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Columnas y artículos de opinión
Economía y sociedad
Riesgoso atraso industrial en Veracruz
Hilario Barcelata Chávez
24 de junio de 2013
alcalorpolitico.com
Veracruz sufre un grave rezago en su desarrollo industrial, específicamente en la industria manufacturera. En el período 2006-2012 apenas logró un crecimiento del 7.9%, con una tasa promedio anual de 1.1%.
 
Al comparar este comportamiento con el del resto del país, se observa que otros estados han tenido una evolución completamente distinta, en la medida que han logrado un crecimiento acelerado de la producción manufacturera, como es el caso de Puebla que creció 45.4%, Aguascalientes 44.5%, San Luis Potosí, 34.9, Sonora 32.9 y Nuevo León, 30.3%.
 
Estados que ocupan los cinco primeros lugares por la magnitud de su crecimiento. En contraste, Veracruz se ubica muy lejos de ellos, en el lugar 15º
 
 

Esto significa que mientras estos estados se han venido industrializando y consolidando su desarrollo económico de manera muy importante, basados en la producción manufacturera, Veracruz denota un rezago, una incapacidad para llevar a cabo un proceso de industrialización. El problema es que, cada vez más, se hace más profunda la distancia entre nuestro estado y el resto del país, sobre todo los del norte y el bajío.
 
En buena medida esto se debe a la baja capitalización de las empresas veracruzanas, su baja productividad y competitividad y a que se carece de empresas que generen polos de desarrollo industrial, pues, las que lo hacen están relacionadas son muy escasas y no han tenido efectos multiplicadores relevantes en el largo plazo, por lo que su impacto sólo ha sido de carácter regional.
 
Además no ha habido un esfuerzo para mejorar y ampliar la infraestructura. Veracruz se encuentra muy rezagado en ese sentido, comparado con los estados del centro y norte del país.
 

Se requiere urgentemente una política industrial. Lo que me preocupa es que el gobierno del estado, o no tiene un diagnóstico adecuado y no lo sabe, o lo sabe pero no entiende como diseñarla y ejecutarla.
 
Pero sin esa política, de nada sirven los programas de combate a la pobreza. La pobreza persistirá a pesar de ellos e incluso, hasta se agravará porque esos programas no atacan el origen del atraso social.
 
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