El incremento de los precios representa una de las amenazas más graves para la población, por el impacto tienen sobre el bienestar y el crecimiento de la producción. El incremento de los precios empobrece a las personas porque disminuye su capacidad de compra, particularmente a aquellas que tienen ingresos rígidos, es decir, que no pueden acrecentarlos conforme aumenta la inflación (como el caso de los asalariados). La inflación también impacta negativamente el crecimiento económico, al hacer más costosos los bienes y servicios que compran las empresas, disminuye la capacidad de éstas para expandir su producción, las vuelve menos competitivas y las elimina del mercado.
 
En Veracruz, en lo que va de este año, el fenómeno inflacionario ha mostrado un comportamiento muy similar al observado a nivel nacional. La tasa de inflación estatal durante los tres primeros meses del año es de 1.7% ligeramente superior a la nacional que es de 1.6 %. De hecho en la ciudad de Veracruz y en San Andrés Tuxtla fue de 1.5%, inferior a la nacional, aunque en Córdoba la tasa fue considerablemente superior, de 2.1%.
 

Sin embargo, en un análisis más amplio, se observa que las ciudades veracruzanas son las que presentan el mayor crecimiento de los precios, comparadas con el resto de las ciudades del país.

 
En el período 2010-2012, la inflación en Veracruz fue de 10.1%, la de San Andrés Tuxtla fue del 10% y la de Córdoba de 9.5%. Esto coloca a dichas ciudades en el tercero, cuarto y sexto lugar, entre las de mayor inflación.

 
Hasta el momento no se conoce una política pública del gobierno estatal, orientada a reducir la inflación y es fundamental que se implementen medidas para disminuirla, de otro modo, la pobreza seguirá avanzando a pesar de los apoyos que se otorguen, pues estos pierden su efectividad en un entorno inflacionario.
 

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