Con una reflexión de que el asesinato de un periodista es la manera más violenta de atacar la libertad de expresión, el sacerdote Alfredo Mazahua despidió en misa de cuerpo presente al comunicador Jacinto Romero Flores.
En la capilla de la Inmaculada Concepción de Potrerillo, el sacerdote comentó que hace aproximadamente un mes platicó con él y le preguntó si no le daba miedo la función que desempeñaba, a lo cual le respondió que el respeto y los valores se habían perdido.
Señaló que Jacinto deja un hueco en su familia pero también en la sociedad, la cual debe además meditar que no se trata de un asesinato más, sino de la vulneración al derecho a la libertad de expresión.
Al terminar hubo aplausos para Jacinto y una porra de sus compañeros periodistas que siguieron todos los presentes.
La capilla resultó insuficiente para albergar a la esposa, hijos y demás familiares y amigos del malogrado periodista.
Tras salir de la misa, el cuerpo fue llevado a su vivienda, de donde más tarde partiría hacia el cementerio municipal, en donde por la contingencia únicamente se permitiría la entrada a 20.