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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Los cálculos del tricolor
Arturo Reyes Isidoro
6 de junio de 2013
alcalorpolitico.com
Si no lo hubiera escuchado de personeros del PRI que están bien informados, que tienen experiencia política y personal, que son buenos y probados operadores electorales y que saben lo que dicen, sería muy escéptico sobre la versión de que a los responsables políticos tricolores del estado los acucia, sobre todo, ganar el control del Congreso local más que las alcaldías.
 
Su ingeniería política, según he escuchado con interés, está bien diseñada, tienen bien hechos los cálculos y los escucho y se ven optimistas de que van a lograr su cometido: ganarán la mayoría de las diputaciones locales.
 
¿Por qué en especial les interesa el control del Congreso por encima de las presidencias municipales? Porque desde ahí, me han dicho, podrán seguir teniendo el mando del estado, en lo político y en lo económico.
 

No es ningún descubrimiento comentar que, como nunca antes, esta vez el PRI y sus candidatos a presidentes municipales tienen un panorama electoral nada halagador porque las circunstancias son diferentes ya que la realidad del país y del estado ha cambiado, aparte de los yerros que están cometiendo los dirigentes y que han levantado una ola de inconformidad entre la militancia que sólo ellos ignoran o no quieren ver.
 
A ello se aúna que esta vez el Presidente aun siendo priista apuesta por un cambio en la práctica política para dejar atrás la cultura del fraude, que el dirigente nacional tricolor no solapa ilegalidades de los mismos priistas –autoridades y dirigentes– ni protege a quienes las cometen y que en el caso concreto de Veracruz tiene intervenidas la Secretaría de Finanzas y la delegación de la Sedesol federal, con auditores enviados de la Ciudad de México que están apretando tuercas en serio, aparte de que, quién sabe por qué, hasta la fecha la Federación no ha bajado recursos, ni un solo peso para el estado. O sea, está cerrada y seca la fuente de recursos económicos pero también la de los recursos materiales de donde sacaban oro molido, según habría dicho Salvador Manzur.
 
No ha faltado quien me ha dicho que todos los esfuerzos están volcados en asegurar el control del Congreso local y, por ejemplo, por eso toda la caballería en contra de Miguel Ángel Yunes Linares, que aspiraba a ser diputado local plurinominal por el PAN, a quien, según escuché también con mucha atención, descarrilaron con éxito pues estirarán o encogerán los votos según sea necesario, todo con tal de que no alcance el porcentaje que requiere y no llegue, porque va en la lista blanquiazul. Yo casi afirmaría en forma contundente que, en efecto, no va a llegar a una curul.
 

¿Pero cómo van a asegurar el triunfo de los candidatos tricolores a diputados locales? Si no les falla, con los pequeños partidos satélites y con sus aliados de los partidos grandes, a los que han ofrecido facilitarles el triunfo de sus candidatos a presidentes municipales a cambio de que sus huestes se vuelquen en las urnas con sus votos a favor de los abanderados priistas. Tiene lógica. Todos ellos saldrían ganando y se esperaría, así, un voto diferenciado.
 
Alguien presuntamente informado me ha dicho que al PRI, lógico, le gustaría ganar las 212 alcaldías, pero ante el complicado panorama que se le presenta, hace y hará todo lo que sea con tal de ganar al menos las 20 presidencias municipales más importantes del estado, incluidos Veracruz, Boca del Río, Xalapa, Córdoba, Orizaba, Coatzacoalcos, Poza Rica y Tuxpan.
 
Yo pregunto si no han hecho mal sus estimaciones. Suponiendo que ganaran la mayoría en el Congreso, como es su prioridad, pero perdieran una gran cantidad de presidencias municipales, así fueran de municipios chicos y pocos significativos, ¿la repercusión mediática no sería impactante, sobre todo en el ánimo y estimación del centro del país, del CEN del PRI, de la Secretaría de Gobernación y de la Presidencia de la República?
 

La prensa va a generalizar. Dirá, generalizará que el PRI perdió en Veracruz y no que ganó el Congreso. ¿Esta ingeniería política local habrá tomado en cuenta que se trata de la primera elección local después de la presidencial, la primera que como Presidente le toca a Enrique Peña Nieto, quien seguramente no querrá estrenar su mandato con una derrota de su partido en el estado político que más le interesa?
 
¿Los ingenieros electorales locales se habrán puesto a pensar que una derrota mayoritaria será una derrota para Enrique Peña Nieto, para sus primeros seis meses de gobierno, no obstante los evidentes logros que ha alcanzado? ¿Qué significará que los veracruzanos no lo aprueban?
 
Un viejo y experimentado operador político recién platicó conmigo. Me dijo que ve soberbia en la dirigencia estatal y que ha sido testigo de cómo personas del primer círculo del poder estatal desobedecen instrucciones de su jefe e incluso bloquean a quienes podrían ayudar. Él no está tan optimista. Estima que si no salen bien las cosas, podían llegar a perder hasta 14 diputaciones locales, con lo cual, me aseguró, no tendrían la seguridad del control del Congreso.
 

Los días corren. Mañana hará una semana que comenzaron las campañas. Sólo quedarán tres semanas y media para hacer proselitismo y en un mes iremos a las urnas. En 30, 31 días, sabremos el destino que le espera a los operadores políticos responsables del tricolor, según ganen o pierdan. Se supone que Peña Nieto, su partido, no puede volver a perder en Veracruz, como en 2012. Se supone.
 
Ahued y Américo, bien
 
El domingo –no quiero dejar de comentarlo antes de que pase más tiempo–, el candidato a diputado local del PRI por Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil, estuvo en mi colonia. El señor fue muy puntual y además, aparte de escuchar y dialogar con los vecinos, ofreció disculpas por distraernos en domingo. Sin duda, es un buen candidato. Cuando fue alcalde no nos falló.
 

El domingo pasado también, me gustó la honestidad del candidato priista a alcalde Américo Zúñiga Martínez. Un cercano colaborador suyo me había dicho que una encuesta lo colocaba 19 puntos arriba de Abel Cuevas Melo, del PAN, y 22 puntos arriba de Dulce Dauzón, de MC. Américo dijo que esa era una encuesta del PRI y no avaló las cifras. Me dijo que sí va arriba en la preferencia ciudadana pero no en esos porcentajes, y que no se puede confiar.
 
En Coatzacoalcos hago un sondeo con mi familia, numerosa y de quienes no dudo. Me aseguran que fuera de lo acartonado, Joaquín Caballero Rosiñol, del PRI, va bien; que tiene mucha gente operando con él. Ven un lastre para Gonzalo Guízar Valladares, del PAN, la mala fama de sus hermanos. Le va a pesar, me aseguran.
 
En Boca del Río, me comentan que el sector empresarial reconoce en Sergio Pazos, del PRI, a uno de los suyos, y que los señores del billete grande le han asegurado su apoyo. Temen, eso sí, que la inclusión de José Ramón Gutiérrez de Velasco en la lista de candidatos plurinominales a diputados le pese mucho y le reste votos a él y a los demás candidatos del tricolor.