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Sección: Estado de Veracruz

Sursum Corda

Con el Santo Rosario, sorprenderás a tu corazón en «flagrante delito» de oración

Pbro. José Juan Sánchez Jácome 05/10/2020

alcalorpolitico.com

Cuando nos dimos cuenta, el santo rosario ya estaba otra vez en nuestras manos. Sin que nadie nos dijera o nos hablara al respecto; casi de manera instintiva supimos qué hacer, a dónde recurrir y qué palabras balbucear ante la apremiante necesidad que sentíamos de hacer oración, de darle un giro espiritual a nuestra vida, de invocar al Señor.

En la vida cristiana fuimos descuidando y relativizando nuestra fe, incluida la vida de oración. Quedamos atrapados en los mecanismos de la modernidad que también repercutieron en la vida cristiana llevándonos a asumir formas novedosas, extravagantes y sensacionalistas de vida espiritual, en detrimento de los tesoros de nuestra fe y de los medios esenciales de crecimiento espiritual.

Bajo este nuevo paradigma modernista lo importante para hacer oración es únicamente sentirse bien, pasarse un momento agradable y liberarse de tensiones, a pesar de que los tiempos de oración no sean momentos de verdadero encuentro con Dios sino tiempos para seguir girando en nosotros mismos, poniéndonos como referencia absoluta.



Pero al sentirnos a la deriva, cuestionados, temerosos y desprotegidos en esta pandemia, nos hemos vuelto a conectar con esas bases esenciales en nuestra vida cristiana. En muchos casos se ha dado un reencuentro -por cierto conmovedor- con el santo rosario, y en otros casos ha habido un verdadero descubrimiento del mismo.

No se han planeado tanto las cosas ni tampoco se han dado de manera permanente campañas especiales. Pero se ha sentido y se ha entendido, en medio de la emergencia, que el santo rosario es un auténtico refugio espiritual que nos sitúa delante de Nuestra Santísima Madre y pone en nuestros labios palabras que salen del corazón, oraciones, sentimientos, súplicas y pasajes bíblicos que nos guían mientras seguimos avanzando en esta tribulación.

Ante la necesidad de hablar con Dios y de suplicarle su consuelo, el santo rosario nos ayuda a apartarnos por un momento de la tribulación que nos acongoja y nos hace experimentar el consuelo y la mirada de María Santísima para que nos mantengamos fieles a Dios y recibamos la gracia que nos permita fortalecer y animar a los hermanos.



Resulta conmovedor y esperanzador ver al pueblo de Dios volcado sobre el santo rosario, como lo hacían nuestros antepasados. Tantas limitaciones de toda índole no han impedido que las familias se reúnan para rezar el santo rosario y que los amigos se conecten en línea sólo con el propósito de estar unidos en el rezo del santo rosario para suplicar la fortaleza y el consuelo y ratificar el amor a la Santísima Virgen María. Son dignos de elogiarse estos testimonios de tantos hermanos que se mantienen perseverantes en el rezo del santo rosario durante la pandemia.

A pesar de haber caído en la trampa modernista y de habernos alejado de Dios, hemos sorprendido a muchos hermanos, como dice Jean Lafrance, en “flagrante delito de oración”: “Si llegas a la oración y no consigues entrar en contacto con Dios, toma el Rosario y recita lentamente una o dos decenas; muy pronto verás el resultado. Sorprenderás a tu corazón en «flagrante delito» de oración y serás introducido, sin darte cuenta en el corazón de la Santísima Trinidad por la oración de María”.

Que nos den esperanza las palabras de Santa Teresita del Niño Jesús que, convencida del poder del santo rosario, nos invita a no dejar de rezarlo por la salvación del mundo: "Mientras el Rosario sea rezado, Dios no puede abandonar al mundo, pues esta oración es muy poderosa sobre su Corazón".



Que además de las lunas, los rosarios de octubre sean los más hermosos de nuestra vida, especialmente para que nos quedemos prendados de María Santísima y formemos un ejército de intercesión por la paz de México y el mundo, así como por la superación de la pandemia.