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Sección: V?a Correo Electr?nico

Denuncia comportamiento parcial, arbitrario e ilegal del Juez VI civil, en Xalapa

Allanó domicilio por un juicio de divorcio en que ha tomado partido por una de las partes

12/09/2012

alcalorpolitico.com

JUEZ AUTORITARIO, ARBITRARIO Y PREPOTENTE ALLANA MORADA Y VIOLA DERECHOS CONSTITUCIONALES

A LA OPINIÓN PÚBLICA

DENUNCIA

En virtud de hechos -que expongo a manera de antecedentes- derivados de un proceso de divorcio entre uno de mis hijos y su aún esposa, que ha resultado en una serie de demandas y contrademandas por cuestiones de la convivencia del menor, mi nieto -en depósito con su abuela paterna-; y que tienen su origen en las actitudes y comportamiento de la madre del menor, quien desde el inicio rompió con las disposiciones legales estipuladas en el depósito sobre la convivencia con su hijo, pues ella rechazó, y sigue rechazando de manera expresa, cualquier relación, acuerdo o ánimo de conciliación, empecinada en lograr sus propósitos de convivencia por medios coercitivos: demandas, amenazas, insultos, injurias y actitudes insolentes, mostrando una conducta y actitudes inapropiadas; recurriendo en repetidas ocasiones al uso de la fuerza pública para amedrentar a mi hijo y tratar de imponer su criterio, incluida la detención del menor por la AVI, quien permaneció cerca de media hora en el interior de una patrulla, hasta que mi hijo presentó el amparo correspondiente para que lo liberaran, lo que ha creado una situación conflictiva con graves efectos psicológicos para el niño.

Dentro de este contexto de demandas y contrademandas, se ha visto involucrado el C. Javier Castellanos Chargoy, Juez VI de primera instancia, quien le ha brindado a la madre del menor un apoyo incondicional -contradiciendo su elevada responsabilidad de impartir justicia-, sin tomar en cuenta las pruebas y argumentos que le ha presentado la contraparte para que actué con estricto apego a las circunstancias que prevalecen sobre dicha situación.

Precisamente, y como último acto de parcialidad y soberbia del mencionado Juez, el pasado 7 de septiembre, un poco antes de las 16:00 hrs., estando en mi casa con mi esposa, mi hijo y mi nieto, el susodicho, encabezando a un grupo de alrededor de 12 hombres y mujeres, incluida la madre del menor, auxiliares, abogados, policías y un cerrajero, irrumpieron en mi domicilio de manera violenta y agresiva, golpeando los cristales de la ventana y el portón de entrada, y oprimiendo con insistencia el timbre. Al escuchar el ruido provocado por ellos, y ante la eventualidad de que pudieran ser algunos maleantes -hasta ese momento ignoraba de quien se trataba-, pues en días recientes vecinos de mi casa fueron asaltados y robados por hombres armados, situación que ha creado un clima de inseguridad y temor entre los colonos. Ante los hechos, nos comunicamos con nuestros abogados para preguntarles sobre ¿qué hacer?, indicándonos que no abriéramos hasta que ellos llegaran. Después de aproximadamente diez minutos de insistir con sus golpes, los personajes mencionados procedieron a introducirse al garaje de mi casa para que un cerrajero, contratado ex profeso, forzara la puerta. Después de casi media hora de insistir, finalmente violaron la cerradura y se introdujeron en mi domicilio, suscitándose las siguientes incidencias:

- Al entrar el juez le manifesté que estaba allanando y violentado mi casa. El dijo que iba a cumplir una diligencia, identificándose con una credencial y mostrando un documento que no me permitió leer para saber de qué se trataba. El Juez ya había estado antes en mi casa para interrogar por casi una hora a mi nieto y tratar de convencerlo de que declarara en favor de su mamá, sin conseguirlo. El niño ha sido sometido varias veces, por gestión de su madre, a interrogatorios de los jueces para que emita juicios de valor sobre sus padres, a lo que se ha negado, con toda razón.

- Una vez dentro de mi domicilio, el Juez ordenó que se presentara mi esposa y mi nieto, a lo que me opuse. Le pedí que esperaran al abogado a lo que replicó: “no vamos a esperar al abogado, porque el abogado va a llegar cuando él quiera”. Justamente cuando estaba poniéndose tensa la situación, llegaron nuestros abogados, quienes fueron autorizados por el Juez a pasar, pues en el exterior había varios policías franqueando la entrada. Toda su actitud prepotente y autoritaria cesó cuando el abogado le mostró un amparo expedido por un Juez Federal, por lo que suspendió un rato después la diligencia.

- La acción del Juez, a todas luces ilegal y arbitraria, pasó por encima de un ordenamiento superior en virtud del apresuramiento y mala fe; implicó también allanamiento de morada, pues no se presentó ninguna orden de cateo en los términos del artículo 16 constitucional; la diligencia continuó por casi una hora con la presencia de toda la gente que lo acompañaba, a pesar de habérsele mostrado el amparo federal, siendo que procedía la suspensión inmediata de la diligencia; la actuación –ilegal- del Juez estuvo marcada por una evidente parcialidad en favor de la madre del niño, además de permitirle actitudes burlonas e insolentes; los argumentos expresados por el Juez, en voz alta y recogidos en el documento respectivo de la diligencia, no muestran sustento lógico ni conocimiento de las disposiciones jurídicas pertinentes; se afectó psicológicamente a mi familia, principalmente a mi nieto, que era justamente lo que se quería evitar; y no permitió el uso de la voz a la parte afectada.

- De todo lo expresado en este documento existen diferentes pruebas documentales y de testigos.

- Ante la naturaleza de lo ocurrido, solicito al Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado y al Consejo de la Judicatura del Estado de Veracruz, que se revise la actuación del C. Javier Castellanos Chargoy, Juez VI de primera instancia, y se tomen las medidas pertinentes para que su actuación sea digna de la función de un Juez, pues su actuación, a la luz de lo ocurrido en mi domicilio, fue totalmente parcial en favor de una de las partes, violando mis garantías constitucionales. Desafortunadamente este tipo de personas encargadas de impartir justicia, en lugar de cumplir esa alta encomienda, actúan de acuerdo con sus propios intereses, desacreditando a las instituciones y causando daños a la sociedad.

Atentamente

Jesús Jiménez Castillo