismos.
 
“Que quede claro: mi gobierno va hacia adelante trabajando, sin distracciones, con una sola agenda que se llama Veracruz”, concluyó Duarte, quien sin mencionar directamente el escándalo mediático desatado por el PAN sobre una supuesta red electoral de apoyo al PRI operada desde la Delegación estatal de la Sedesol, añadió que “flanqueados por la Armada de México, los veracruzanos avanzamos con rumbo firme hacia adelante, para cumplir con el llamado de mover a México”.
 

Sin embargo, entrevistado posteriormente en un popular café porteño, el mandatario, sin minimizar este hecho, dijo que él no recordaba un solo proceso electoral en los últimos años en donde no se haya dado este tipo de descalificaciones por uso indebido de recursos en programas sociales. Y citó concretamente su campaña para diputado federal en 2009, “en la que hubo una situación similar con el candidato adversario (Carlos Hermosillo, del PAN) que compitió en ese entonces en contra de un servidor y que hubo también videos y todo ese tipo de situaciones”.
 
La diferencia, acotó Duarte, “es que antes se presentaban las denuncias, las querellas, los videos, se presentaban puntos de acuerdo, se denunciaba, se hacía todo lo que ahora hace el partido que antes gobernaba, pero antes no pasaba nada, antes no sucedía absolutamente nada y, hoy, las instituciones estamos claramente respondiendo con hechos concretos. El gobierno federal, cosa que apoyo, celebro y refrendo, determinó inmediatamente, para evitar cualquier tipo de suspicacia, cualquier cuestión que pudiera existir alguna duda, determinó separar de su responsabilidad a los funcionarios federales que eran los que aparentemente eran responsables del uso de estos recursos, de estos programas sociales”.
 
Y en el caso de Salvador Manzur, su secretario de Finanzas y Planeación, que dijo “es el único funcionario de Veracruz que no tiene bajo su responsabilidad el uso de ningún programa social federal, lo que determiné fue enviarlo al Congreso para que esclareciera el cualquier tipo de duda que existiera en torno a su participación en lo que es el proceso electoral”.
 

Ayer, para colmo de sus detractores, Javier Duarte recibió al presidente Enrique Peña Nieto, quien acudió a la Heroica Escuela Naval Militar de Antón Lizardo, municipio de Alvarado, para tomarles la protesta a 260 cadetes de nuevo ingreso, entre ellos 37 mujeres.
 
El jefe del Ejecutivo federal vino con los titulares de las Secretarías de Desarrollo Social y de Turismo, así como con los de Gobernación, Relaciones Exteriores, Medio Ambiente, Educación y Energía, además del Procurador y los secretarios de Marina y Defensa Nacional, y otros funcionarios de su gabinete de seguridad.
 
Ayer Duarte estaba evidentemente feliz, pues declaró que esta cuarta visita del presidente Peña a la entidad rompía récord en muy corto tiempo y “habla de la sinergia, de la cercanía, de la empatía que existe entre el Gobierno de la República y el Gobierno del estado. Para el Presidente, Veracruz es un estado muy importante, nos los hace saber y lo ha demostrado en los hechos con tanta visita recurrente y con buenas noticias que siempre trae con esas visitas, lo que significa pues más crecimiento, más desarrollo, más progreso, más bienestar para los veracruzanos”.