El alpinista Tom Perry llegó para escalar, descalzo, el Pico de Orizaba

El reconocido alpinista, de talla mundial, Tom Perry, quien escala las montañas descalzo, sin botas de monte, pero calzando un par de indispensables crampones, llegó este día a Orizaba, donde su nuevo reto será escalar la montaña más de grande México; el Pico de Orizaba.

En este sentido Tom, explicó en su poco español, que esta actividad la realiza porque para él es muy importante regresar al contacto del hombre con la naturaleza, “la tecnología es importante, pero más importante es el hombre, su espiritualidad del hombre es lo más importante”.

Externó que esta expedición se la dedicará a la virgen de Guadalupe, de igual forma hizo una comparación de México con otras culturas como la Egipcia, porque expuso, que hay similitud en sus joyas arquitectónicas y también destacó un parecido ya que los antiguos de ambos países estaban en contacto con la naturaleza.

Su compañero de expedición, el coronel del Ejército de Italia, Giuseppe Magrin, comentó que este hombre ha escaldo un sinnúmero de montañas en todo el mundo, donde la característica es que realiza esta actividad pero descalzo y en algunas ocasiones en el momento del descenso, sólo utiliza crampones (elementos metálicos adaptables a la suela de determinados tipos de bota para posibilitar o mejorar la adherencia de ésta a superficies heladas o nevadas).

“Siempre baja sin zapatos, pero el problema aquí, en el Pico de Orizaba, es que hay mucha nieve y hielo, por eso Tom Perry construyó un crampón especial que coloca debajo de los pies con cinturones y con esto intenta subir y bajar la montaña”.

Dijo el Coronel que este es un reto que alcanzará un nuevo record, porque es una montaña muy alta, “no hay otro alpinista que haga este deporte que se llama “rock foot, que significa el pie en la roca”.

En la expedición lo acompañan ocho personas más; dos mujeres y seis hombres entre los que destacan este Coronel y un periodista Italiano.

Tom Perry es el único hombre en todo el mundo que está capacitado para aguantar el frío, para quedarse horas sin calzado sobre la nieve y el hielo; es un atleta ya conocido a nivel internacional, el único que pueda subir y bajar descalzo de los montes.

En el 2002 comienza su historia: escaló montañas como las Tofane, el Cristallo, la Marmolada. Sobre los Alpes; en el 2004 Kilimangiaro, que con sus casi seis mil metros es la montaña más alta del continente Negro; en el 2005 desafía con éxito los volcanes de Bolivia, todos por encima de los seis mil metros. Siempre en América del Sur se hace protagonista de otra clamorosa proeza atravesando, siempre descalzo, el salar de Uyuni, el lago salado y helado más alto del mundo, a 3750 metros, y el tórrido desierto de Atacama.

Ya para el 2006 la consagración a nivel internacional. Tom Perry participa en Himalaya a la expedición con meta el Makalu, 8456 metros, la quinta montaña del mundo. Descalzo, recorre los valles más remotos e inaccesibles de Nepal hasta el campo base, (puesto a 5700 metros de altura), llevando consigo la antorcha de las olimpiadas de invierno de Turín, que llevaba excepcionalmente el autógrafo del Dalai Lama; en el 2007 es autor de dos pruebas espectaculares, cuyas imágenes dan la vuelta a lado de una incandescente colada lávica y escala los 3785 metros del Fujiama, la montaña sagrada símbolo de Japón.