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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
El que pregunta, no se equivoca
Arturo Reyes Isidoro
29 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
¡Zas! ¿A qué se refirió, o qué quiso decir exactamente ayer César Camacho Quiroz, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, cuando mencionó que “Un buen político es un buen intérprete de lo que la gente quiere” y que “El que pregunta más, se equivoca menos”? ¿Acaso sugirió que se les debe consultar antes de hacer las cosas?
 
El mexiquense vino para encabezar el Consejo Político Estatal de su partido, en Boca del Río, consejo que se anunció sólo un día antes, acaso para evitar que se organizaran y fueran a protestar los aspirantes inconformes y sus grupos por el resultado de las designaciones de las candidaturas.
 
Fue un acto tradicional, de cajón, con los mismos de siempre, un consejo político celebrado en medio de la peor crisis que vive el PRI en Veracruz luego de la denuncia del PAN de la existencia de una estructura oficial paralela para hacer ganar a los candidatos del tricolor utilizando recursos de programas sociales.
 

Por eso, como quiera que sea, la asistencia de Camacho vino a inyectar oxígeno puro en el momento en que los rojos de Veracruz más lo necesitaban, porque de que andan alicaídos y apendejados, ni quien lo dude. Ayer, en el acto, volvieron las sonrisas, el ánimo, el entusiasmo, aunque a ver qué tanto les dura.
 
¿Qué informes tendrá el ex gobernador del Estado de México, qué cifras les arrojarán sus encuestas, que ayer, en un hecho inédito e insólito en su discurso invocó hasta a Dios, a Luis “El Pirata” Fuente y a Roberto “Beto” “Bob” Ávila, estos últimos grandes ídolos del futbol y del beisbol veracruzano? Nada más faltó que se hubiera encomendado a los brujos de Catemaco.
 
El amigo del presidente Peña Nieto no eludió el escándalo y la denuncia del PAN por las videograbaciones que mandó hacer Miguel Ángel Yunes Linares, aunque cauteloso, no sea que este lunes Gustavo Madero amague nuevamente con abandonar el Pacto por México, se fue sólo por la orilla, refiriéndose a “algunos” y a que “no nos podemos mantener al margen de muchas de las cosas que se dicen y se hacen en el mundo de la política”.
 

Qué párrafo este. Dijo: “Por eso me da mucho gusto que hoy iniciemos con el pie derecho y pisando fuerte el camino al triunfo, ese triunfo que será producto del trabajo y del entusiasmo, y entusiasmo significa llevar dentro a Dios”. ¡Válgame el santísimo! Ahora falta que a Nuestro Señor lo quieran involucrar hasta en las campañas. De paso, no hubiera estado mal que por si las dudas y para espolear a sus candidatos y acicatearlos les hubiera rematado con un “Y si no, que Dios nos agarre confesados”.
 
Cierto, aunque indirectamente pero más con sabor a rasponcito que al de un golpe seco, duro y contundente como la ocasión lo ameritaba, le echó sus cacayacas a Yunes y al PAN: “Con más intención malsana que honrando a la verdad, algunos acusan de clientelismo, seguramente, mirándose al espejo, alegando prácticas que les son propias y de las que sobran ejemplos en lugares donde algunos deberían gobernar”.
 
O esto otro: “Exigen imparcialidad los que en otras entidades persiguen a nuestros compañeros priistas y amedrentan a todos quienes no piensan igual que ellos, ésos que han despilfarrado capital público y capital político y han sido incapaces para persuadir con buenos resultados”.
 

O esto también: “Ésos que acusan lo que no quieren ver, pero lo han tenido o lo tienen en su propia casa, pretenden imponer lo que ellos no quisieron o no pudieron poner en marcha cuando tuvieron una oportunidad desperdiciada”.
 
Pero de ahí no pasó. No trató de exhibir a Miguel Yunes utilizando tantas acusaciones y señalamientos que le hacen sus enemigos. No se metió con él, para nada. Extraño pero significativo.
 
Por el contrario, en ningún momento negó la veracidad del contenido de las videograbaciones exhibidas por los Yunes y el PAN aquel fatídico 17-A (el 17 de abril) para el PRI y dijo muy claramente que “… los priistas veracruzanos y del país, estamos comprometidos no sólo con la legalidad sino con la gente y con la ética política”.
 

Trató de abonar a su causa diciendo que el suyo es “Un partido empeñado en ser cada día más transparente y eficaz en la lucha contra la corrupción” y luego vino una sentencia lapidaria para los correligionarios de su partido que no se pongan aguzaos: “Hoy, desde Veracruz y para todo el país, el PRI reitera su compromiso con la legalidad, de cualquier partido y quien sea. Si alguien la hace, que la pague”.
 
Pero no paró ahí. Como para que lo entienda quien lo quiera entender, pero también con claras muestras de tratar de salvar del descrédito al presidente Peña Nieto y a su gobierno y para calmar a la oposición o para cumplir algún compromiso que asumió con Madero y con Zambrano, del PAN y del PRD, fue muy claro:
 
“El PRI reitera su rechazo al uso político de los programas sociales y el repudio a quienes medren políticamente con la necesidad de las personas. El PRI no quiere, no necesita ventajas mal habidas para ganar, sabe cómo persuadir y convencer. Estamos decididos a contribuir con la implementación de las medidas necesarias para impedir el uso político o electoral de los programas de gobierno en los procesos de elección en curso en éste y en 13 estados del país”.
 

Suena a demagogia, pero no se debe desestimar lo que dijo también para recordárselo o a los priistas si se diera el caso de hacerlo: “… tenemos que asumir con responsabilidad el mandato de la gente porque éste no es para que le vaya bien a los políticos sino para que las personas vivan mejor”.
 
Redondeó: “Nosotros no tenemos duda, como lo dijera Colosio: el PRI sólo demanda imparcialidad en el ejercicio de gobierno, firmeza en la aplicación de la ley, no queremos ni concesiones al margen de los votos, ni votos al margen de la ley”.
 
Y algo que era obligado, a lo que obligaba el momento, el compañerismo, la militancia, la causa tricolor; tuvo palabras de reconocimiento para el gobernador Javier Duarte de Ochoa: “… vamos adelante con Javier Duarte de Ochoa al frente y un gran equipo de veracruzanos… Me da mucho gusto poder destacar que en esta difícil, en esta ardua tarea, Javier Duarte de Ochoa también tiene aliados que con base en la ley hacen su trabajo, sirven a Veracruz y sirven a todos los estados del país”.
 

Y concluyó mencionando a José “Pepe” Yunes Zorrilla y a Héctor Yunes Landa. Nada más a ellos, del estado, por su nombre.