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Columnas y artículos de opinión
Detrás de la Noticia
El oscuro caso de la Zona Rosa
Ricardo Rocha
5 de junio de 2013
alcalorpolitico.com
Sólo porque lo vimos, lo creímos. En plena crisis por los desaparecidos, y como si se tratase del anuncio de la solución del caso, apareció antier —salvo el jefe de gobierno— la plana mayor de la ciudad para hacer declaraciones inconcebibles en este momento: el secretario de Gobierno, Héctor Serrano, negando que haya ingobernabilidad en la Zona Rosa “porque es una zona segura en la que mañana comenzarán obras de alumbrado público, poda de árboles y remozamiento de jardineras”, en la que habrá un rescate de todo el sector, lo que no significa clausurar todos sus establecimientos, sino que es para “invitarlos —seguro que muy amablemente— a que cuenten con todos los servicios de protección civil y seguridad”; por su parte, el jefe delegacional Alejandro Fernández afirmó que la intención es que “ese espacio retome el esplendor que tuvo, incluso en la vida pública”, aunque desde ahora se puede “practicar la diversión (sic), continuar con las acciones laborales y visitar los sitios de comida”. ¡Aunque usted no lo crea! ¿Y los desaparecidos?, nos preguntamos todos: ¡Ah! Sí, también estuvo presente el procurador Rodolfo Ríos Garza, quien dijo que ayer se reuniría con los familiares y luego daría un mensaje a los medios. Y ya.
 
El episodio que, de no ser tan grave sería hasta gracioso, no es sino la punta de un iceberg gigantesco y mugriento que podría incluir a algunos miembros del gabinete mancerista. Pero exhibe también la cada vez más palpable muestra de las graves deficiencias de comunicación que padecen Miguel Ángel Mancera y su grupo. Y es que a quién se le ocurre anunciar “el rescate de la Zona Rosa” cuando todos estamos esperando que nos digan qué rayos pasó con los 11 jóvenes desaparecidos.

Un asunto sumergido hasta ahora en el más profundo de los misterios, porque no hay un solo testimonio o prueba de que, como se dijo en un principio, hayan sido “levantados” del “Heaven” a plena luz del día el pasado domingo 26 de mayo a media cuadra del Ángel. 10 largos días de incertidumbre, silencio, dudas y filtraciones de las autoridades que han llevado a la criminalización de estos jóvenes e incluso a que muchos supongan y hasta aseguren que la desaparición nunca existió y que todo se reduce a una gran trampa política para Mancera y su gobierno. Una tesis viable, salvo por el pequeño detalle de los nombres y las fotos de los chavos. Y los padres, familiares y tepiteños que exigen que aparezcan.
 

Todo indica en cambio que, en la cúpula decisoria del DF, se han impuesto quienes creen que los habitantes de esta ciudad somos idiotas y que poniendo unas florecitas por ahí y unos foquitos por allá hemos de creer que aquí no pasa nada y que “ese fue un evento focalizado que no ocurre con frecuencia”. En cambio, fueron relegados quienes propusieron la vía de la sinceridad para plantear tal cual un caso que, como si se tratase de una olla exprés, obliga a reconocer lo que ocurre en esta ciudad ojerosa y pintada, que diría Yáñez:
 
 
—En el DF operan cárteles —o microcárteles— del crimen organizado que se disputan ferozmente territorios tan productivos como las colonias Juárez, Condesa o Roma.
 
—Hay al menos 20 mil establecimientos o antros de todo tipo (restaurantes, bares, karaokes o afterhours donde se distribuyen drogas psicotrópicas todos los días).

 
—Este negocio ha contado con la necesaria complicidad de autoridades de diferentes niveles de los anteriores gobiernos y muy probablemente del actual.
 
—Las mafias mexicanas y hasta extranjeras que se dedican al narcomenudeo, la piratería, la prostitución, los asaltos y el secuestro son una permanente amenaza a la seguridad e integridad de los habitantes del Distrito Federal y ahora también de su gobierno.
 
Mancera y sus funcionarios más confiables están apenas a tiempo de reconocer un diagnóstico realista. Hacer valer el respaldo popular con el que llegaron y limpiar la casa caiga quien caiga. Y, por favor, posponer el rescate de la Zona Rosa. Primero que se rescaten a sí mismos.

 
@RicardoRocha_MX
 Periodista