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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
El CEN del PRI, calla
Arturo Reyes Isidoro
24 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
Después de lo ocurrido ayer en la Cámara de Senadores, sobre todo, pero también en la de Diputados, ambas del Congreso federal, el PRI en Veracruz deberá ir en serio en su anuncio de que postulará a los mejores candidatos.
 
A los mejores, se entendería, por su gran aceptación popular producto de una conducta intachable como ciudadanos, de una imagen como políticos honrados, de un trabajo efectivo en y entre las bases y del mejor plan de trabajo.
 
Porque en siete días, todo el esquema que tenía para obtener y garantizar el triunfo se le ha venido abajo con la denuncia del PAN de un intento de uso de recursos de programas sociales para beneficiar a sus candidatos. Tendrá que ganar con verdaderos buenos candidatos.
 

Creo yo que al final ni el presidente Peña Nieto va a destituir a Rosario Robles ni va a prosperar le petición de juicio político para separar de su cargo al gobernador Javier Duarte de Ochoa, pero de que la denuncia tendrá consecuencias político-electorales, las tendrá.
 
Por ejemplo, se ve ya muy complicado que la secretaria de Desarrollo Social se atreva a reponer en su cargo a Ranulfo Márquez como delegado, si no quiere que el mundo se le vuelva a venir encima y de paso salpique más al Presidente.
 
Pero Rosario Robles no querrá volver a estar en el ojo del huracán y seguramente no sólo pondrá en la delegación a una gente de su confianza, o del Presidente, sino que, además, seguro, segurísimo, vigilará en forma directa el manejo que se haga de la oficina y de sus recursos.
 

Porque es indudable que ahora no sólo la oposición estará pendiente del manejo que se haga de los programas de la Sedesol y de Oportunidades, sino que incluso los ciudadanos le harán al Sherlock Holmes y andarán con las cámaras fotográficas de sus teléfonos celulares viendo a ver a quién cazan repartiendo láminas, cemento, despensas, etcétera.
 
En pocas palabras, la Sedesol será la dependencia más vigilada en lo que resta del proceso electoral, pero además Peña Nieto no querrá que lo vuelvan a poner en entredicho con uno de sus programas estrella, ahora puesto en duda.
 
Así que si el PRI pensaba imponer a candidatos y candidatas impopulares o cuestionables por algún interés personal o de grupo y hacerlos ganar con el uso de recursos sociales oficiales, por encima de quienes sí tienen la aceptación ciudadana, tendrá que rectificar.
 

Y lo tendrá que hacer con carácter de urgente porque ante la evidencia presenta por el PAN, seguro que la oposición va a tratar de infiltrar y a vigilar y a denunciar, si obtiene pruebas, cualquier otro intento del manejo de recursos del resto de las dependencias oficiales estatales y federales a favor de los candidatos del tricolor.
 
Y eso, quién lo duda, debe tener bastante preocupados a los virtuales candidatos priistas, pues saben que ya no tendrán los recursos de programas sociales para competir y ganar, o ya no todos, programas, comprobado está, efectivos y decisivos para la cooptación del voto.
 
Grave problema para el tricolor porque muchos de sus candidatos no querrán invertir en sus propias candidaturas y por lo tanto en sus campañas, y acaso ahora menos lo harán cuando se sabrán vigilados y sin la seguridad del triunfo al saber que ya no cuentan con recursos electoreros que tan buenos resultados les han dado.
 

Ahora sí, tendrá plena vigencia la sentencia aquella del filósofo de Atlacomulco, Carlos Hank González, de que político pobre, pobre político, pues una elección se gana con votos, es cierto, pero los votos, su construcción, cuestan en efectivo, constante y sonante, más ahora cuando se ha pervertido al electorado.
 
¿Quién se atreverá a vender el terrenito, el ranchito, el coche, la camioneta, quién se privará de sus lujos para adquirir láminas, cemento, despensas y repartirlas y, aparte, comprar votos?
 
Dentro del priismo no es ningún secreto que hay varios candidatos a diputados así como a alcaldes que han sido impuestos por sus familiares, por sus compadres, por sus padrinos, por sus socios, por sus cómplices, sin arraigo, impopulares, sin arrastre, pero cuyo triunfo lo fincaban en el uso que harían de recursos sociales. A ver ahora de dónde va a sacar recursos para cumplir su compromiso de que aunque no son los mejores los harán ganar.
 

Dentro del priismo, pero además se ha ventilado en la prensa desde hace mucho, hay virtuales candidatos que obtendrán la candidatura no por tener aceptación ciudadana, sino porque les allegaron recursos sociales para que se promovieran con muchos meses de anticipación y repartieran entre la población. En las urnas, de todos modos, y ahora ya sin esos recursos sociales, van a perder.
 
A mí algo que me llama la atención, significativamente, es que la dirigencia nacional del PRI, hasta ahora, en ningún momento, ha salido a negar la evidencia del audiovideo de Boca del Río, pero menos a defender a nadie, a ninguno de sus militantes señalados, no ha metido las manos al fuego por ellos. Calla. ¿Por qué será?
 
Ahora sí, pues, el PRI tendrá que postular a los mejores candidatos si quiere ganar, porque el escándalo le ha pegado, le está pegando y le habrá de pegar quién sabe cuánto tiempo más.
 

Pa’ susto que le metieron a Joe de Lara
 
Ahora le tocó al popular ex conductor de “Bazar del Hogar”, Joe de Lara, experimentar en carne propia “la ola de violencia en modalidad de robo express” como dice en su cuenta de Facebook, cuando a unos metros de su casa en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, sin percatarse del peligro, un chamaco de entre 16 y 17 años lo asaltó quitándole su teléfono celular y “echándose a correr como conejo”. Repuesto de la sorpresa y al grito de ¡agarren al ladrón!, al ladronzuelo lo alcanzaron sus vecinos y su hijo, quienes lo sometieron para posteriormente entregárselo a la policía naval, mismos que lo remitieron al Ministerio Público, para dar paso a la formal demanda “bien sustentada”. Joe habló con los padres del jovenzuelo que le parecieron buenas personas, dice, y le confesaron que el chamaco se les salió de control, de ser un buen estudiante de secundaria por andar en malas compañías, siendo esta la segunda ocasión que cae en la cárcel, pero que por ser menor saldrá con el pago de una fianza porque el Código Penal lo protege. Afortunadamente, Joe está bien, sólo fue el susto y, como las vacas, dice, “hasta la leche se le cortó”.