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Columnas y artículos de opinión
Cabos Sueltos
Silvia Sigüenza
25 de junio de 2013
alcalorpolitico.com
A pocos muy pocos días del primer round en cuanto a elecciones toca, se atisba una nada alentador panorama; la violencia de todo tipo -incluyendo asesinatos- levantamiento de falsos, exhibición de realidades a medias, sacadera de trapos sucios, atascados de detritus y más, es lo que hasta hoy hemos soportado los veracruzanos.
 
Mientras tanto el señor que gobierna finge absoluta demencia -que poco le cuesta desde que inició la prolongación del gobierno fiel- se dedica a enhebrar un rosario que ya alcanza dimensiones de novenario, de mentiras,
Se empeña en mirar a través del arcoíris que utiliza como logotipo de su sexenio lo que él quiere ver; un estado que por respeto a su religión que es la católica no designa como el paraíso. Vivimos -según él- en armonía, paz social y seguridad ciudadanas, empleos bien pagados, cero desempleo, millonarios ingresos por el turismo, excelentes relaciones con el gobierno federal, y todo cuanto nos emule a Disneylandia que aquí sería Duartelandia.
 
Sólo que la realidad es necia, burda y persistente; ella nos dice a diario que hay que salir a gastar suela en busca de un empleo, comenzar a peregrinar para ver en qué escuela nos admiten al chamaco, cuánto va a ser de cuota (oficialmente prohibida pero en la realidad pagada o no se inscribe al chamaco) salir a comprar los insumos domésticos con el Jesús en la boca y el dinero apretado entre los dientes o en algún otro lugar no accesible a los rateros callejeros, encomendarnos al santo de nuestra devoción al cruzar una calle, pedirle al Todopoderoso no toparnos con un policía, que a los encapuchados que viajan en las camionetas con un artefacto para disparar una metralleta y cada uno de ellos lleva un rifle apuntando a los transeúntes y/o en su caso a los conductores de autos, no se les vaya a destrabar el seguro del arma en uno de esos topes que puso la señora Liz García Morales y que ella denomina “pasos peatonales” y nos toque entregar ahí lo que de vida nos reste.

 
Todos esperamos con temor el 7 de Julio, y crece la sospecha de que el gato Morris sea una creación del costal de marrullería que es el pri; ya que tiene Morris una intención de voto realmente sorprendente. Con ello ganarían anular muchos, lo que se dice muchos votos los priistas y ellos con el voto duro, el que consiguen acalambrando y comprando , dando paraguas, camisetas y dinero si el caso lo amerita, serían los ganones.
 
Pero amén de lo señalado que es el pan de cada elección, existe temor de que se aceleren los ánimos, los enviados y demás, se armen los trompones y hasta los balazos. Por su parte el señor Duarte de Ochoa asegura que todo va bien, que el clima electoral es envidiable casi jauja y rollos por el estilo.
 
Y a medida que el tramo se acorta para la elección, todos los partidos pero especialmente el pri y sus aledaños que son varios, van en crescendo sorrajando detritus sobre todo el que no sea priista; guardaron sus más bajos recursos (videos, grabaciones telefónicas, fotos, etc, etc.) que si son reales debieron haberlos dado a la luz pública y a las autoridades correspondientes en su momento, o como es el slogan sexenal, “en tiempo y forma”, no eso no, primero muertos que sencillos, esperan a que la situación los requiera y se coticen a muy buen precio. ¿ASÍ ES NUESTRA DEMOCRACIA?

 
El junior Ameriquito siempre tiene una excusa de última hora para no asistir a los debates o a lugares donde su ineptitud sería evidenciada e invariablemente se disculpa a través de su jefe de comunicación o de campaña, que para el caso son lo mismo, por no poder asistir. Y es que el refrán es sabio “el miedo no anda en burro”; dinero y mucho, lo que se dice mucho ha invertido el gobierno a través de quién corresponda para cumplirle al niño el compromiso de ser el sucesor de la señora que con una llamada telefónica al Calígula de Nopaltepec -que por cierto se hizo de la casa de un periodista al calor de unos alcoholes- le tiró la candidatura y por ende la Presidencia Municipal.
 
En fin, el resto no canta mal los boleros; ahí tienen a Uriel Flores, que luego de mucho tentarle el agua a los camotes prefirió seguir de diputado lo que no obstó para que se cobijara en las faldas de Dulce María Dauzón de Méndez, porque ahí obtuvo hueso su hermano. En fin es la misma gata de siempre y ni siquiera revolcada sino cada día más cínica. Y lo que nos falta.