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Columnas y artículos de opinión
2015
Eduardo de la Torre Jaramillo
28 de junio de 2014
alcalorpolitico.com
Justo dentro de un año tendremos otra elección para elegir diputados federales; con todo lo que implica una elección intermedia, particularmente con la evaluación de la mitad del periodo gubernamental; dicho sea de paso, en las últimas tres elecciones federales intermedias han presentado una baja votación, esto por la desafección y descontento por los resultados del gobierno federal.  
 
Es pertinente recordar que desde que se arribó a la democracia en el plano nacional en 1997; no sólo se produjo el primer gobierno dividido y/o compartido, donde una de las motivaciones del voto fue la primera crisis de la globalización en México; posteriormente en 2003 sólo votó el 38% como resultado del desencanto social hacia la primera alternancia; y nuevamente en 2009, con otra crisis económica que marcó la tendencia del voto en contra del gobierno calderonista, en el que disminuyó el número de diputados federales, de 207 bajando a 157 congresistas.
 
En el actual contexto económico, de nulo crecimiento económico, de alto desempleo y sobre todo de incumplimiento de las promesas del actual equipo gobernante, además de que los partidos políticos de “oposición” ahondan su creciente división interna, y dejan de diferenciarse del PRI, ya que únicamente se presentan en tonos grises y no en blanco y negro; es de suma importancia comentar que para el elector medio, éste necesita tener claves de diferenciación entre los propios partidos políticos; como en el pasado lo fue el PAN con su ética política, su coraje cívico y su claro enfrentamiento con el régimen político autoritario; o en el caso del PRD, quienes nacieron de un fraude electoral cometido por el viejo sistema político, y con el paso de los años, los perredistas se convirtieron en el partido del fraude interno. Empero, el desdibujamiento de ser un partido político de oposición en el país no sólo los degrado, sino que los ciudadanos ya no pueden distinguir entre uno y otro, por eso la filosofía popular afirma que: “todos los partidos son iguales”.  
 

Los comentarios anteriores son producto de la revisión de la última encuesta de GEA-ISA del mes de junio de 2014, la cual nos arrojó una serie de resultados, a continuación presento la información de dicha encuesta.  
 
La elección del próximo año tendrá una baja votación, la cual se ubica en un 43%, y esto porque los mexicanos están “insatisfechos con la democracia” en un 62%; ubican en un 53% que la situación política es “mala”; y que para el próximo año la situación política será “mala” en un 54%; además que el mayor error del actual gobierno fue la “aprobación de las reformas” en un 10%; y que el presidente Peña Nieto “no sabe cómo gobernar” al país en un 44%; esto se refleja en la “aprobación” del presidente Enrique Peña en el segundo trimestre de 2014 es únicamente del 39% .
 
Dentro del rubro sobre los “mayores aciertos” del gobierno se encuentran: “Ayuda a pobres” en un 8.9%, el “combate al narcotráfico” sólo alcanza un 5.1%; así como también con el “combate a la inseguridad” en un 4.6%; la “reforma educativa” sólo el 2.7%; y en el caso de la “materia energética” el 2.9%; porcentajes muy bajos para un gobierno que se le votó por el argumento de que sabían gobernar.
 

Para el caso de los partidos políticos, en el rubro sobre su “conocimiento”, por ejemplo: PRI con 99%; PAN 98%; PRD 93%; PVEM 46; PT 45%; MC 30%; NA 31%; y Morena 65%. En el caso de Morena se entiende por dos razones: a) la personalización del partido político en la figura de AMLO, y b) los ciudadanos ubican a esa agrupación que aún no tiene registro como partido político, como el único ente de oposición que hay en el país.
 
Por otra parte, cuando se le preguntó a los encuestados, la relación entre los partidos políticos y la democracia, los resultados fueron: PRI 29%; PAN 19%; y PRD 11%; vaya paradoja, que el PRI sea el partido político que para la percepción social es el partido más democrático, y esto es por la crisis sistémica de los otrora partidos de oposición que entre sus demandas eran la democracia electoral; y eso ahora no es percibido como un elemento de su razón de ser en el sistema de partidos. Por ejemplo, en Inglaterra se afirma que “la calidad de la oposición, se refleja en la calidad del gobierno”; pero lo que ya sucedió en México, quizá a partir del año 2003 donde se perdió el rumbo de la transición, sino que lo que significaba ser oposición en este país, y lo que observamos hoy, es que los referentes se invirtieron, los que en el pasado eran los autoritarios, hoy son los demócratas; y los demócratas de ayer, hoy no saben ni que son…  
 
En otra vertiente, cuando se les preguntó sobre por qué partido político votaría el próximo año, y el resultado fue el siguiente: PRI 29%; PAN 15%; PRD 8%; Morena 3%; el resto no alcanzan el registro con la nueva reforma político-electoral; PT 2%; PVEM 1%; MC 1% y NA 1%. Esto se convertirá en una limpia electoral de la vida pública mexicana.  
 

Finalmente, en este momento difuso, la obligación del PAN y PRD es volver a reconstruirse como partidos políticos de oposición y no de simulación, imprimir una dosis de ética política y sobre todo de entender cuál es la relación con el gobierno, de respeto y no de sumisión; institucional y no de cinismo mercantil; sobre todo de rehacer su compromiso con la sociedad.