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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Los rechazados de la UV
Arturo Reyes Isidoro
17 de junio de 2013
alcalorpolitico.com
Ayer se cumplió una semana de conocerse que 19 mil 258 estudiantes veracruzanos no fueron admitidos en la Universidad Veracruzana y es la hora en que ninguna voz oficial ha salido a decir por lo menos lo siento a los atribulados jóvenes y a sus familiares.
 
Resulta insultante que mientras que como bien dijo el vocero del Arzobispado de Xalapa, José Juan Sánchez Jácome, hay tristeza y preocupación en todos los jóvenes rechazados –el Diccionario de la Real Academia Española dice que rechazar es denegar algo que se pide–, la máxima Casa de Estudios gasta millones de pesos en un equipo profesional de basquetbol que bien pudieran dedicarse a ampliar la oferta educativa.
 
Según una bien documentada nota informativa que publicó Norma Trujillo Báez (dijo tener documentos en su poder) el 3 de septiembre de 2012 en La Jornada Veracruz, mientras que el rector Raúl Arias Lovillo se quejaba que “las restricciones presupuestales no permiten tener recursos ni siquiera para el mantenimiento de nuestras instalaciones”, la UV gastó en cuatro años, de 2008 a 2011, 268 millones 570 mil 976 pesos en el equipo Halcones. Norma desglosó, desmenuzó la información de los documentos dando fechas, cifras, folios, nombres.
 

Sin embargo, tal parece que a nadie le interesa ni le conviene poner fin a tal despropósito y hay una indiferencia al problema de los rechazados no sólo por parte de las autoridades universitarias sino incluso de los gobernantes, a quienes repercute el problema porque hace crisis social y además son corresponsables de buscar una solución ya que los afectados son sus representados.
 
Como viene ocurriendo año con año, esta vez, de 33,932 estudiantes que presentaron examen de admisión, sólo fueron admitidos 14 mil 674, quedando fuera 19 mil 258, o sea, sólo el 43% va a ingresar y el 57% quedará fuera. Resulta inadmisible que las autoridades guarden silencio o que se muestren indiferentes o que no hagan nada por solucionar este grave problema. La suerte de miles de sus representados parece que no les interesa.
 
El domingo 9 de junio, cuando se dio a conocer la lista de aceptados y de rechazados, sólo la Iglesia católica reaccionó y tuvo palabras de aliento para las desconsoladas familias que se ven afectadas. En voz del presbítero José Juan Sánchez Jácome, su vocero, la Arquidiócesis de Xalapa resaltó la triste realidad: En muchos casos, dijo, la falta de recursos económicos hará más difícil la etapa que se viene para los alumnos que no fueron admitidos.
 

Plateó la necesidad de atender de manera estructural la situación y que estas problemáticas requieren de una mayor visión y compromiso de parte de las autoridades. “El compromiso en el campo educativo es una de las áreas que puede darle mayor nobleza y reputación a la política”. Claro, Padre, pero nadie lo entiende así o no lo quiere entender.
 
“Esperamos que en las campañas electorales se comiencen a vislumbrar propuestas sustentadas en el campo educativo y que también se aporten soluciones al problema que cada año enfrentan muchos jóvenes al buscar un lugar en las universidades públicas” (No Padre, a los candidatos a diputados sólo les interesa ganar para llegar al cargo, cobrar y empezarse a preparar para ver a cuál otro van a brincar.)
 
A propósito del tema, Armando Ortiz publicó una “Carta oportuna a un joven rechazado por la UV”, cuyo contenido, a falta de reacción oficial, complementa muy bien y puede servir de aliento a los jóvenes que se quedaron fuera. La transcribo, con mi mejor deseo de que los afectados y sus familias encuentren la mejor forma de superar la angustiante situación que viven, y que puedan salir adelante.
 

(No creo que estas casi 20 mil familias veracruzanas se mueran por ir a votar por los candidatos del PRI, cuyo gobierno tendría la corresponsabilidad de buscar solución al problema.)
 
CARTA OPORTUNA A UN JOVEN RECHAZADO POR LA UV
 
Estimado joven, antes que nada debo decirte que no haber quedado en la Universidad Veracruzana no es el fin del mundo. En primer lugar, precisamente porque eres joven y tienes mucha vida por delante. No lo vas a creer, pero los que hicimos la universidad a una edad adulta agradecemos esa circunstancia porque nos permitió apreciar más plenamente la experiencia universitaria. Si crees que es muy importante llegar muy joven y sin la preparación suficiente, pueda ser que de entrada te sientas demasiado presionado y al final te frustres.
 

No te dejes llevar por los comentarios inmaduros de quienes sí fueron aceptados. Ellos, por inmaduros, temprano se darán cuenta de que echaron demasiado pronto las campanas a vuelo. Es grande la deserción en esta universidad, precisamente por la inmadurez con la que muchos llegan.
 
Quizá puedas pensar que si no entras a una universidad, aunque sea de paga, vas perder el año. ¿Perder el año? Ni que fuera teléfono celular. Un año no se pierde si uno está dispuesto a aprovecharlo. Mira, yo hice la universidad 15 años después de lo que debería, ¿acaso perdí esos 15 años de vida? Un año se puede aprovechar si lo llenas de gratas experiencias, de conocimiento, de amistad, de paz.
 
Por ello, puedes bien aprovechar ese año aprendiendo un idioma, a tocar un instrumento, mejorando tu condición física, pero sobre todo aprendiendo a ser más disciplinado. Detente un momento y pregúntate: ¿fue tu bajo rendimiento en la preparatoria lo que dio como resultado que no pasaras ese examen de Ceneval? Entonces, ¿qué ibas a hacer en una universidad con esa preparación tan pobre? Aprovecha este año para mejorar en ti como persona y como estudiante.
 

Ahora bien, te voy a decir algo más, tampoco entrar a la Universidad Veracruzana es la gran cosa. Y no lo digo porque no ame a mi universidad. Amo a la UV mucho más que aquellos que dirigiéndola le han hecho un gran daño. La UV está entre las últimas 50 universidades de un ranking de 200 en Latinoamérica. Y esa circunstancia no se da sólo por lo mal administrada que está, sino además porque muchos llegan a la UV sin la actitud correcta, sin la preparación adecuada.
 
Las universidades aportan una parte para que tú seas un gran profesionista, pero la mayor parte la tienes que poner tú. Si no tienes la actitud correcta, así estés en la Ibero, en la UNAM o en Harvard, no lograrás ser un gran profesionista.
 
Si por cualquier circunstancia decides entrar a una universidad de paga, tu responsabilidad es mayor, pues en ello va el esfuerzo de tus padres por pagar tus estudios; por lo mismo debes tener una mejor actitud y ser además agradecido.
 

Sobre todo, como siempre lo he dicho, una universidad no es el campus, no los edificios, no los que la administran; una universidad no son sólo los maestros o los compañeros de clases. La universidad es una experiencia que surge de compartir conocimiento, surge de la convivencia entre alumnos y maestros, el lugar es lo de menos.
 
A final de cuentas, la universidad eres tú, porque la actitud universitaria está en ti; sin ella, así pasaras el examen de admisión, tu paso por la universidad sería estéril, como esos caminos que llevan a ninguna parte.
 
Por ello estimado joven no te sientas rechazado, empieza por aceptar la situación y luego acepta que debes mejorar en algo. Todo este proceso, si lo desarrollas en un año, te hará sentir mejor y entonces podrás aceptarte a ti mismo, después de eso, que te acepten en otros lados será más fácil; porque recuerda, aceptarse uno mismo es el principio de la satisfacción.
 

Atentamente:
 
Armando Ortiz    
 
[email protected]