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Sección: Estado de Veracruz

Como en el Porfiriato, hoy los criminales protagonizan historias en los medios: Piccato

-Incrementar los castigos, paradójicamente no baja los delitos, sino al contrario, los incrementa

-En México, durante décadas hubo represión política a la prensa, pero en la “nota roja” había total libertad

-Estudioso en la Universidad de Columbia sabe todo lo que ha pasado en nuestro país

?ngeles Gonz?lez Ceballos Xalapa, Ver. 30/05/2011

alcalorpolitico.com

En la nota roja que se escribía en el Porfiriato los criminales eran los protagonistas de las historias,comosucede hoy día al seguir siendo la portada de los diarios. Pueden manipular la información, expresó Pablo Piccato, al presentar su libro Ciudades sospechosas.

El académico de la Universidad de Columbia, en Nueva York, dictó una conferencia sobre su análisis del comportamiento del periodismo en México a lo largo del siglo XX, desde 1926 y hasta 2009.

Como parte de las Jornadas de la Comunicación narró una serie de ejemplos sobre lo que fue la “nota roja” a lo largo de todos estos años que, en gran medida, sigue siendo muy parecida.

Contó ejemplos de cómo los periódicos y los reporteros policiacos se abocaban a investigar crímenes, incluso a resolverlos con la participación de la sociedad, lo que hacía o hace, incluso,

que tengan autonomía plena y gran libertad de expresión.

Al comparar los cambios que la prensa especializada en nota roja ha sufrido a lo largo de estos años, consideró que no ha sido tan trascendental, pues los criminales siguen siendo los protagonistas de las historias. Tal y como es hoy el crimen organizado, que usa el medio para enviar mensajes.

Aclaró que esto no implica que los reporteros policiacos sean instrumentos del crimen organizado. Si esto fuera cierto no habría tantos crímenes en contra de los profesionales de la comunicación como ha pasado en los últimos años, dijo.

“El periodismo no es sólo un títere… pero por desgracia es un hecho que los medios de comunicación, sobre todo la nota policial, se han convertido en un territorio de la violencia que tenemos hoy”.

En la “época dorada de la nota roja”, hacia los años 30’s y hasta los 60’s, se permitía una mayor libertad de expresión, pues cualquier cosa se podía contar, era muy crítica, era donde se encontraba la denuncia de corrupción, mientras que en la sección política se privilegiaba la declaración del funcionario.

“Hoy el crimen organizado utiliza esos lenguajes y concepciones que hay en la prensa para comunicar mensajes, utiliza recursos gráficos y la misma popularidad de la nota roja para aumentar su reputación o atacar a un grupo enemigo”.

Contó que en aquellos tiempos el reportero era los ojos y oídos del lector, pues había una gran libertad para inmiscuirse y gran cercanía con los policías, incluso se robaban la evidencia, tal como el caso del León Trostky. “El reportero era parte de la historia”.

Así también, en aquellos años los criminales se volvieron importantes, tal como hoy en día.

Sin embargo, expuso que la nota roja tiene prejuicios como la pena de muerte que no existía, pero existía la Ley Fuga que se aplicó a algunos criminales en nuestro país.

Pablo Piccato expresó que la nota roja también reproducía instintos muy autoritarios, muy represivos y violentos y desde entonces no se tenía ningún tipo de consideración hacia las víctimas del crimen. Es donde se podía ver la humillación al mostrar, por ejemplo,mujeres desnudas o hacerlas posar para la foto si habían sido encontradas vivas.

Aseveró que, para entender la historia del crimen, no hay que verla desde el punto de vista del Estado, de las instituciones, las cárceles, sino desde la mirada de la sociedad.

Puntualizó que durante los últimos 10 años del Porfiriato hubo un gran esfuerzo dedicado al castigo y al control de las conductas inapropiadas. Sin embargo, el crimen aumentó los niveles “que apenas se están volviendo a alcanzar”.

“Es una paradoja que los porfirianos no se dieron cuenta, pero su esfuerzo represivo no resultó en la disminución del crimen. Si vemos los índices, hoy a nivel nacional no es tan alto, estoy hablando de la imagen general del país. Si promediamos todos los estados y agarramos las tasas dividiendo la población por el número de crímenes, la tasa no es tan alta como era en el Porfiriato”, destacó.

Pero aclaró que hay estados en donde la tasa de criminalidad, a diferencia de aquella época, es mucho más alta, “pero en todo el país en general a’i nos vamos”.

Ponderó que el castigo no necesariamente tiene un efecto sobre el crimen en términos globales. Tal es el caso de algunos estados de Estados Unidos donde se estableció la pena de muerte y sin embargo los asesinatos no declinaron; al contrario, hay más.

El académico de origen argentino indicó que la asociación que se hace entre crimen y castigo es bastante “artificial”.

Consideró que al fenómeno que ocurre en México no se le puede calificar como una guerra, pues no hay dos enemigos plenamente identificados, semejantes, dos ejércitos, dos fuerzas. Más bien es un problema de hacer cumplir la ley y de salud pública.

Resaltó que, contrario a lo que se pudiera pensar, existe una violencia de género que sigue siendo demasiado frecuente y poco perseguida, situación que desde el siglo XIX no ha cambiado tanto.