icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Hemisferios
México y la otra superpotencia
Rebeca Ramos Rella
17 de junio de 2013
alcalorpolitico.com
Para muchos analistas, la reciente visita del presidente de China Xi Jinping fue histórica; un genuino parte aguas en el proceso  difícil de una relación bilateral, a veces condicionada por los vaivenes del entorno internacional y sobre todo, por nuestra inevitable vecindad con Estados Unidos.
 
China es hoy la misma república popular de antes, la única referencia del comunismo en el orbe, pero ha logrado crear su propio modelo económico más abierto, competitivo y ejemplar, que hoy la posicionan como la otra superpotencia; de ahí la rivalidad con nuestros adjuntos. Pero como en política, el ascenso también viene desde el pragmatismo, aquello que se llama Real Politik, la estrategia del Gobierno Federal mexicano, es reconstruir los vínculos que se han tensado a lo largo de las décadas, por una carente diplomacia efectiva con China y aligerarlos con las oportunidades comerciales, de intercambio tecnológicos e industriales; con más inversiones y flujo de turismo, que puede ofrecer.
 
China es protagonista en varios rubros que la tornan en un gigante no sólo demográfico y geográfico, sino en un país que pese a sus contradicciones en  políticas públicas, sociales y económicas, destaca, pesa e incide, en las grandes decisiones de la arena global. Como aquí se ha señalado, el Dragón rojo vuela y vuela alto.
 

China posee el puesto 26 en el Índice de Competitividad Global, de un total de 135 países; 4 de las 10 mejores empresas del mundo en capitalización de mercado, son chinas. El Banco Industrial y Comercial de China, es el más valioso del mundo.
 
Según la Organización Mundial de Turismo, China lidera, como el primer mercado emisor de turistas en el orbe; tan sólo en 2012, se contabilizaron a 83 millones de chinos viajando y gastando, algo así como 102 millones de dólares, por el mundo.
 
Por esa derrama y ese tsunami de chinos turistas, que además gustan de los destinos para Turismo de lujo, muchos gobiernos ya se ponen las pilas y están capacitando a sus recursos humanos en prestación de servicios, enlazados al sector turístico nacional, en idioma chino-mandarín. Ya lo garantizó el Presidente Xi, en 5 años habrá 400 millones de ciudadanos chinos disfrutando del turismo por todo el planeta.
 

Ante este horizonte de posibilidades, el Presidente Peña Nieto ha instruido a la Secretaria Federal de Turismo a integrar el Programa de Cooperación Turística y a partir a Beijing el mes que entra, para amarrar negociaciones, estrategias de promoción y acciones que refuercen el atractivo mercado receptor mexicano, en la predilección del turismo chino.
 
No es para menos. Del total del flujo turístico chino, acá sólo nos llega el 0.05%, que gustan mucho de visitar el Distrito Federal, Cancún, Tijuana, Guadalajara, Los Cabos, Monterrey y Puerto Vallarta. La meta es abrir, facilitar, cautivar a ese ejército de chinos de alto poder adquisitivo y expandir visitas a nuestros polos de desarrollo turístico, como Veracruz.
 
Y es que a China le ha ido muy bien, con todo y los 5 años de recesión financiera y lentísima recuperación global. Acorde al Banco Mundial, el Dragón rojo ostenta el segundo PIB nominal más próspero del mundo, que asciende a más de 5 mil 815 billones de dólares, un despegue de más del 500% entre 2000 y 2010 y, su crecimiento es hoy el noveno más alto del mundo con 9.1%. Por esto, China es hoy la hegemonía enfrente de Washington. Por eso mismo, Obama ha recibido al Presidente Xi, no en la Casa Blanca, sino en el lujoso Rancho Mirage de Sunnylands, cerca de Los Ángeles, desde donde su viaje de regreso pudiera más en directo.  Son elocuentes las fotos de esa cumbre. Los dos hombres más poderosos del mundo conversando sin traductores, caminando tranquilamente, solitos, en un amplio jardín. Un poco sobre la ciberseguridad, que unos días más tarde estaría severamente vulnerable por al autogol de quien denunció el espionaje de Washington sobre todos, también sobre China.
 

Pero ya es sabido que aquellos también le entran al espionaje ilegal. Hace poco el Washington Post publicó  que China habría usado ciberataques para acceder a datos de más de 40 programas de armas del Pentágono. Hecho desmentido.
 
La realidad es que esta cumbre bilateral sirvió para que ambos líderes conversaran abiertamente y buscaran coincidencias, muy por encima de las disputas comerciales; las amenazas de Corea del Norte, donde China puede operar como interlocutor, si EUA lo requiere; también, sobre el abuso a los derechos humanos en China y, sobre el poder militar que ambos países ostentan.
 
Xi seguramente sacó el asunto de los problemas territoriales que tiene con Japón y Rusia y la preocupación de su país por el “cerco” militar que EUA ha levantado a su alrededor.
 

Esperemos que hayan tocado el tema de las emisiones de dióxido de carbono, pues ambos países son los principales contaminadores y ninguno ha firmado los acuerdos vinculantes de la Cumbre sobre Cambio Climático. En estos temas escabrosos, traen un jaloneo de fuerzas, para bajarlos.
 
Un tema sobresaliente debió haber sido la posición de China con respecto a la guerra civil en Siria, uno de sus principales socios. Sobre todo, con la escalada  violenta, que hoy, ya sabemos llega hasta el uso de armas químicas contra civiles y rebeldes sirios y a la reciente decisión de Obama de dar apoyo militar, ahora sí, a los revolucionarios sirios.
 
En fundamental que México, esté al tanto de las negociaciones y acuerdos entre esos dos hegemones. Ambos países son nuestros principales asociados en diversos rubros estratégicos para nuestra economía y cooperación. Por eso Peña está moviendo fichas.
 

México es el segundo socio comercial de China en América Latina, después de Brasil. Uno de los objetivos de esta primera visita de Estado del Presidente chino, tras haber sido electo en marzo pasado, es precisamente desbalancear el déficit comercial que tenemos con ellos; ya que de 5 mil 700 millones de dólares que nuestro país exportó a China en 2012, nosotros les importamos 50 mil 300 millones de dólares. Esto muestra que con todo y que ha crecido la tasa anual de exportaciones chinas a México en un 30%, el desequilibrio es mayúsculo: de cada 10 productos chinos que nos venden, nosotros insertamos uno en su mercado. Seguimos en desventaja. Esa curva, quiere Peña arreglar.
 
Evidentemente a México le interesa fortalecer una alianza con China. No sólo por el enorme mercado que representa, sino porque abre la diversificación de nuestras relaciones económicas y nos hace menos dependientes de nuestro primer socio, Estados Unidos.
 
 ¿Y a los chinos les conviene estrechar lazos con México? En principio, ya se brincaron barreras para el tequila y la carne de cerdo nacionales. Se consiguió una línea de crédito por mil millones de dólares para adquisición de embarcaciones y equipo para actividades marinas, a beneficio de Petróleos Mexicanos.
 

El Presidente Xi, delineó cuatro ejes de la nueva relación con México, que vale analizar a fondo: trato igualitario. Para sustentarlo, evocó el Apotegma del Benemérito y mencionó a Confucio “Nunca hagas a otro lo que no quieras para ti mismo”. De manera que nos compromete y se compromete a ninguna práctica desleal; en lo comercial y quizá en lo político. Xi es un político hábil, quiere apoyos en foros globales para sus causas domésticas. Podríamos pensar que le pide a México respaldo, para sus posturas sobre territorios; respeto, para su política contra la independencia del Tibet y ante la eterna cantaleta mundial de la “China unida”, en referencia a las separación de Taiwán y Hong Kong. En suma, una diplomacia mexicana más equilibrada, sin tanta inclinación a las posturas de Washington.
 
También planteó el desarrollo conjunto, una política bilateral de beneficio mutuo, que ayude a mejorar nivel de vida de las poblaciones, que se complementa con la “comunicación constante y firme”, es decir, espera que México sostenga la fuerza de una relación más estrecha y permanente y no sometida a las complejidades externas.
 
Xi habló en México, pero lanzó el mensaje al resto del continente, cuando destacó las posibilidades del mercado latinoamericano y del chino, que unidos, como regiones de futuro próspero en intercambios más intensos, pueden tener éxito.
 

Con estos planteamientos, enmarcados en conceptos nobles como la amistad, la cooperación y la comunicación, el Presidente chino dejó clara su postura. Anotó sutilmente que su país es la superpotencia que está emergiendo en Asia y que él comanda; que tiene toda la intención de generar apoyos, aliados, socios e interlocutores allende sus fronteras.
 
No fue casualidad que en su gira pasara por Costa Rica y les dejara a los ticos 2 mil millones de dólares en un “paquete de cooperación”, apoyo que reverberó en las orejas de los países centroamericanos, que aún reconocen a Taiwán.
 
Por eso, asentó que, para México y para Latinoamérica, no es Estados Unidos la única opción, ni Europa representa ahora la más viable y redituable, dada la crisis que no supera, sino su país, la monumental China.
 

En tanto, las palabras claves que repitió Peña en pronunciamientos y discursos fueron “oportunidades y confianza”. Ambos decidieron elevar el estatus de la relación bilateral: con China, antes el gran competidor, ahora tenemos el sello de una Alianza Estratégica Integral, lo que significa que México, estará más cerca de China, en lo comercial, en inversiones, en el turismo, en tecnologías y también en lo político.
 
Pese a que son conocidas las debilidades autoritarias del régimen político chino, que se evidencian en una persistente violación a los derechos humanos; a la represión contra la libertad de expresión y de manifestación; que se recuerda que el Premio Nobel de la Paz 2010, el escritor disidente Liu Xiaobo, recluido en arresto domiciliario, no pudo acudir a recibir su premio a Oslo; que se sabe de las décadas de sangre, muerte e imposición contra el pueblo del Tibet y su causa separatista; que nos puede resultar patética y arcaica la política del “hijo único”; que hay una flagrante violación contra los derechos fundamentales de las mujeres y la discriminación y desigualdad de género; que siendo la otra superpotencia, sus niveles de Desarrollo Humano, a nivel global son de los más bajos, la percepción social sobre la visita del líder chino y la relación con su país, fue buena y alta, con un 61% favorable.
 
Los mexicanos sienten que acercándonos a China, nos puede ir mejor, pueden crearse más empleos y llegar inversiones. De hecho, en encuesta, manifestaron alta admiración por la nación china en un 45%, muy por arriba del 19% que se ganan los estadunidenses.
 

Aunque para una parte del sector privado mexicano, hay temor de que con esta nueva Alianza con China, los artículos baratos y de baja calidad pululen en el mercado contra lo propio, para los dueños de empresas mexicanas instaladas en China, este novedoso estatus les nace optimismo, sobre todo en sectores como agroalimentación, industria automotriz y turismo.
 
Acorde a estadísticas del Gobierno de Beijing, a 2012, las 25 empresas mexicanas registradas allá, invirtieron 106 millones de dólares para realizar 177 proyectos. No es mucha presencia, pero sí es de las más altas entre las empresas latinoamericanas en China.
 
Los nuestros han invertido en alimentación, bebidas, comercio internacional, sector automotriz, químico; en logística y electrónicos; en materiales de construcción y consultoría. Unas de las más importantes son Bimbo, Softtek y Café Los Portales.
 

Las oportunidades de la re-oxigenada diplomacia con China podrían favorecernos sobre medida.
Los chinos son los principales productores de automóviles en el orbe y México podría ser un gran distribuidor en el continente. Ellos importan un nivel importante de minerales y México podría fortalecer sus exportaciones, también de productos pesqueros y hortalizas, ya que su demanda es amplia. Nuestros puertos marítimos pueden ser la solución al congestionamiento portuario chino, para aligerar el tráfico de carga de Asia. A ambos países nos beneficiaría mucho un intercambio más intenso en electrónicos chinos y en electrodomésticos mexicanos.
 
El Presidente Xi Jinping,  con su propio estilo y carisma, se acompañó de su esposa, a quienes los chinos llaman “Guo Mu, la madre de la Nación”, como sólo se les llamaba a las emperatrices; la adoran. Ella encarna el referente de lo que toda mujer china aspira a ser, una mujer visible.
 
La señora Peng Liyuan, desde muy joven destacó en el canto; es una extraordinaria soprano de Ópera y muy conocida y reconocida por su pueblo; logró tener el mérito de nivel similar a una generala del ejército, por su patriotismo probado. Y en su visita a México, en un gesto muy inteligente, expresamente solicitó en avanzada, la posibilidad de visitar los sets de Televisa, donde se graban las telenovelas que esa empresa exporta a todo el mundo. Un rasgo sensible socialmente para la mayoría del pueblo mexicano, que gusta de esas producciones; una distinción para la empresa televisora y desde la perspectiva política, un instrumento menos protocolario, que sirve para dar calidez, acercar y coincidir.

 
Este detalle, como el fondo del gran discurso ante el Senado del Presidente Xi, rompió el hielo. Desde la tribuna de los senadores, nos habló de lo mucho que nos une con su país y de lo mucho que sabe de México. Citando a Juárez, mencionó a los aztecas y a los mayas; recordó a Alfonso Reyes y a Octavio Paz; a Diego Rivera y hasta la china poblana salió a relucir. Xi nos dio donde nos llega.
 
Se ganó, aún más simpatía cuando en visita a Chichen Itzá, aguantó la limpia prehispánica tradicional de bienvenida, con su sonrisa amable y pronosticó “buenos augurios” para la renovada relación con México. Habló del paralelismo entre su signo zodiacal chino, la misma serpiente, que acá, emplumada, habita en aquella zona arqueológica, reconocida como nueva maravilla del mundo.
 
En verdad fue una visita histórica, relevante, provechosa. Tanto, que se transita del chiste a la enorme posibilidad. Podemos pensar que con China, ya no estará en chino entenderse. Nada de cuentos. Ahora habrá más colaboración, alianza, avances y respetuosa amistad.

 
[email protected]