Hace unos días me enteré, a través de medios informativos, que en Estados Unidos de Norteamérica están sufriendo un problema educativo de grandes repercusiones sociales. Lo que sucede es motivo de preocupación continental. Se ha expresado que educadores, estudiantes y padres de familia se unieron para dejar sin efecto la imposición de pruebas estandarizadas; en consecuencia, están colocados ante una reforma educativa que no aceptan, porque hace hincapié en los exámenes para calificar el aprovechamiento de quienes están formándose públicamente.
 
Creo que el asunto de carácter educacional debe enfocarse de otra manera, porque lo que está cobrando importancia es la siembra de hábitos, costumbres y deseos de emprender los estudios en un ambiente de privacidad y con base en la capacidad intelectual y emotiva de cada uno de los colegiales. Resulta maravilloso corroborar que muchos oyentes se sienten satisfechos con el resultado de su esfuerzo y logran adueñarse de los conocimientos o habilidades que les facilitan el trabajo creativo, dentro y fuera de las aulas.
 
En el país vecino se han dado tareas educativas que sorprenden, como la experiencia que se acaba de presentar a principios de año en la preparatoria Garfield en Seattle; los encargados de su dirección decidieron dejar a un lado los exámenes, dijeron que lo hacían para evitar pérdida de tiempo y de fondos que podrían ser empleados mejor para otros fines de apoyo académico; expresaron también que era una forma injusta de medir la capacidad intelectual y colectiva de los mentores.
 

En Estados Unidos tienen una plena discusión en cuanto a las aplicaciones de exploraciones, como usted lo sabe perfectamente bien, dejan pasar varios meses para imponer a los discípulos pruebas que permitan saber si los estudios han tenido buenos resultados en el transcurso del tiempo, cuando lo más interesante consistiría en aplicar nuevas estrategias de aprendizaje que permitan un aprovechamiento real, global e indiscutible de los ejercicios que realiza cada uno de los educandos. Lo que tiene mayor significación es convencerlos que si quieren triunfar en la vida, si desean tener éxito, si anhelan trascender y superarse para servir a su familia, a la comunidad donde viven y a su país, deberán entregar su mayor esfuerzo intelectual y colectivo para destacar en la apropiación de los conocimientos que se reclaman periódicamente.
 
De acuerdo con Jesse Hagopian, opositor muy preclaro a la reforma educativa que data del siglo pasado, lo que se debe calificar no es la evaluación de maestros y escuelas, ni la elaboración de opciones que ofrecen medir capacidades que no se vislumbran en los exámenes estandarizados. Hagopian señala que no acepta las evaluaciones porque no tienen un significado valioso desde el punto de vista cultural.
 
En aquel país, lo más importante para ellos son los negocios y defienden, entre otras, a la multinacional Pearson que es una empresa dedicada a elaborar exámenes y a prestar servicios educativos donde quiera que se lo soliciten, y si nos asomamos un poco al dinero que registra, tan solo el año pasado fue de un total de 470 millones de dólares, para proporcionar y organizar evaluaciones en diversas entidades.
 

Desde el punto de vista personal, creo que lo más interesante en materia educativa actualmente es fomentar en cada uno de los alumnos hábitos y costumbres para estudiar por sí mismos; hacer suyo lo que entiendan, comprendan e interpreten bien; por otro lado, las materias que no asimilen a la perfección exigida, conjugar sus preguntas y experiencias con los instructores que también se dedican a la investigación y poseen una preparación específica en determinados campos del conocimiento. Cuando este mundo pedagógico se presente, acondicione y sirva para transformar conciencias, entonces se habrá logrado un ideal espléndido que servirá a todos, sean hombres o mujeres, interesados en transformarse individualmente.
 
Me parece muy interesante y trascendente que hace unas semanas salieran maestros de Chicago a la luz pública, para dar a conocer a la sociedad en general los motivos por los cuales han cerrado más de 50 escuelas públicas. Como usted podrá imaginar perfectamente bien, no son instituciones que pertenecen a personas con dinero, son los que están en barrios pobres donde asisten niños y jóvenes con escasez de recursos económicos.
 
Lo más importante en materia educativa consiste, básicamente, en hallar el ejercicio del autodidactismo y persuadir a los jóvenes de que ellos, por sí mismos, pueden aprender, formarse y superar esas escenas de ignorancia que mucho apenan y preocupan.
 

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