Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Estado de Veracruz

Día de La Candelaria conmemora consagración de Jesús en el templo: Sacerdote

Helkyn Enríquez Báez afirmó que prevalecerá la oscuridad mientras Cristo no sea “la luz de las naciones”

Lissette Hern?ndez Orizaba, Ver. 02/02/2017

alcalorpolitico.com


Click para ver fotos
Este 2 de febrero, cuando se celebra la Fiesta de la Candelaria, es indispensable que la gente recuerde que si Jesús no es la luz de su vida, la oscuridad de la injusticia, del odio, del mal prevalecerá, afirmó el vocero Diocesano, sacerdote Helkyn Enríquez Báez.

Recordó que está festividad tiene su base en la presentación que se hizo de Jesús en el templo para consagrarlo y el acto de purificación que se pedía a las mujeres.

Añadió que está celebración se acompaña por la velas o candelas, que significa lo que Simeón dijo: Jesucristo es luz del mundo de las naciones.



A igual forma el presbítero apuntó que ante esta fiesta la gente debe hacer un alto en su vida y proceder al encuentro con Dios y reconocerlo como el único que puede iluminar el corazón, la mente y más.

Y es que comentó que en tanto no sea Cristo la luz de las naciones, de las comunidades y de la vida misma de cada ser humano, entonces prevalecerá la oscuridad de la maldad.

De igual forma recordó que hay una tradición en México de vestir el niño Jesús, pero se tiene que hacer de acuerdo a su dignidad, “por tanto no es adecuado vestirlo de un arcángel, de un santo, porque estos no son más santos que Cristo, él es el Santo de los Santos. Él es Dios, los demás somos criaturas”.



Añadió que lo más correcto sería que la gente lo vistiera de blanco, porque hacerlo del equipo favorito de futbol es convertir al niño Dios como un muñeco, "parte de la cultura del relativismo se manifiesta en la pérdida de la dimensión de lo sagrado”.

Finalmente, acotó que no sólo es llevar a bendecir la imagen, sino que también debe haber un cambio en el interior del corazón y arrepentimiento.



“Si no, dejamos a Jesús fuera, no lo dejamos entrar a nuestro corazón. La forma de hacernos amigos de Dios es ir al encuentro con él en oración, por medio de su palabra, y comprometernos a compartir de él”.