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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
¿Un león domesticado?
Arturo Reyes Isidoro
6 de mayo de 2013
alcalorpolitico.com
Como si el priismo veracruzano no tuviera ya suficiente, parece que sí, que siempre sí, Miguel Ángel Yunes Linares encabezará la lista de candidatos del PAN a diputados por la vía plurinominal al Congreso del Estado.
 
Si la información que “Prosa aprisa” tiene se cumple, este lunes el panismo podría dar cumplimiento al adagio de que en política hay caídas… para arriba.
 
Este día, la Comisión Nacional de Elecciones (CNE) del blanquiazul podría invalidar la elección del 28 de abril y designar en forma directa los nombres y el orden de la lista de sus candidatos.
 

De acuerdo a fuentes internas bien informadas, incluso en el Comité Directivo Estatal (CDE) no descartan la posibilidad de que ello pudiera ocurrir, aunque inconformarse, en todo caso, correspondería a la Comisión Estatal de Elecciones, que preside Gonzalo Herrera Barreda, y a los aspirantes que se sintieran afectados por esa decisión, básicamente María del Carmen Pontón Villa y Julen Rementería del Puerto, electos por decisión unánime la noche del pasado viernes por los integrantes del CDE como sus dos propuestas a ocupar las posiciones uno y tres, respectivamente, del listado correspondiente.
 
La sospecha de que lo peor podría ocurrir para la Muralla Azul (conformada por los miembros del CDE y todos sus afines) así como para todos los interesados en que Miguel Ángel no llegue al Congreso quedó desde el amanecer de la mañana del jueves pasado cuando la Comisionada Nacional, Verónica Pérez Herrera, se negó a validar el resultado y dejó la decisión final en manos de la CNE.
 
Y es que la madrugada del jueves, luego de cuatro días del conteo de votos, se acordó ya no abrir la paquetería de los últimos tres distritos de 30, todos del sur, y enviar todo el material a la Ciudad de México, luego de que Yunes Linares denunció anomalías, que certificó con un notario, entre ellas, presuntamente, que no aparecían los votos de los mismos aspirantes en varios distritos, uno de ellos el de Martínez de la Torre.
 

Pero, más, el tormentoso político de Soledad de Doblado habría hecho valer su sospecha y denuncia de que, extrañamente, no obstante la normatividad blanquiazul, 36 horas antes de los comicios, la noche del viernes 26 de abril el presidente de la CNE, Manuel Espina von Roehrich, transmitió la instrucción de que no se contarán los votos en las mismas casillas y por lo tanto no se levantaran actas ahí mismo, sino que todo se remitiera al edificio de la calle Zamora en Xalapa y que ahí se hiciera el conteo.
 
Lo que sabe es que durante la calificación, voto por voto casilla por casilla, Yunes fue detectando actas sospechosas, que ante la Comisionada se metieron en paquete aparte para su revisión. Y en esas se quedaron. Según un actor de los hechos, Yunes no salió molesto la mañana del jueves, como se hizo correr alguna versión. El acuerdo había sido de todos: que se acabara de contar y se revisara y se determinara en la capital del país.
 
En “Prosa aprisa” del viernes pasado pregunté si Miguel Ángel aceptaría su derrota si se llegara a confirmar; hice notar que hasta el jueves por la noche no se había pronunciado públicamente sobre el resultado de la elección, y apunté: “Pero nadie puede aún cantar la victoria final, porque el líder del grupo del panismo de Boca del Río no es un hombre que se dé por vencido fácilmente”.
 

Ese mismo viernes dio su respuesta. En un pronunciamiento público no dejó lugar a dudas: “Sea cual sea ésta decisión la acataré. Voy a seguir contribuyendo a la unidad y fortaleza del PAN, no a su división”. ¿Un león domesticado? ¿Yunes humilde, disciplinado, con espíritu de unidad, con alitas en la espalda y una aureola de santo sobre su cabeza?
 
La pregunta obligada ahora es: ¿están dispuestos sus contrarios a acatar igualmente los resultados finales que determine la Comisión Nacional de Elecciones, sea cual sea la decisión que se tome?
 
Extraña sobremanera que Yunes no haya hecho escándalo ahora sobre el proceso interno, salvo su denuncia de que hubo anomalías. A lo mejor lo tranquiliza saber que quien dio testimonio de todo no es una comisionada más. Porque resulta que Verónica Pérez Herrera, además de ser Comisionada Nacional por seis años (el próximo año se vence su periodo) forma parte también de la 2ª. Sala de la CNE para efectos de la solución de controversias. O sea, es juez del órgano electoral interno. Y quizá podrá dar su testimonio al resto de los Comisionados, aparte de a Manuel Espina, en sospecha.
 

El viernes pasado me llamó la atención que Enrique Aranda, un viejo reportero ahora columnista del Distrito Federal, se ocupó del asunto en Excelsior (“Yunes y la Muralla Azul”) y apuntó la posibilidad de que se anule la elección interna, pero señaló otro dato relevante: que Yunes Linares tiene la fuerza y el apoyo de los despachos del dirigente nacional Gustavo Madero y sus aliados, así como de Ernesto Cordero Arroyo, coordinador de la bancada del PAN el senado, o sea, de las dos grandes corrientes nacionales panistas que en otros asuntos están enfrentados.
 
Esto lo saben bien en la dirigencia estatal blanquiazul, según me lo comentó un panista de adentro, y por eso, en parte, parecieran reflejar que están resignados a lo que pase: saben que ellos no tienen ese nivel de relaciones y poco pueden hacer.
 
En todo caso, si se impone a Yunes Linares para encabezar la lista, tanto Madero como Cordero, anticalderonistas y calderonistas, no estarán más que devolviéndole un gran favor: haberlos resucitado cuando se les daba casi por muertos luego de la estrepitosa derrota que les costó la Presidencia de la República, y con el famoso audiovideo de Boca del Río haberles dado tanta fuerza que llevaron al presidente Enrique Peña Nieto contra las cuerdas, que con tal de salvar el Pacto por México ha tenido que ceder a muchas exigencias que seguramente no tenía consideradas. Con un plus: con Miguel Ángel tienen garantizados los reflectores, la atención mediática, porque es un púgil que da espectáculo, que vende, y que a muchos gusta su estilo y a otros no, pero al que nadie puede dejar de prestar atención. ¿Y quién otro de los precandidatos ofrece todo eso? ¿Quién?
 

¿Una víctima colateral?
 
No lo conozco en persona ni meto las manos al fuego por él. Pero por las referencias que tengo del nuevo encargado de la Secretaría de Finanzas y Planeación, Carlos Aguirre Morales, es un hombre sencillo, correcto, honesto y trabajador, que se formó en la dependencia desde muy abajo, con una virtud que podría estarle pesando ahora: es disciplinado, callado y que como funcionario sólo ha cumplido las instrucciones que le han dado sus superiores, pero sin ser responsable directo de ninguna decisión. Sirvió en los gobiernos de Miguel Alemán Velasco y Fidel Herrera Beltrán. Ayer le tundieron en algunos medios. Sería una víctima colateral del boqueñazo.