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Sección: Estado de Veracruz

El aeropuerto que mandamos a volar…

Jorge Salazar García 05/11/2018

alcalorpolitico.com

Ante las reacciones desmesuradas de los grupos empresariales mexicanos generadas por la cancelación del megaproyecto de Peña, es pertinente hacerse algunas preguntas para intentar desenmarañar toda esta bathaola. Van, para empezar, estas ocho: ¿Por qué tanta alharaca de la oligarquía en contra de la consulta? ¿Qué defienden, realmente? ¿Es cierto que su interés es proteger el dinero de los trabajadores (AFORES)? ¿Están sinceramente preocupados por la pérdida de los recursos públicos invertidos? ¿Velan efectivamente por el cumplimiento de la Ley? ¿La decisión de los consultados mermará sus ganancias? ¿Qué se gana con la cancelación del NAICM? ¿Está en riesgo el futuro de México? Como se dice en el teatro: ¡comenzamos!...

¿Por qué tanta alharaca?
El resultado de la consulta, adverso a los deseos de los dueños de las compañías involucradas en la construcción de nuevo aeropuerto de la ciudad de México (NAICM), los afecta en dos aspectos: en lo económico y lo político. La afectación en lo material, sin duda, es asimilable e incluso rápidamente recuperable. No así el golpe político que afecta su “IMAGEN” de mandamases, impuesta durante 30 años y ganada al imponer sus criterios mercantiles al Estado. Acostumbrados a ver cumplir sus órdenes, perciben como humillante acatar la voluntad de quienes consideran sus lacayos. Además, a mi parecer, sus exabruptos responden a un sentimiento de PÉRDIDA de “Poder” visto este como el potencial que tiene una persona (o grupo) para imponer su voluntad a otros. Estos personajes, habituados a mandar, no pueden tolerar la mengua de ese privilegio. Sus actitudes manifiestan los síntomas de un trastorno de personalidad llamado “Síndrome de Hubris” (No, no sea mal pensado, nada tiene que ver con ninguna ubre) que se manifiesta en la incapacidad de un sujeto para aceptar menoscabo o pérdida de “Poder”. Quien lo padece, se caracteriza por tener ideas fijas preconcebidas, rechazar posturas críticas, son narcisistas, prepotentes, egoístas y les resulta casi imposible cambiar porque la cura debe darse a través de una aceptación de la pérdida, siempre y cuando el mismo afectado se inyecte fuertes dosis de HUMILDAD. Esto último, como se comprenderá significa admitir un estatus contrario al asumido durante toda la vida. De ahí se derivan sus furiosas reacciones.

¿Qué defienden?
En lo material pretenden proteger sus “negocios” (derecho de rapiña); y también, como antes se mencionó, cuidan sus privilegios ante el PODER. Al ser una ínfima menoría1 groseramente enriquecida mediante el saqueo de las arcas públicas, tienen que recurrir a la manipulación o contratación de voceros, sicarios y acarreados para defender su “estado de derecho”. Por esta causa convocan a su primer cacerolazo el próximo 11 de noviembre. Seguramente, pocos irá; nadie, con un mínimo de sentido ético asumiría como propia la defensa de ese monumento (NAICM) a la pudrición. A pesar de ello, las redes, en su infinita bondad, ya propusieron consignas para su marcha. Cito algunas: ¡Queremos un gerente, no un pinche Presidente! ¡Amigo, banquero, tu inversión está primero! ¡Por el bien de México, primero los FORBES! ¡Es un honor, estar de mamador! ¡Aquí y allá, la tranza triunfará!¡ Sin teta, ni aviones nos bajan los calzones!

¿Es cierto que su interés es proteger el dinero de los trabajadores ?
¡Sí, por supuesto! Pero no por lo que dicen. Su interés en este aspecto es continuar capitalizando sus empresas con los ahorros de los trabajadores, NO mejorar las pensiones.

¿Están sinceramente preocupados por la pérdida de los recursos públicos invertidos?
No en el sentido que lo pregonan. Su preocupación es perder el acceso a esa fuente inagotable de riqueza generada por los mexicanos que SI trabajan.

¿Velan efectivamente por el cumplimiento de la Ley?
Absolutamente NO, al menos cuando aquella ampara a los ciudadanos. Para estos señores, los Derechos Humanos estorban a sus negocios. Fueron ellos los que impusieron el Pacto por México, dando paso a la desregulación de las leyes privilegiando el interés privado por sobre los derechos colectivos.

¿La decisión de los consultados mermará sus ganancias?
Las empresas que tengan en regla sus contratos y los estén cumpliendo, NO sufrirán daños; y si los hubiera, ya tienen garantizada la indemnización; no así las que estén cometiendo delitos (sobrefacturación, saqueos, etcétera). Lo mismo ocurrirá a quienes depositaron sus expectativas de ganancia en la especulación inmobiliaria (en el viejo y alrededor del nuevo), franquicias de tiendas y concesiones de prestación de servicios que se generarían por el megaproyecto. Eso les duele.

¿Qué se gana con la cancelación del NAICM?
Por lo pronto habrá un ahorro económico por más de 100 mmdp. Hay que agregar la recuperación del RESPETO para los pobladores afectados, la flora, fauna, medio ambiente y los recursos hídricos comprometidos. Incluso, con esta decisión, podría comenzar a restaurarse la soberanía política de México secuestrada por los millonarios.

¿Está en riesgo el futuro de México?
No más que siempre. Sin embargo, de haber continuado el régimen corrupto neoliberal, puesto al servicio de 16 familias (los Salinas, Hank Rhon, Slim, Baillèrez, Arango, Larrea, Beckmann, Roberto Hernández, David Peñaloza, Harp Helú, Emilio Azcarraga, Alemán Velasco, grupo Herdez, grupo Banorte, familia Servitaje, Antonio del Valle[1]) la rebelión violenta hubiera sido inevitable. Afortunadamente, el pueblo conjuró esa posibilidad mandando a “VOLAR” a los candidatos proempresariales el pasado primero de julio eligiendo a quién les ha dado esperanza de terminar con la corrupción, la injusticia y la impunidad.

Para concluir, debe advertirse que la promesa de AMLO de separar el poder político del económico tendrá saboteadores de afuera y adentro de su gobierno. Poco a poco, panistas, priistas, verdes, perredistas, dantista, lideres charros, televisoras, radios, escuelas privadas, fundaciones y prensa chayotera irán mostrando el cobre (o el oro) para defender con furia lo que los define: su parasitismo.

¿Hay salida?- siempre la hay, está en quienes creen posible un mundo mejor. Pero se necesita organización.

[1] https://www.sinembargo.mx/31-10-2018/3490581