Mientras su esposo, el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, disfrutaba en el principado de Mónaco la carrera de Fórmula Uno –en la que el piloto mexicano Sergio “Checo” Pérez, de Mc Laren, abandonó la competencia en la vuelta 72, y su compatriota Esteban Gutiérrez, de Sauber, terminó colocado en el lugar número 13–, este fin de semana doña Margarita Zavala estuvo en la zona metropolitana de Monterrey, donde al igual que hace dos meses en Boca del Río, volvió a ser “destapada” por alrededor de mil mujeres para la Presidencia de la República del año 2018.
 
“¡Margarita, te queremos de Presidenta!”, se escuchó el grito, seguido de porras y aplausos del millar de féminas reunidas este sábado 25 en el teatro municipal de San Nicolás de los Garza, las cuales fueron convocadas por la Secretaría de Promoción Política de la Mujer del Comité Directivo Estatal del PAN de Nuevo León.
 
El viernes anterior, la esposa del último ex Presidente de extracción panista también impartió una conferencia sobre valores ante alumnos de una escuela privada.
 

En el evento con las mujeres, la señora Zavala de Calderón salió en defensa del gobierno de su marido y sólo destacó sus logros, pues no aludió para nada el saldo de más de 60 mil muertos y desaparecidos registrados durante el sexenio calderonista.
 
“De la mano de Acción Nacional, y con Acción Nacional, por primera vez en México en 2011 los niños y las niñas van parejo en primaria, en secundaria.
 
“De la mano de Acción Nacional llegó el Seguro Popular y hoy las mujeres saben muy bien lo que significa eso.
 

“Hace seis años, 7 de cada 10 niños con leucemia fallecía, después de 6 años de gobierno de Acción Nacional, 7 de cada 10 viven”, destacó.
 
Además resaltó que en los últimos seis años fueron construidos más de 20 mil kilómetros de carreteras en todo el país.
 
Con los gobiernos panistas, dijo, también llegó la estabilidad económica y programas como el Seguro Popular para beneficiar a más ciudadanos.
 

Los gobernantes de Acción Nacional, presumió, promovieron la transparencia y la rendición de cuentas. “Hemos sido un gran partido”, arengó ante el millar de mujeres que le gritaban “¡Margarita, Presidenta!”, sin hacer ninguna alusión a la crisis cupular que actualmente existe por la fuerte confrontación entre el grupo de senadores calderonistas y el presidente del CEN del PAN, Gustavo Madero, tras la cuestionada separación de Ernesto Cordero de la coordinación del grupo legislativo blanquiazul en la Cámara alta del Congreso de la Unión.
 
Según algunas crónicas periodísticas, las butacas del teatro municipal de San Nicolás de los Garza fueron insuficientes, pues decenas de mujeres permanecieron de pie en los pasillos. Al final del encuentro, la esposa del ex presidente Calderón, como si ya anduviera en precampaña, se mostró accesible con quienes subían al escenario para tomarse fotos con ella.
 
Muchos supondrían que a sólo seis meses de iniciada la actual administración federal sería muy temprano para comenzar a construir una candidatura presidencial. Pero la señora Zavala y su marido saben que en el 2018 no será fácil sacar al PRI de Los Pinos.
 

Pero, primero, Calderón y su esposa tendrían que arrebatarle a Madero y a los demás anticalderonistas el control del partido blanquiazul, a cuyo próximo dirigente nacional que se elegirá a finales de este año le corresponderá postular entre 2015 y 2016 a 300 candidatos a diputados federales de mayoría relativa y 200 de representación proporcional, así como a las gubernaturas de 18 estados, entre ellos Veracruz.
 
En diciembre de 2010 Margarita Zavala fue un factor importante en la elección unánime de Madero como presidente del CEN del PAN, al persuadir a Roberto Gil Zuarth, ex secretario particular de Calderón, para que declinara su aspiración por la dirigencia del blanquiazul.
 
Inclusive hubo quienes aseguran haber atestiguado una fuerte discusión entre Zavala y el ex coordinador de la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota, quien días después de haber declinado por Madero arremetió contra el dirigente al acusarlo públicamente de haber incumplido su palabra de integrar un comité plural.
 

Y es que de los 40 integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, sólo cinco eran militantes propuestos por Gil Zuarth mientras que Madero impuso 21. Es más, la otra aspirante a la dirigencia, Cecilia Romero Castillo, quien se quedó con la Secretaría General del CEN del PAN, colocó a nueve; Francisco Ramírez Acuña puso a tres y Judith Díaz a dos.
 
El choque que ahora se ha dado entre calderonistas y Madero por la coordinación del grupo legislativo en el Senado de la República seguramente se ahondará en la disputa del control de la dirigencia nacional del PAN a finales de este año.
 
Casualmente no fue fortuito que la Asamblea Nacional convocada a principios de marzo tuviera que ser suspendida por falta de quórum igual como había ocurrido una semana antes durante la malograda sesión de su Consejo Nacional.
 

Y es que aunque quedó pendiente la discusión de una treintena de artículos de los estatutos del partido blanquiazul, los maderistas y otros anticalderonistas lograron sacar la aprobación de algunas reformas estatutarias, entre ellas la que a partir de ahora ordena que la dirigencia nacional sea electa por el voto directo de sus 400 mil militantes y ya no por los cerca de 400 miembros del Consejo Nacional que actualmente es dominado por ex funcionarios y personeros del ex presidente Calderón, los cuales intentaron tardíamente hacer el vacío mientras se votaban esas modificaciones.
 
Este golpe de Madero desató fuertes críticas de connotados calderonistas como el ex secretario de la Función Pública y ex dirigente nacional Germán Martínez Cázares, quien lamentó que el PAN se estuviera “perredizando”, lo que obviamente no debió haber gustado a los del partido del sol azteca, con los cuales el presidente del CEN blanquiazul se alió por la gubernatura de Baja California Norte y buscó afanosamente también coaligarse en Veracruz.