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Columnas y artículos de opinión
Tierra de Babel
¿Hacía a dónde va el pez en el acuario?
Jorge Arturo Rodríguez
4 de junio de 2013
alcalorpolitico.com
Estamos en el principio del mes de junio y parece que fue ayer el inicio de 2013, pero pasa el tiempo vertiginosamente y ya estamos a mitad del año. ¿Qué hemos hecho? ¿Hemos avanzado? Interrogantes que en estos tiempos se tornan tontas porque vivimos precipitadamente. Cuando menos nos damos cuenta, de pronto ya vivimos el día siguiente y así nos la vamos llevando… ¿Hacía a dónde va el pez en el acuario?, se preguntó alguna vez el poeta William Deer. ¿Qué ha sucedido? ¿Qué con la vida? ¿Qué con este tiempo? ¿Realmente lo vivimos? ¿O es el tiempo el que pasa sobre nosotros?
 
En fin, lejos de seudo reflexiones, creo que de nada sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive. Lo único bueno que puede hacer es intentar mejorarlos, dijera el pensador inglés Thomas Carlyle.
 
 O como dice El Talmud, no vemos las cosas tal y como son, sino tal y como somos. He ahí la cuestión. Por lo pronto, recuerdo hace unos meses alguien me envió el siguiente texto que les comparto. Ustedes deciden si reflexionarlo o, simplemente, echarlo al cesto de la basura.
 

Dicen que al morir un hombre hizo tres pedidos: 1) Que su ataúd fuese cargado por los mejores médicos de la época; 2) Que los tesoros que tenía, fueran esparcidos por el camino hasta su tumba; 3) Que sus manos quedaran en el aire fuera del ataúd a la vista de todos.
 
Alguien, asombrado, le preguntó cuáles eran sus razones. El explicó: 1) Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd, para demostrar que ellos no tienen ante la muerte el poder de curar; 2) Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros, para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí se quedan; 3) Quiero que mis manos queden descubiertas fuera del ataúd, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, al morir nada material te llevas... ¡Ah, Dios! Ustedes juzguen.
 
Por lo pronto, les cuento que el cineasta Woody Allen cierta vez dijo que nunca lograba ser feliz, “nunca me siento satisfecho. A mí nunca me gustó ninguna de mis películas y por eso, siempre estoy agradecido cuando le gustan al público”. Pos sí, algo que le agradecemos porque de otra manera no gozaríamos de sus grandes películas. Es decir, no nos achicopalemos, que no todo está perdido, porque ciertamente la mayoría de la gente con baja autoestima se la ha ganado, ¿o no, George Carlin?
 

Los días y los temas
 
En estos días de campañas y promesas y… la verdad es que prefiero mejor reírme y hasta cabecearme de la risa por tantos ofrecimientos inalcanzables pero que resultan, para ellos, de tal utilidad… Pero  me dio mucha más risa eso de poner apodos en la boletas electorales. Ya estoy viendo los nombres de los candidatos y sus apodos. Se me figura entonces que será como una Lotería Electoral… ¡Juéguenle, juéguenle, juéguenle, señores, señoras, señoritas, señoritos, joven…!  ¡Tomen su carta! ¡El gallo! ¡Bingo!, perdón, ¡Lotería con El gallo!
 
Pos ya que están en esas, ¿por qué no ponen una breve semblanza de cada uno de ellos? Breve, pero no de mentirotas, ¿eh?
 

En cuanto al apagón analógico, que no se cuánto tendrá de lógico ni en beneficio de quien realmente, ya se ve que al mexicano le preocupa más por tener tele que por tener que comer… Si seremos, si seremos… Ahí sí hasta nos unimos y protestamos y exigimos y demandamos y “Hijos de su chingada madre, no se vale, o me ponen la pinche tele al tiro o ya verán de lo que somos capaces los mexicanos jodidos!” ¿Tenía razón el Tigre Azcárraga?
 
No, pos sí. A seguir mamando pendejadas vía tele y olvidémonos que estamos de la chingada, no pensemos, no reflexionemos… “¡Cosita, cosita, cosita, cuánto te quiero mi cajita idiota!” ¿Así, o más elocuente? O como dos personajes de Jans: Uno dice: “Da gusto ver gente tan politizada, ¿por qué protestan?” A lo que el otro contesta: “Porque no tienen tele”
 
Ta güeno tener tele, pero no exageremos… Y sí, que las autoridades responsables respondan para estar al tono y sintonía del siglo XXI, con el futuro promisorio… ¡De primer mundo!
 

De cinismo y anexas
 
A propósito, el genial Nikito Nipongo expresó alguna vez que unos se conforman con darle la vuelta al mundo, otros pretenden voltearlo.
        
Por lo pronto, ahí se ven.
 

Hasta la próxima
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