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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Blindajes
Raymundo Jiménez
6 de mayo de 2013
alcalorpolitico.com
No hay que ser mago para adivinar que después del 7 de julio se avecina un laaaaargo, laaaaargo conflicto post-electoral en Veracruz.
 
A menos, claro está, que el PAN y PRD arrasen al PRI en las elecciones de alcaldes y diputados locales, lo que aparentemente está en chino porque las tendencias electorales, hoy por hoy, favorecen a la alianza tricolor “Veracruz para adelante” en más de la mitad de los 212 municipios y en la mayoría de los 30 distritos electorales del estado, luego de que la coalición opositora entre el partido de izquierda y el de la derecha no se concretó.
 
Sin embargo, ahora, el principal problema para la cúpula del Revolucionario Institucional es cómo legitimar y hacer creíble su previsible triunfo en las urnas después del escándalo que las dirigencias nacionales del PAN y PRD aún mantienen vivo como instrumento de presión política en la mesa del Pacto por México debido a la supuesta red electoral que funcionarios del gobierno del estado, de la delegación federal de la Secretaría de Desarrollo Social y operadores del PRI pretendían echar a andar en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, según los audios y videos difundidos por el partido blanquiazul a mediados de abril y que provocó el cese inmediato del delegado Ranulfo Márquez y de otra media docena de servidores públicos de la Sedesol en la entidad.
 

Y es que desde ese mismo momento debió haber sido separado también de su cargo el secretario de Finanzas y Planeación, Salvador Manzur Díaz, uno de los principales implicados en este videogate, quien todavía el domingo 28 de abril, en Boca del Río, junto con otros 15 mil priistas, entre ellos los candidatos a diputados y alcaldes, escuchó decir al dirigente nacional del tricolor, César Camacho: “Hoy, desde Veracruz y para todo el país, el PRI reitera su compromiso con la legalidad: de cualquier partido y quien sea, si alguien la hace, que la pague”, pues el mexiquense resaltó que el Revolucionario Institucional rechaza el uso político de los programas sociales, y el repudio a quienes medren políticamente con la necesidad de las personas.
 
No obstante, el alcalde con licencia de Boca del Río fue sostenido como titular de la Sefiplan hasta este sábado 4, lo que significó casi tres semanas de golpeteo mediático y de desgaste político para su jefe, el gobernador Javier Duarte de Ochoa, el principal activo del priismo veracruzano.
 
En los próximos días, seguramente, este caso será retomado por los detractores del mandatario estatal para seguirlo tundiendo, cuando desde el primer instante debió haber sido un asunto que pudo desactivarse simultáneamente con el separo de los funcionarios de la Sedesol.
 

Pero en vez de ello, Manzur continuó en la Sefiplan y todavía se le pretendió arropar con una comparecencia ante el Congreso local que al final no se realizó.
 
La decisión que tomó hasta este sábado el gobernador Duarte debió haberla asumido desde un principio, tal como lo hizo la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, con sus subordinados.
 
Si por afecto, por compromiso personal o estrategia política el mandatario veracruzano se resistía a entregar su cabeza, Manzur mismo debió haberle aligerado la carga a su jefe, compadre y amigo separándose de su cargo y presentándose voluntariamente, como hace diez días lo hizo, ante la Delegación estatal de la Procuraduría General de la República (PGR) para solicitar sean investigados los señalamientos que en su contra hicieron los representantes del PAN, los cuales difícilmente van a proceder porque no habrían sido hechos consumados.
 

Hace tres semanas este par de actos de Manzur, su renuncia y presentación voluntaria ante la PGR, en pleno ojo del huracán mediático, habrían redimensionado su estatura política y revalorado públicamente su lealtad al jefe de las instituciones del estado, sin embargo su tardío cese deja la impresión de que la cabeza del alcalde boqueño ha rodado por la presión de los enemigos del gobernador Duarte, que al parecer no sólo están en la oposición sino al interior de su propio partido y hasta en su misma administración.
 
Cosa de ver, nomás, la tibia o nula defensa que algunos correligionarios y aspirantes a sucederlo en la gubernatura han hecho hasta ahora del mandatario veracruzano, quienes tampoco se han preocupado por atajar las especulaciones que sus seguidores siguen elucubrando en caso de que procediera el absurdo juicio político promovido contra el jefe del Ejecutivo estatal por sus adversarios del PAN y PRD en el Congreso de la Unión.
 
Y es que en el PRI, al igual que en el PAN –donde al principal aspirante, Miguel Ángel Yunes Linares, pretenden relegarlo hasta la séptima posición en la lista plurinominal de candidatos a diputados–, han iniciado muy tempraneramente las pugnas internas entre los grupos de poder por la gubernatura de 2016.
 

Precisamente la designación de Manzur como secretario de Finanzas y Planeación hace un par de meses en sustitución de Tomás Ruiz González –quien sorpresivamente renunció a la Sefiplan luego de la reaparición política del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán en Veracruz– fue interpretada como el virtual encarte del alcalde boqueño para la próxima sucesión estatal, lo que obviamente debió haber despertado el celo de otros aspirantes priistas y de la oposición que para ello buscan reposicionarse también en el proceso electoral local de este año.
 
El propio Ruiz, desde 2004, ha querido ser candidato del PRI a la gubernatura de Veracruz, motivo por el cual, tras la postulación de Herrera Beltrán, renunció al partido tricolor y se refugió en Nueva Alianza, donde Elba Esther Gordillo lo hizo dirigente nacional en 2007.
 
Ahora, el novio de la actriz Ana de la Reguera seguramente mantenía viva su aspiración, la cual sintió que estaba condenada al fracaso en cuanto resurgió el ex gobernador Herrera como operador electoral del PRI en la entidad.
 

Por eso no suena inverosímil la versión acerca de su reciente acercamiento con el ex candidato del PAN a gobernador Yunes Linares, otro ex protegido de la maestra Elba Esther y también acérrimo enemigo político de Fidel Herrera, quien además de candidatos a diputados y alcaldes priistas está imponiendo a la mayoría de los delegados federales en la entidad, entre ellos al cesado Ranulfo Márquez, de la Sedesol, y a Antonio Benítez Lucho, ex secretario particular del cuenqueño que este miércoles 8 asumiría la delegación del IMSS Veracruz-Norte. Es más, el sucesor de Manzur en la Sefiplan es Carlos Aguirre Morales, quien fue Tesorero en la administración fidelista.
 
De ahí que la duda que existe es si Tomás Ruiz estaba al tanto de la grabaciones clandestinas que los enemigos preparaban en contra del gobernador Javier Duarte, pues ha trascendido que luego del golpe asestado por Yunes Linares también fueron descubiertas videocámaras en algunos despachos de altos funcionarios de la Sefiplan.