Con éxito se realizó el concierto de la OSX con Los Ángeles Azules en Boca del Río

La impuntualidad del público del puerto de Veracruz tal pareció que contagió el inicio del concierto de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, que más de una hora después de la hora fijada abrió las puertas del World Trade Center, de Boca del Río, para que ingresara la gente.

Mientras, afuera era una pasarela de finos atavíos. La propuesta de moda del público porteño para asistir a un concierto fue variada. Eso sí, coincidió, noche de gala implicaba prendas con brillo. Elegantes, pues. Caballeros gallardos con sus sacos. Damas notables y distinguidas.

El maestro Lanfranco Marcelletti, alrededor de las diez de la noche, al dar la bienvenida, aclaró que la demora fue por fallas técnicas en el escenario, detalle que propició que las autoridades de Seguridad Civil no permitieran el inicio del concierto hasta que se resolviera.



Sin embargo la espera se olvidó gracias al talento del grupo artístico xalapeño, que brindó en su primera parte del concierto, lo mejor de su repertorio en conciertos masivos, como el Danzón, de Márquez; el Huapango, de Moncayo; así como otras populares composiciones que se interpretaron mientras se terminaba de servir la cena.

La llegada de Los Ángeles Azules, en la segunda parte, fue motivo para que todo mundo se pusiera de pie; algunos con celular en mano, para tomar fotos y videos de ese momento; otros, la mayoría, para bailar al ritmo de las multiescuchadas canciones del grupo musical proveniente del Barrio San Lucas, en Iztapalapa, ciudad de México.

Las canciones de la cumbia sonidera de la familia Mejía Avante, se derramó por todo el recinto, como invitación a mover la cadera, de las parejas bailadoras que deambulaban entre mesa y mesa o en la insuficiente pista de baile instalada enfrente del escenario.



Y se amaneció, bailando entre los flashes de las selfies.