Comenté ayer que en su visita el domingo a Boca del Río, el dirigente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, no trató de exhibir a Miguel Yunes Linares utilizando tantas acusaciones y señalamientos que le hacen sus enemigos. “No se metió con él, para nada. Extraño pero significativo”.
 
Dije que “aunque indirectamente pero más con sabor a rasponcito que al de un golpe seco, duro y contundente como la ocasión lo ameritaba, sólo le echó unas cacayacas… Pero de ahí no pasó”.
 
Uno se preguntaría si el PRI, si el Gobierno Federal (o sea, el priismo en el poder) se va a quedar cruzado de brazos luego de la zarandeada que les pegó con la revelación pública de la existencia de una estructura electoral paralela, de Gobierno, para apoyar a los candidatos del tricolor en el estado utilizando recursos de programas sociales, merced a unas videograbaciones subrepticias.
 

Las consecuencias todavía se sintieron ayer cuando representantes del Gobierno federal junto con los dirigentes del PAN, PRI y PRD acordaron medidas básicas para garantizar condiciones de limpieza e imparcialidad en las próximas elecciones, y blindar los programas de combate a la pobreza de fines electorales facciosos o ilegales.
 
Pero parece que llegó la hora del revire.
 
Echando a volar la imaginación, se podría intentar ahora una explicación de por qué la extraña actitud de Camacho Quiroz el domingo: para no enfrentarse en forma directa y a la vez no caer en el juego belicoso de Miguel, como lo hacen en Xalapa, para lo cual es un especialista y le deja muchos dividendos.
 

Ayer sucedieron cosas aparentemente muy extrañas y aparentemente desasociadas: el ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos reiteró ante la Procuraduría General de la República, sin venir al caso ahora, una vieja denuncia contra Miguel y su hijo del mismo nombre, quien también es candidato a la presidencia municipal de Boca del Río, por enriquecimiento ilícito.
 
Circuló también un audio con la grabación clandestina de varias conversaciones telefónicas de Miguel Ángel con sus hijos Miguel, Fernando y Omar y otros personajes, que si bien no son prueba de delito alguno (a reserva de lo que dijeran los tribunales), los exhibe como dueños de una riqueza insultante, indignante cabría el término, en un país y en un estado con millones de pobres y miserables.
 
Y en la sede estatal del PAN se contaban los votos (hasta el momento de redactar estas líneas la noche de este lunes) que determinarán quiénes van en primer lugar en la lista de candidatos plurinominales al Congreso local, para la cual se apuntó y contendió Yunes Linares en la creencia de que tendría un gran número de sufragios que lo colocarían a la cabeza, lo que al parecer no estaba resultando así, aunque habría que esperar el cómputo final.
 

Al respecto, entre los panistas de Xalapa, o sea los del grupo afín a la dirigencia estatal que encabeza Enrique Cambranis Torres, corría la versión de que los delegados con derecho a voto habrían recibido incentivo externo para sufragar en contra del tormentoso ex dirigente estatal del PRI y bloquearlo para que no llegue al Congreso pero, de paso, para impedir que cobre más fuerza y les arrebate la dirigencia estatal, cuyo renuevo está previsto para noviembre próximo.
 
Dada la inoperancia total e ineptitud mostrada por el priismo de Veracruz (Sergio Aguayo publicó en un artículo el 24 de abril en Reforma con el título “Preocupémonos” que Yunes los estuvo grabando ¡durante seis meses!), cabría especular que una vez tomadas medidas contra sus malos operadores en el estado, el PRI, el Gobierno Federal (o sea, el priismo en el poder) va ahora contra Miguel Ángel no sólo para castigarlo por lo que les hizo sino para pararlo antes de que les cause más estropicios en un estado que les interesa sobremanera.
 
Pero cabría pensar que del centro están siendo cuidadosos, haciendo bien las cosas para que no los involucren o los acusen y menos les prueben nada, y acaso por eso Camacho Quiroz pareció muy tibio, muy light el domingo, para no mancharse las manos de sangre y echar por delante, al día siguiente, a Espino Barrientos, ex panista, expulsado de las filas blanquiazules y a quien le queda muy bien el papel de resentido, quien parecería, por lo mismo, un denunciante natural contra Miguel Ángel, a quien, es cierto, desde adentro mismo del PAN lo combatió.
 

Otro elemento que cabría hacer pensar que el Gobierno Federal, es decir el PRI nacional, o viceversa, no va a dejar más que Yunes Linares esté suelto y les continúe haciendo daño es el perfil del recién nombrado, el pasado jueves, pomposa y extrañamente como coordinador estatal de la Secretaría de Gobernación, Alberto Amador Leal, un cargo que se lo sacaron de la manga porque no existía.
 
Se pensaría que este especialista en inteligencia y espionaje, enviado por Miguel Osorio Chong, viene a vigilar y a espiar a los de adentro, luego del desgarriate que provocaron, pero también a los de afuera, para evitar más situaciones como la de Boca del Río que abolló la joya de la corona del gobierno de Peña Nieto, el Pacto por México.
 
No se debe pasar por alto que Amador Leal fue secretario general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, el famoso y temido CISEN, y que estaba proyectado para manejar, al inicio del presente sexenio, la Inteligencia (espionaje) del Gobierno Federal, cargo en el que duró sólo un mes (de diciembre a enero pasado) porque argumentó que la Policía Federal Preventiva no tenía ni organización ni proyectos definidos, por lo que era muy difícil trabajar, y se refugió entonces con su gran amigo y protector Osorio Chong.
 

O sea, para un cabrón en espionaje como Yunes Linares, le mandan otro más cabrón (quizá) que lo neutralice o lo combata, dado que quedó demostrado que acá no pueden con él.
 
Habrá que esperar para ver si prospera la denuncia penal de Manuel Espino, porque de ser así entonces los dos Yunes, padre e hijo, quedarían invalidados legalmente para contender.
 
Miguel Ángel no es ningún tonto y sabe que se metió y se enfrenta al poder del poder. Debe tener calculados los pasos a dar.
 

Por cierto, la versión es que el nuevo delegado de la Sedesol en el estado será un no veracruzano y llega pero con línea directa de la Ciudad de México.