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Columnas y artículos de opinión
Pactito a la jarocha
Luciano Blanco González
16 de mayo de 2013
alcalorpolitico.com
El barco continúa firme, las procelosas olas del mar han menguado sus pavorosos lengüetazos que golpean, hunden y engullen. El Estado esta sereno, nada de eso paso.
 
Aunque el cielo sigue amenazante, los signos de tormenta trepidan, retumban, la luz de sus relámpagos ilumina las pantanosas y apestosas cloacas de la rapacería electoral que se encuentra sembrada por todas partes, en todos los partidos.
 
Los tempestuosos truenos anuncian la limpia general en las instituciones, aunque se cedió, se abrió la puerta a los chantajes, a los pediches que no cesan en su cantaleta, aunque se haya ido Benítez de la Profeco y Manzur de Finanzas, quieren la cabeza de Rosario Robles.
 

Los corsarios con sus patentes partidistas, ahora se visten de santos, se sahuman, entrelazan sus devotas manitas, levantan espantados sus ojos al cielo en sacrosanto y fingido sufrimiento, pero también huelen a azufre, los delata su enorme cola de ratones, su hábito filibustero, sus lenguas injuriosas.
 
La izquierda y la derecha, unidos, aliados, sonrientes, perfumados, unos oliendo a 7 machos, los otros a exquisito y exclusivo Palacio, Todos mamando y trompeando la misma ubre, tetas con más leche que otras, el erario es inagotable.
 
El tesoro nacional está a salvo, la limpieza de la democracia está garantizada, capitán y bucaneros acordaron un armisticio sin rendiciones.
 

Los piratas disfrutan del jugoso botín obtenido, El gato saco un apetitoso filete para el famélico y hambriento perro.
 
El chantaje por no hundir el barco fue bien recompensado, el pacto flota, la suculenta tajada lo sostiene, lo impulsa y lo propulsa.
 
En medio, hubo ruegos, negociaciones, concesiones, promesas, acuerdos subterráneos y desconocidos, lo pactado en lo obscurito está por verse muy pronto.
 

El sueño de la concordia, el afán de la colaboración les hizo olvidar que este es un sistema que se rige por un complejo cuerpo de leyes emanadas de la soberanía popular.
 
El ministro del interior y el Secretario del tesoro, blandieron la espada mágica sobre el Gran Maestre de la plataforma continental del Golfo de México, sacando a relucir viejas cuentas guardadas, números pendientes de cuadrar, auditorías archivadas e investigaciones amañadas que duermen en el poderoso armario de la complicidad, de la concertación. En el baúl del que se cobran y se pagan los favores, los deslices, a veces los premios y castigos.
 
Negociar con el cuchillo en el cuello, con la pistola en la cabeza, con el poder del mallete judicial en la mano, es el estilo de la soberbia impositiva y dictatorial con el que aún se conducen los modernos verdugos políticos de la dictadura perfecta en México.
 

Había que cumplir los caprichos, había que cumplir con las demandas, había que dar lo que se pidiera, aunque fuera en contra del espíritu de la ley, había que salvar la máxima obra política del Peñismo. Todos sabemos que ni Enrique peña Nieto ni Javier Duarte son autoridades electorales. Ellos son autoridades morales, con una elevada concepción de civismo, cuyas metas de generar el bien común y garantizar los derechos individuales de todos sus gobernados, esta invariablemente matizado de una sensible pulcritud ética, por lo que deben de reflejar pureza y armonía en todos sus actos, así sea en los deliberativos y de concertación con quienes tienen la torcida idea del poder a costa de lo que sea, sin importar la calidad o la categoría de los medios.
 
Ni los Gobernadores o el Presidente de la Republica, tienen injerencia alguna en las elecciones, ambas instancias limitados por la ley, solo deben de evitar la interferencia del Estado Federal o Entidades locales en los procesos y garantizar la no participación de la fuerza gubernamental con sus influyentes personeros en esos sagrados deberes propios de la sociedad civil, representada por órganos “autónomos”, que actúan unos como organizadores y otros como árbitros y jueces para dar certidumbre y legalidad a la constitución de los poderes en sus diversas formas y jerarquías.
 
La función pública se limita además a evitar que los partidos políticos o los candidatos hagan uso pernicioso de los recursos fiscales para agenciarse simpatías generadas en la necesidad o en la perspectiva de un desarrollo futurista a cambio de prebendas personales o de obras sociales y de progreso que por deber legal todo funcionario debe de ejecutar.
 

La Federación puede firmar cuanto compromiso quiera y cumplirlo pero en el ámbito de su competencia, pero no puede hacer compromisos a nombre de los Estados. Como el alentar los 17 Pactitos en las entidades donde abra elecciones.
 
“El Pacto por México” por su propia composición es deliberadamente excluyente, pues su cogobierno está integrado únicamente por el Gobierno Federal, El PAN, El PRD y el PRI, los 3 membretes políticos más importantes del país, ignorando intencionalmente la existencia de los demás partidos y organizaciones sociales y políticas, para estas instituciones exclusivas que a través del pacto se arrogan la voz cantante de la democracia Mexicana, no existen más que como sumisos y obedientes colaboradores las demás instituciones, (Gobiernos de los Estados, Cámaras Legislativas Locales, Cámaras de la Industria y del Comercio, Centrales Obreras, Sindicatos Magisteriales, Universidades, los mini partidos políticos nacionales y las decenas de partidos locales, tampoco existen ), claro, aceptemos que el Estado es el rector de la vida nacional y que por tal motivo dicta caprichosa y arbitrariamente sus decisiones y que los gobernados que no estén de acuerdo con ellos, hagan y opinen lo que quieran, instruidos suficientemente por este criterio de las consecuencias de sus actos, si se atreven a transgredir sus insinuaciones u órdenes. Pero en este caso, los toros bravos andan sueltos y no todos están dentro de este toril, ni se dejaran entorilar.
 
Es obvio que su integración obedece a las condiciones políticas del momento, entre amigos las cosas funcionan mejor, si hubieran inmiscuido al Señor licenciado Andrés Manuel López Obrador y sus Morenas, otra cosa seria el pacto, o sea que este obedece a circunstancias de gobernabilidad, como en su tiempo el Plan de Iguala de Agustín De Iturbide y Vicente Guerrero que alumbra la Independencia Nacional a partir de una alianza entre milicianos realistas, monárquicos; Con la soldadesca insurgente.
 

El Plan de Casa Mata de López de Santa Ana, que desconoce el Imperio Iturbidista, El Plan de Ayutla contra la dictadura Santanista, el Plan de Guadalupe mediante el cual Carranza desconoce a Victoriano Huerta, el Plan de Ayala, de Emiliano Zapata, con su documento agrario, reivindicador de los campesinos, hasta llegar al Plan Nacional de Desarrollo, pasando por el Plan Sexenal de Cárdenas y las sabias estrategias de Don Jesús Reyes Heroles, “Primero el programa y luego el hombre”.
 
Análogos a los planes y pactos encontramos los Tratados como el de Córdoba que signa el representante de la monarquía Borbónica Juan O'Donojú con los mexicanos representados por Agustín De Iturbide y muchos más hasta llegar al más importante que proclamara Carlos Salinas, George Bush y Mulroney, bajo el título de Tratado de Libre Comercio de México, Estados Unidos y Canadá.
 
Pulcritud y decencia de los organismos electorales, activar los mecanismos jurisdiccionales para perseguir las conductas delictivas en esta materia es lo que se debió de pactar, ningún adendum de la naturaleza que sea, puede substituir a la Fiscalía Especializada para los Delitos Electorales de la Procuraduría General de la Republica o de las Procuradurías de los Estados, Ningún pacto puede desplazar al Instituto Federal Electoral o a los tribunales de los Estados, aunque estos sean malos o estén señalados de una ausencia absoluta de imparcialidad, como son los desdeñados órganos y Tribunales electorales.
 

El adendum al Pacto por México solo debe de ser un manual ético, en el que deben de gravitar las conductas de todos los actores participativos, inductivo de sanos y limpios comportamientos de quienes aspiran a conquistar el poder en procesos en los que se observen normas que garanticen condiciones en los imaginarios y quiméricos escenarios de igualdad y de transparencia.
 
Las consecuencias de este agregado en un país que no está preparado para los efectos fatales de la democracia como son ganar o perder, nos van a llevar en un futuro inmediato a que los triunfos o las derrotas de candidatos o de partidos tengan que ventilarse en esta cámara política y no en los tribunales, ahí se exigirán validaciones o nulidades de elecciones de Gobernadores, Diputados o Ayuntamientos con el señuelo de la trampa, el fraude o la manipulación. Para los partidos el pacto es un formidable instrumento de chantaje
 
Se blandirá nuevamente el sable de la amenaza o la impositiva navaja de la guillotina para imponer las consecuentes e insensatas razones de Estado. A tiempo sabremos qué tan afilados están los cuchillos del samurái.
 

Pero ya no se deben de seguir tolerando los abusos de los pactados cuyos acuerdos van más allá de la soberanía estatal, quizás Veracruz con valor deba de proclamar su autonomía política, es indignante que nos quieran endilgar un Código Penal Federal y un Código de Procedimientos Penales, es inconcebible que en materia de deuda pública estatal y municipal intervenga la Federación substituyendo a las Legislaturas de los Estados, con buenos propósitos, pero pésimas bases, gracias a nuestras bien disimuladas cobardías.
 
De qué nos sirve ser parte del país modelo, la séptima potencia económica mundial, si somos uno de los estados más rezagados en educación, si el nivel de pobreza extrema y de hambruna es alarmante. Solo sirve la alianza que tenemos con la Federación para que nos envíe las migajas y sobras para llenar los escuálidos estómagos de los pobres que su ineptitud ha generado.
 
En Veracruz estamos serenos, aquí se provocó la tormenta, los acontecimientos que se derivaron fueron de una magnitud insospechada, en las filas de nuestro partido se hacen esfuerzos sinceros por desterrar a los otrora magos electorales que en los tiempos modernos ya no son necesarios.
 

Los oídos del Gobernador están abiertos, receptivos para escuchar inclusive las necedades de quienes pretenden hacer un inútil pactito, que aquí no será más que el andamiaje de un destartalado circo, que si adopta el modelo electorero será una caja de resonancia de las vilezas injuriantes que se ventilan con desdeñables injurias y mentiras que se dan al interior de los partidos y que se suscitan en impúdicos actos de la politiquería aldeana.
 
¿Pactito con quién?, ¿con Uriel Flores, con Juan Montes de Oca, con Sergio Rodríguez, Juan Vergel, Manuel Bernal, con Cambranis, Rementería, Yunes, El Pipo Vásquez, Vaca, Cuevas?; ¿Con quién?, todos ellos muy respetables pero con fuertes conflictos al interior de sus grupos y organizaciones, o Con Toño Luna, Manuel Espino, Alfredo Tress, Dante Delgado, Armando Méndez de la Luz, Erik Lagos, Fidel Robles o Arturo Pérez.
 
El Pactito así diseñado, será una caja de resonancias inútiles, para injuriar candidatos y autoridades, un frente de chantajismos y amenazas, aunque habrá también quien quiera pactititos a nivel municipal. No es eso lo que necesitamos, lo que se requiere es aplicar la transparencia y legalidad que visten de luces a Peña Nieto y a Duarte. Veracruz, aspira a que en lugar de un Pacto electorero, se amplíe el Plan Estatal de Desarrollo, sin privilegios y sin exclusiones y admita en su seno a todas las fuerzas políticas, con el compromiso de sumarse al gran trabajo del Gobernador y fortalecer a Veracruz con un programa de obras y de progreso sin parangón. Eso si, en materia democrática, afilar las armas, no guardarlas, esta es una materia en la que todos, si queremos ir para adelante tenemos que estar muy pendientes, aunque nos rompan el hocico.
 

Twitter: @lucianoblancoG