A escasos 26 días de que se celebren las elecciones más inciertas y controvertidas de la vida democrática de Veracruz, la guerra de lodo entre los partidos más fuertes: PRI y PAN está a todo lo que da. A excepción del ya famoso mundialmente candigato Morris, la mayoría de los candidatos no encuentran la manera de penetrar en el ánimo del electorado, no levantan, se observan desconcertados, porque el hecho que de hacer campaña sin recursos oficiales no se encuentra en el manual, ni en el guión de la política. 
 
Como parte de la historia electoral, es bien sabido que no hay enemigo pequeño, resulta también fundamental para la realización de cualquier campaña política que el tamaño de la bolsa de recursos económicos del que disponga un candidato del partido del que se trate sea abundante. A observación simple, las limitaciones en las que se desarrollan las campañas ya le están haciendo mella la escasez de recursos, sencillamente porque el electorado -otra vez, los de a pie-, que representan la mayoría de los votos, no están enterados de que ocurrió un Bocagate, y que ante la obligatoriedad de los acuerdos del presidente Peña Nieto con las distintas corrientes políticas para mantener vivo al Pacto por México, los actores políticos de las 14 entidades del país donde se llevarán a cabo elecciones este siete de julio, se ven comprometidos a respetar la no utilización de recursos públicos en las campañas, o en el menor de los casos, a actuar con toda cautela aun con el riesgo de causarle más sobresaltos al proyecto sexenal federal.
 
Vienen en camino las dos reformas de mayor peso para el gobierno federal, la Hacendaría y la Energética, por lo que seguirle provocando negociaciones de última hora al Primer Mandatario, es como dijo Cervantes en El Quijote: allá de aquel que le busque tres pies al gato. 
 

Al electorado le extraña la falta de "generosidad" de los candidatos en este proceso, está en espera de recibir atractivos "obsequios" como siempre se ha hecho, que si a esto le sumamos el descontento generado en algunos municipios o distritos por la imposición de candidatos non gratos, no está fácil.
 
Así por ejemplo, dentro de este escenario ya se van perfilando nombres en algunos municipios; en el norte del estado, en Ozuluama se encamina para que continúe gobernado por tercera vez consecutiva por el PAN. Ahí en la Huasteca, Iván Villegas Arévalo, quien ya fue alcalde en el antepasado periodo, que a diferencia de su hermano Hazael, actual alcalde, Iván hizo un papel nada mal por haber aprovechado los apoyos de las instancias federales de ese tiempo para realizar obra pública, vuelve a la contienda para apoderarse nuevamente de la alcaldía.
 
A diferencia del anterior, la alcaldía de Gutiérrez Zamora que en la actualidad se encuentra gobernada por el PRD, con un desempeño muy pinche en su administración, la va a recuperar el PRI con una candidata fuerte, Leticia Delong Capellini; una respetable dama con amplia experiencia en el quehacer profesional del Derecho, que además forma parte de una familia bien integrada, con raíces en este municipio. Lety Delong ha venido trabajando con las bases, con el sector más necesitado, el que aporta el mayor número de sufragios.
 

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