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Sección: Estado de Veracruz

COVID-19: tormenta inesperada y furiosa: Obispo de la Diócesis de Tuxpan

El dolor y la muerte nos hacen experimentar nuestra fragilidad humana, expresó Juan Navarro

De La Redacción Tuxpan, Ver. 17/10/2020

alcalorpolitico.com


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Este año, marcado por los sufrimientos y desafíos causados por la pandemia del COVID-19, la Iglesia llama “a remar juntos”, necesitados de ayuda solidaria, señala Juan Navarro Castellanos, obispo de la Diócesis de Tuxpan.

En la víspera del Domingo Mundial de las Misiones, el jerarca católico apunta que esta llamada interpela tanto a la Iglesia como a la humanidad en la actual crisis mundial. “Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, llamados a remar juntos y necesitados de ayuda solidaria”, expresó.

Comparó que la emergencia sanitaria, al igual que en aquella barca, estamos todos, “como esos discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: ‘perecemos’, también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino sólo juntos”, enfatizó.



“Estamos realmente asustados, desorientados y atemorizados. El dolor y la muerte nos hacen experimentar nuestra fragilidad humana; pero al mismo tiempo todos somos conscientes de que compartimos un fuerte deseo de vida y de liberación del mal”, añadió el obispo en un mensaje especial para toda la población.

Asimismo, dijo que ahora la misión de cada uno es para pasar del yo temeroso y encerrado al yo reencontrado y renovado por el don de sí mismo.

“Comprender lo que Dios nos está diciendo en estos tiempos de pandemia también se convierte en un desafío para la misión de la Iglesia. La enfermedad, el sufrimiento, el miedo, el aislamiento nos interpelan. Nos cuestiona la pobreza de los que mueren solos, de los desahuciados, de los que pierden sus empleos y salarios, de los que no tienen hogar ni comida.



“Ahora, que tenemos la obligación de mantener la distancia física y de permanecer en casa, estamos invitados a redescubrir que necesitamos relaciones sociales, y también la relación comunitaria con Dios. Lejos de aumentar la desconfianza y la indiferencia, esta condición debería hacernos más atentos a nuestra forma de relacionarnos con los demás”, enfatizó.

Por último, expuso que la celebración la Jornada Mundial de la Misión también significa reafirmar cómo la oración, la reflexión y la ayuda material de sus ofrendas son oportunidades para participar activamente en la misión de Jesús en su Iglesia.

“La caridad, que se expresa en la colecta de estos días busca apoyar la tarea misionera realizada en la Iglesia, en nombre del Papa a través de las Obras Misionales Pontificias, para hacer frente a las necesidades espirituales y materiales de los pueblos y las iglesias del mundo entero y para la salvación de todos”, acentuó.