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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Peña Nieto, signo alentador
Arturo Reyes Isidoro
16 de mayo de 2013
alcalorpolitico.com
Al dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, el presidente Enrique Peña Nieto lo cautivó. Tanto que, según declaró a la revista Proceso, su partido deja la oposición. Da para ello un argumento, que seguramente no todos comparten, incluidos los miembros de su organización política: “Peña sí cumple”.
 
El barbón blanquiazul narró al reportero Álvaro Delgado cómo lo convenció el mexiquense. Dijo que su esposa le advertía que Peña y los priistas no eran de fiar: “Me decía: ‘¿Les crees a estos batos?’ Yo respondía: ‘Es que está para no creerles, pero también lo que está de por medio es mucho, es muy grande’. ‘No. Nomás te están sopeando, nomás te están sacando la sopa’. Pero decidimos correr ese riesgo. Fue una apuesta muy dura”.
 
Agregó que Peña Nieto lo convenció desde antes de la toma de posesión cuando le dijo que como Presidente entendía que las cosas tenía que verlas con visión de Estado y que él quería sorprender. “Cuando te dice ‘los voy a sorprender’ alguien a quien no conoces, no sabes si te va a sorprender para dónde. ‘No. Sorprender a la buena’, me aclaró. ‘Los quiero sorprender’. Y era abonarle a esta confianza”.
 

Es muy temprano para hacer un juicio contundente y definitivo sobre la gestión del Presidente, porque así como hay señales de que pretende un cambio, también las hay que está tolerando y manteniendo el mismo estado de cosas que con clamor reclama el pueblo de México que desaparezca ya y para siempre: el de la impunidad.
 
Pero, viéndolo con ojos de optimismo y esperanza, podríamos estar ante un Jefe de Estado como no lo ha habido en el país desde que Lázaro Cárdenas ocupó la Presidencia, un político, además, con una visión moderna y renovadora y transformadora del Estado mexicano.
 
Un signo ominoso de nuestro sistema político sigue siendo la impunidad de líderes y gobernantes de la peor ralea, como Carlos Romero Deschamps, dirigente de los trabajadores petroleros, o Víctor Flores Morales, de los ferrocarrileros, o Rubén Moreira Valdés o Andrés Granier Melo, por sólo citar algunos.
 

Su vigencia y la impunidad que los protege hacen dudar que en verdad Peña Nieto sea quien va a transformar el país y de que va a cambiar el estado de cosas. Siendo benevolentes con él, se podría decir que apenas lleva cinco meses en el poder presidencial y que habría que darle tiempo para actuar, para acabar con un cáncer de años que muchos de sus antecesores no pudieron exterminar.
 
Pero también ha dado ya signos de cambio con hechos reales que hacen concederle el beneficio de la duda. El más reciente, el de ayer cuando el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció la remoción de Humberto Benítez Treviño como titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) luego que se reveló que su hija intentó clausurar un restaurante porque no le asignó la mesa que quería.
 
“Con esta decisión, el Presidente de la República envía un mensaje claro a todos los servidores públicos de la Federación, a todos quienes tenemos responsabilidad en este Gobierno, en el Gobierno de la República, de que además de cumplir con nuestras responsabilidades dentro del marco de la ley, estamos obligados a desempeñarnos con ética y absoluto profesionalismo", señaló.
 

¿Qué se puede cuestionar a esta decisión? Sólo aprobarla y aplaudirla. Con motivo del escándalo salieron a relucir varios detalles: que Benítez Treviño tenía ya muchos años al lado de Peña y que incluso éste le tiene tanto respeto que es al único al que le dice Maestro de todo el grupo con el que llegó al poder presidencial. Ayer se vio que todo eso de nada valió. Se dudaba de que el ahora ex titular de la Profeco fuera destituido, y, la verdad, sorprende la decisión.
 
Pero ese no es el único indicio, hasta ahora, de que hay señales de cambio o de intento de cambio. El mismo escándalo de Boca del Río, si bien no se ha resuelto totalmente como pedía la oposición, motivó también renuncias, primero de funcionarios federales aunque de la clase política local y luego de un alto funcionario estatal.
 
En el caso de Benítez Treviño, mejor conocido como #LadyProfeco por haberlo originado la hija del ahora ex funcionario, la prensa, el diario Reforma denunció y se sumaron luego los otros medios así como la sociedad civil a través de los tuiteros, y el Presidente en lugar de tratar de proteger a su colaborador, como lo vinieron haciendo hasta antes de él todos sus antecesores sin excepción, incluyendo a los panistas, ordenó que se investigara. Ayer tuvimos la respuesta.
 

En el caso de Boca del Río, fue la oposición la que denunció y Peña Nieto tampoco consintió que prevaleciera la ilegalidad. Aquí, a mi juicio, lo más llamativo es que por primera vez en la historia de México un Presidente atendió una denuncia sin importar que el denunciante fuera el más férreo opositor a su propio partido.
 
Después de ver el desenlace que ha tenido el caso de #LadyProfeco, creo que en verdad hay motivo para que los involucrados en el caso de Boca estén preocupados o para que deban estar preocupados, porque igual que en el caso de Benítez Treviño, se dio luz verde para investigar a los denunciados tanto que han sido llamados a declarar ante la Fepade (Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, de la Procuraduría General de la República) y se espera conocer el veredicto.
 
Otro hecho significativo: la reacción del PRI, el brazo electoral del Gobierno, de Peña Nieto. Avaló con todo la decisión presidencial. No defendió a su militante. “"Esto acredita el cumplimiento no sólo de un mandato legal por el Presidente Peña, sino de la significación de la política y del cumplimiento con una gestión que sea respetuosa de la Ley y en donde los excesos no tengan lugar", salió a declarar el presidente del CEN tricolor, César Camacho Quiroz. "Es una expresión de congruencia del Presidente Peña y su gobierno, se trata de una decisión firme”, subrayó.
 

Significativas sus palabras: "Ésta debe ser una lección para todos los que hemos abrazado al servicio público como vocación".
 
Entonces, no fue casual que el PRI nacional tampoco haya defendido ni solapado a sus militantes de Boca del Río y cobran más dimensión sus reiterados señalamientos de que quien la haya hecho que la pague, sea quien sea.
 
No es todavía suficiente como para echar las campanas al vuelo, pero por lo menos ya Peña Nieto dio muestras de que la denuncia ciudadana, la de la prensa, la de la oposición, será escuchada, atendida y resuelta. ¿Acaso esta es la forma en que nos quiere sorprender, como se lo dijo a Gustavo Madero? ¿Lo entenderán todas las autoridades, del propio Presidente para abajo? ¿Nos llegará a cautivar, con sus hechos, como al dirigente nacional del PAN?