icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Se enturbia el proceso electoral
Helí Herrera Hernández
24 de junio de 2013
alcalorpolitico.com
[email protected]
Twitter: HELIHERRERA.es
 
A escasos catorce días de la jornada electoral, el ambiente que viven los partidos políticos, candidatos y simpatizantes es cada vez más susceptible de descarrilarse. Los hechos acontecidos así lo demuestran.
 
La confrontación se está dando no solo entre los militantes de los institutos políticos que están participando, sino entre fuerzas caciquiles y económicas regionales a lo largo y ancho del estado de Veracruz, que buscan defender y/o expander sus poderes.

 
Recorriendo el Estado se encuentra uno con claros ejemplos de esta situación que lo mismo ocurre en Coatzacoalcos que en Pánuco; en Córdoba que en Veracruz puerto, en Martínez de la Torre que en Tampico Alto; en la región del Totonacapan que en la zona de los Tuxtlas. Poco a poco y ante la proximidad del día de la elección al parecer, por lo hechos que empiezan a conocerse, la violencia ha empezado a enseñorearse.
 
El encono verbal entre dirigentes y militantes del Partido Revolucionario Institucional y el PAN en la zona conurbana Veracruz-Boca del Río desde hace meses, con miras el primero a mantener su hegemonía lograda en los tiempos políticos del exgobernador Fidel Herrera Beltrán y los segundos a rescatarla, no son nada comparable a lo que está ocurriendo en otros municipios como Coxquihui, donde el pasado lunes se registró un enfrentamiento entre militantes y simpatizantes de esos dos partidos políticos con saldo de un muerto, dos heridos y decenas de aplastados sin gravedad.
 
La Procuraduría General de Justicia del Estado informó a través de un comunicado de prensa que la subprocuradora de la zona norte Nora Hilda Liahut Franco se iba hacer cargo de las investigaciones para encontrar a los responsables de tan lamentables acontecimientos, en tanto Erick Lagos Hernández y Enrique Cambranis en su calidad de presidentes del PRI y del PAN se culpan mutuamente.

 
En Martínez de la Torre se vivió otro hecho significativo con el secuestro y posterior asesinato del candidato suplente a la Presidencia Municipal de ese municipio citrícola Pedro Isaac López Rojas por el partido Frente Cardenista.
 
Independientemente que las autoridades judiciales ya detuvieron y encarcelaron a los responsables del proditorio crimen, este se da en circunstancias donde brilla la ausencia de políticas públicas de protección a favor de quienes enarbolan banderas democráticas y de crítica al gobierno mismo.
 
Aun no salía de los medios de comunicación este suceso y ya en sus páginas, noticieros radiofónicos y televisivos se daba cuenta de otro hecho grave acontecido en Tierra blanca donde una turba de jóvenes en motocicletas apedrearon primero, y luego quemaron tres vehículos de distinguidos panistas que participan en la campaña de Saúl Lara González, que a decir del dirigente estatal del partido blanquiazul, lleva el sello de amedrentar a su partido no solo allí, sino en todo el Estado.

 
Como es de verse, en lugar de apaciguarse los ánimos siguen caldeándose a lo largo y ancho del Estado lo que augura, insisto, un clima de violencia en la medida que se acerque el 7 de julio y peor aun el día de la jornada electoral, afirmándolo porque los reportes que se conocen en infinidad de municipios veracruzanos no son nada halagüeños.
 
El gobierno del estado algo debe hacer para evitar que este escenario de violencia que empieza a permear en el estado continué.
 
Todos sabemos cómo suben los ánimos el día de la elección en todos los frentes políticos, y que basta una chispa para que se desaten enfrentamientos entre los simpatizantes de cualquier candidato con consecuencias impredecibles no solo para ellos, sino para la estabilidad social del estado.

 
Los pactos para respetar la ley son el principio de la negación al estado de derecho. No es posible que los dirigentes de los partidos políticos vayan a palacio de gobierno a firmar pactos para respetar la ley. La ley se respeta porque para eso es ley, y si no existe un gobierno que aplique esa ley sin necesidad de pactos, pues entonces con todo respeto ese gobierno no tiene por qué estar representando ni a la sociedad ni al Estado mismo.
 
Están las autoridades estatales a tiempo de implementar medidas que coadyuven a garantizar, por lo que resta del proceso electoral y el día de la elección un clima de paz, donde las familias veracruzanas asistan a las casillas electorales en familia, sin ningún contratiempo y temor a depositar su voto por el partido y candidato de su preferencia.
 
No hacerlo abona a la violencia.