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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
La política; los hermanos; el dilema
Arturo Reyes Isidoro
12 de junio de 2013
alcalorpolitico.com
Cuando cosas como las que consigno líneas abajo suceden, mueve a reflexión qué motivos tienen las personas para actuar de determinada manera o qué sentimientos lo dominan cuando toman una decisión.
 
Me pregunto qué pudo más en el empresario periodístico cordobés José Abella García, si un prurito ético como periodista, si su decisión de ser congruente con su línea de crítica sistemática contra todo lo que huela a Francisco “Paco” Portilla Bonilla, alcalde con licencia y candidato del PRI a diputado local por el distrito de Córdoba, si su filiación política propanista, o si el recuerdo de los desaguisados de los que como militante político panista ha sido víctima por parte de un sistema al que pertenece su villano favorito, Portilla Bonilla.
 
Abella García es dueño del diario El Buen Tono, que fundó para tener su propia tribuna, ya que como candidato del PAN a la alcaldía cordobesa se quejó de que, en su momento, la prensa local lo bloqueó negándose a publicar sobre sus actividades, presuntamente por presión del Gobierno del estado.
 

El Buen Tono es un caso digno de interés. Nació con una línea pro panista, antipriista, de denuncia contra el Gobierno estatal y el gobierno municipal y de fuego abierto contra El Mundo de Córdoba, el tradicional periódico de la Ciudad de los 30 Caballeros, al que acusó de no darle tribuna.
 
Recién instalado, El Buen Tono cobró notoriedad internacional porque sus instalaciones fueron quemadas una noche, lo que no desanimó, para nada, a su propietario, que siguió y sigue adelante. Como alcalde, Francisco Portilla Bonilla, del PRI, durante su gestión lo tuvo todos los días en contra, con alguna denuncia por su presunta mala administración.
 
Pero, de pronto, a los cordobeses sorprendió en marzo pasado enterarse por una nota de El Mundo de Córdoba que había pactado un arreglo con el gobernador Javier Duarte de Ochoa, que incluía concederle a su hermano Salvador la candidatura priista a la alcaldía de la Ciudad de los 30 Caballeros.
 

En efecto, a quienes visitamos el sitio web del periódico por motivos profesionales, como es mi caso, nos sorprendió sobremanera ver el drástico cambio de línea editorial que sufrió el periódico, de crítico del Gobierno del estado y del PRI a reproductor de boletines oficiales y del tricolor, a cero crítica o denuncia como lo vino haciendo desde su fundación.
 
En efecto, Salvador Abella García, hermano de José, el dueño de El Buen Tono, resultó y es actualmente el candidato del PRI a la presidencia municipal de Córdoba, que de todos modos se da por hecho que va a ganar el panista Tomás Ríos Bernal, veterinario, filósofo y especialista en políticas públicas, ex alcalde, ex diputado federal, ex delegado de Banobras y ex subsecretario de la Reforma Agraria.
 
Pero ahora acaba de sorprender a los cordobeses el madrazo que en forma inesperada y destacada le acaba de pegar José a su hermano Salvador en el periódico de la familia, y de paso al PRI, por haberse atrevido éste a alzarle el brazo, en forma triunfadora, al candidato a diputado local priista y alcalde con licencia, Francisco Portilla Bonilla.
 

En su edición del lunes 10 de junio, con un gran encabezado en primera plana, El Buen Tono preguntó: “¿Tú, cordobés, le levantarías la mano a Portilla?”. Debajo de la cabeza se insertó una fotografía donde se ve a Salvador Abella García, el candidato del PRI a la alcaldía y hermano de José, levantándole en forma triunfadora el brazo a Paco Portilla, teniendo como fondo un grupo de personas que, se supone, asistieron a un acto político.
 
La gráfica llevaba un texto a modo de pie de foto que decía: “¿Estarías orgulloso de un político como este brinca puestos, que nunca ha terminado ninguna encomienda pública, que ni la nómina quiso informar, que jamás hizo una licitación pública y transparente, o estás harto de éstos?”
 
“A ti, Salvador, es obvio que si te invitaron a participar como candidato a la alcaldía fue por ser ajeno y diferente a esta clase de políticos, pero vemos que sin haber llegado aún, ya estás ¡¡igual!! ¿Qué no aceptaste este reto motivado por el hartazgo o llevas algún otro interés que no sabemos?”.
 

Pero no conforme con eso, justo al lado de esa foto y texto, Salvador, el editor periodístico, colocó una fotografía del poderoso empresario orizabeño Juan Manuel Díez, candidato del PRI a la alcaldía de Pluviosilla, con un texto que decía: “Pensábamos que Salvador Abella tenía el mismo perfil de este empresario que incursionó en la política por su compromiso con Orizaba, a él nunca lo vimos levantarle la mano ni a Fidel, aún siendo el gobernador, sin embargo, vemos con pesar que a ti cualquier enano tramposo te impresiona”.
 
Lo primero que a cualquier mortal se le viene en mente es cuestionar cómo es posible que un hermano trate así a un carnal suyo. Surge entonces el dilema: ¿es justo e hizo bien José?, ¿es correcto que, figuras públicas los dos, un hermano cuestione al otro en forma pública, seguramente porque piensa que va mal y con la idea de que rectifique el rumbo? ¿Lo debió haber llamado y en petit comité haberlo reprendido? ¿La sangre está por encima de la obligación profesional, de la ética periodística, del apego a la verdad?
 
Un hecho indudable es que Salvador, en el momento en que le levantó el brazo a Paco Portilla le asestó un duro golpe a la credibilidad de su hermano y de su periódico, como diciéndoles a ellos y a los cordobeses miren, yo lo reconozco, no es cierto todo lo que dicen y han dicho de él e incluso ahora somos aliados.
 

Si de por sí el PRI y sus candidatos ya la tienen muy complicada en Córdoba, la reprimenda, el extrañamiento, el cuestionamiento público que hizo el periódico aliado, por la forma en que lo hizo, quizá fue la puntilla para un descalabro político que ya se espera.
 
Una pregunta que se antoja ahora es: ¿una vez que pase el 7 de julio, El Buen Tono regresará a su línea editorial original, la de la denuncia, de la crítica, aun cuando el que gane la alcaldía sea el hermano del dueño?