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Columnas y artículos de opinión
Economía y sociedad
¿Por qué ganó el PRI en Veracruz?
Hilario Barcelata Chávez
13 de julio de 2015
alcalorpolitico.com
A pesar del pésimo desempeño que ha tenido el actual gobierno estatal en Veracruz, evidenciado en una enorme deuda pública, en un caos financiero y administrativo que impide cumplir hasta con los compromisos del pago de nómina, los escandalosos actos de corrupción dentro del aparato estatal, la crisis del aparato productivo, el incremento del desempleo y la pobreza. A pesar de todo ello el PRI ganó en Veracruz 16 de 21 distritos electorales, esto es el 76% del total. Un triunfo aplastante podría decirse, pero también sorpresivo para quienes consideraban que las elecciones serían un duro revés para este partido, pues era de esperarse un voto de castigo a los malos gobernantes, pero eso no sucedió. Por ello la pregunta ¿Por qué ganó el PRI en Veracruz? La respuesta considera tres factores fundamentales: 1.-el perfil del votante, 2.-el abstencionismo y 3.- los votos nulos.
 
1.- El perfil del votante.
 
El triunfo del PRI se debe a las condiciones socioeconómicas de los distritos en donde ganó, las cuales definen un perfil muy particular de los electores que votaron por este partido. Distritos donde predomina la ignorancia y la pobreza de la población y que fueron propicias para que algunos candidatos llenos de miedo, ávidos de fuero y cargados de dinero de sospechosa procedencia, tuvieran éxito aplicando sospechosas prácticas para la obtención del voto.
 

Veamos: En estos distritos la población en pobreza en promedio es muy alta: en Tantoyuca la población en pobreza equivale a 80% del total de su población, en Papantla es 76%, Zongolica 75%, Acayucan 73 y Martínez de la Torre y Coatepec 71% de pobreza.

 
 
En contraste los distritos ganados por la oposición se distinguen porque en su conjunto muestran una proporción de población en pobreza relativamente baja, tal es el caso de los dos distritos Veracruz ganados por el PAN que solo tienen 31% de su población en pobreza, así como los distritos de Coatzacoalcos y Xalapa ganados por MORENA, donde la población en pobreza es de 37 y 39% respectivamente.
 
A mayor abundamiento, mientras que en los distritos ganados por el PRI la población en pobreza suma un total de 3.9 millones de personas, esto es, 82% del total de pobres en el estado, en los distritos ganados por la oposición el total de pobres es de sólo 881 mil personas, es decir 18% del total de población en pobreza.

 
Otro indicador que prueba la relación entre la pobreza y los triunfos del PRI es el Producto Interno bruto Estatal per cápita (PIBEpc) que indica el nivel de ingreso promedio por persona, el cual según se observa es el más bajo para todos los distritos ganados por el PRI, registrando un valor promedio de 7,664 pesos. En cambio para el bloque de oposición en conjunto (Morena, PRD y PAN) este indicador alcanza un valor de 18,481 pesos, es decir 2,4 veces mayor que el de las personas de los distritos que ganó el PRI.
 
Por distrito puede observarse que el PIBEpc más alto se ubica precisamente en los cinco distritos ganados por la oposición: en los dos de Veracruz este indicador es de casi 22 mil pesos, en Xalapa es de 20 mil, en Coatzacoalcos de 16,717 y en Poza Rica de 11,852 pesos.
 
En contraste todos los distritos ganados por el PRI muestran un PIBEpc menor, siendo más notoria la diferencia en los distritos de Zongolica con un monto de 5,593 pesos, Papantla con 5,200 y Tantoyuca con 5,119 pesos, lo cual es apenas un 25% del valor observado en los distritos ganados por la oposición.


 
 
El nivel de educación escolar es también una variable muy importante que influye de manera determinante en los resultados electorales. Según se puede observar, los distritos electorales ganados por el PRI se distinguen por registrar los menores niveles de instrucción escolar, destacando el caso de Zongolica y Tantoyuca con un nivel de 5.6 años de instrucción escolar, el más bajo de todos los distritos, Seguido muy de cerca por Coatepec, Huatusco, Martínez de la Torre, San Andrés Tuxtla y Cosoleacaque todos los cuales tiene un grado de escolaridad inferior a 6.4 años. En cambio los distritos ganados por la oposición muestran una situación muy diferente, ya que en todos los casos el indicador de escolaridad es superior a 8 años y en los casos de Veracruz y Xalapa es de 11 años.
 
Es decir, mientras que en los distritos que ganó el PRI la población no termina la primaria o la termina con dificultad pero en ningún caso completa el segundo año de secundaria, en los distritos ganados por la oposición, la población en promedio concluye la primaria y secundaria y cursa algunos años de bachillerato.


 
 
La validez del análisis que aquí presento se refuerza con el estudio realizado por la empresa Parametría, quien mediante encuestas identificó las características que definen a las personas que votan por cada uno de los partidos políticos en México, para definir el “perfil del votante mexicano”.
 
De acuerdo con este estudio existe una relación inversa entre el número de votos que recibe el PRI y el grado de estudios de las personas, es decir, entre menor es el grado de estudios mayor es el número de votos que el partido recibe de ese grupo de personas. De igual modo, a medida que aumenta el grado de estudios, menor es la cantidad de votos que este partido recibe de esas personas. Así, se observa que 49% del total de personas sin estudios vota por el PRI. De igual modo, este partido se nutre del 42% de los votos de personas sin educación primaria, 39% de los que tienen secundaria, 25% de los que cuentan con preparatoria y únicamente 20% de los que tienen estudios universitarios. En cambio los partidos de oposición obtienen más votos a medida que se incrementa el grado de estudios, de modo que obtienen el 37% de los votos de las personas sin estudios, 47% de personas con primaria, 61% con preparatoria y 68% con universidad.

 
 

Por otra parte, el análisis de Parametría también indica que a medida que el ingreso personal de los votantes es menor, el PRI obtiene más votos, por lo que le corresponde una proporción mayor de este grupo de personas, mientras que a medida que el ingreso es mayor obtiene una menor proporción de votos. Por ello obtiene el 48% de los votos de las personas con ingresos de 1,517 pesos o menos, 31% de las personas con ingreso entre 4,452 y 15,170 y apenas un 22% de las personas con un ingreso superior 15,171 pesos. En contraste, la oposición obtiene una proporción mayor de votos de los grupos con ingresos más elevados, de manera que se queda con el 42% de los votos de las personas con ingreso entre de 1,517 pesos o menos, pero obtiene 57% de los votos del grupo de 4,452 a 15,170 pesos y un 56% de las personas con ingreso de 15,171 o más.
 
2.- El poder del abstencionismo
 
Muchos ciudadanos no salieron a votar en la pasada elección como reflejo del hartazgo de que las elecciones no sirvan para construir buenos gobiernos, pero su abstención fue determinante en los resultados generales. Simplemente hay que entenderlo así, si el abstencionismo fuera un partido político sus candidatos hubieran aplastado a todos los participantes en la pasada elección, pero como en realidad son votos nunca realizados sólo sirven para permitir que la decisión de quien gobernará recaiga sobre unos pocos, por lo que sin duda la abstención termina por obtener resultados contrarios a los que persigue, es decir, termina favoreciendo a esos partidos y candidatos a los que el ciudadano repudia.
 

En la totalidad de los distritos electorales de Veracruz el número de votos no emitidos fue 3.4 millones, mientras que el número total de votos emitidos para los partidos ganadores fue de 827 mil, es decir, la abstención fue cuatro veces superior a todos los partidos ganadores. Por distrito podemos ver que la abstención en ningún caso fue inferior a 110 mil votos no emitidos, como en Tantoyuca, y llegó a un máximo de 196 mil en Coatzacoalcos. En contraste ningún partido ganador obtuvo más de 59 mil votos, el registro más alto se dio en el distrito de Acayucan con 58 mil votos, pero hubo otros con apenas 30 mil votos como Coatepec. En todos los casos, la abstención por lo menos duplicó la votación del partido ganador como el caso de Tantoyuca, pero en varios otros fue más de cinco veces superior como el caso de Coatepec, Minatitlán, Xalapa Rural, Xalapa Urbano y Veracruz.

 
 
3.- La insensatez del voto nulo
 
Muchas personas salieron a votar en las pasadas elecciones para anular su voto, con el convencimiento de que ello dejaría claro a los políticos que la sociedad tiene poder para castigar a los partidos y a los gobiernos y expresar su enojo en las urnas, convencidos de que eso podría representar un cambio en los resultados electorales. Nada más alejado de la realidad. La ley elimina los votos nulos y recalcula el total de votos sin considerarlos, por lo que anular el voto equivale a abstenerse, es decir, no sirve para los propósitos que se persiguen. Gracias al voto nulo los partidos a los que se quería castigar resultaron ganadores.

 
Con el fin de mostrar el papel decisorio del voto nulo he sumado el número de votos nulos a los votos obtenidos por el partido que obtuvo el segundo lugar en cada distrito, con lo cual se puede observar que en 6 distritos esos votos nulos hubieran podido hacer que ganara el que obtuvo el segundo lugar. Tal es el caso de lo que sucedió en Córdoba, Orizaba, Martínez de la Torre, Zongolica, Papantla y Tantoyuca.
 
Es decir, si la intención de quien nulificó su voto fue hacer que el PRI perdiera, lo que consiguió fue lo contrario, porque esos votos nulos no le contaron a otro partido que podría haber ganado.

 
 

Hoy el gobierno del estado celebra el triunfo del PRI como si verdaderamente fuera un acto de legitimación social y una muestra de su popularidad y aceptación. Nada más lejano que eso. Los resultados de la elección no logran expresar el grado encono social debido a la siniestra habilidad de algunos políticos veracruzanos que saben sacar ventaja de la mediocridad y miopía de los votantes.
 
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