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Sección: Estado de Veracruz

Las palabras de la ley

El artista y su visión del Derecho

Salvador Martínez y Martínez Xalapa, Ver. 14/07/2021

alcalorpolitico.com

Un homenaje a las abogadas y a los abogados de Veracruz (12 de julio).

Han pasado años desde que Teodoro Cano García rindió un homenaje a la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana y, por lo tanto, a sus egresados, el Maestro Cano dijo: “...un grupo de artistas, maestros y alumnos de la propia Universidad, presentamos un proyecto para realizar en la fachada izquierda del edificio de la Facultad, un relieve cuyo tema es ‘La Justicia´.”

Teodoro Cano García (1932-2019). Nació en Papantla, Veracruz. Gracias a una recomendación de Diego Rivera fue becado por el Gobierno de Veracruz para estudiar la carrera de Artes Plásticas en la antigua Academia de San Carlos, de la Universidad Nacional Autónoma de México.



En la Gaceta de la Universidad Veracruzana, número 33 de octubre de 1995, al referirse a su obra, Teodoro Cano explica: “En ella se aprecia una concepción clara y nítida de lo que es vertical, recto, justo, sujeta a las fuerzas del mal y del bien, posición que fortalecen el Derecho y la Constitución en bien del hombre, de la familia.”

Dicha posición o, mejor aún, proposición, cuya fantasía creadora mira al futuro y no considera que “Todo tiempo pasado fue mejor”, hace recordar el Diccionario de Filosofía de Walter Brugger: “El artista es un vidente que penetra hasta los más íntimos fundamentos de todo ente, hasta las ideas creadoras de Dios, y un creador que puede expresar su visión en la obra; contemplar y crear son en él una sola cosa.”

Por ese recuerdo, sentimos la tentación de afirmar que el Maestro con su obra intentó pronunciar el aserto de que: el derecho es lo justo en sí mismo. Pero, nuestro artista distinguió el Derecho de la Moral, ya que su concepción, nos dice, está sujeta “...a las fuerzas del mal y del bien...”



Después, Teodoro Cano muestra que el Relieve, en proceso de creación, es imponente: “El relieve tendrá las medidas de 12 metro de alto por 10 metros de ancho, se realizará en la técnica Relieve en concreto, con materiales que permiten su permanencia por un mínimo de 100 años y se recomendará su conservación y mantenimiento.”

A las palabras de Teodoro Cano se agrega un texto que podría ser de alguien cercano a él, quizá otro maestro de aquellos que participaron en el proyecto (el documento no dice quién fue) y ese texto tiene una parte que conviene rescatar: “Su idea central [la del Relieve] es el Derecho, la Ley que protege a la familia, representada en este caso por campesinos totonacas”.

Notamos que el comentarista anónimo introduce en la contemplación de la obra aquello que los juristas denominamos “derecho positivo”, el Derecho ya no es, como inferimos de las palabras de Teodoro Cano, lo justo en sí mismo, sino la Ley que protege a la familia y señala lo que es la impronta del autor principal representada en este caso por campesinos totonacas.



La libertad que admite la interpretación de una obra artística nos alejó de cualquier discusión entre las palabras del autor y las de un posible coautor del Relieve. Además, “En oposición al arte, el elemento de la ciencia es el concepto que, junto a la visión del artista posee su irremplazable significación. Sin embargo, el arte está en disposición de hablar con la belleza más íntimamente que la ciencia con el concepto.” (Walter Brugger).

Si se destacó aquella libertad en la interpretación de una obra artística, es porque las abogadas y los abogados solemos –y debemos- trabajar con menos libertad, ya que la interpretación de la ley impone la búsqueda de la interpretación justa.

De cara al Relieve y, una vez concluido, sentimos la belleza de la obra en su totalidad, nos dejamos invadir por ella. Sentir es lo primero. Después, la reflexión nos llevó hacia algo que el artista conoce bien, al menos respecto de trabajos de esta índole, arte y oficio manual coinciden en que ambos producen una obra sensorialmente perceptible. No obstante, el oficio manual apunta a lo útil, provechoso, mientras que el arte se dirige a lo bello.



Más tarde, al admirar los detalles del Relieve, pasaron como relámpagos algunos pensamientos de orden jurídico. De arriba hacia abajo y de una manera estática, la obra artística expresa que la Justicia sigue al Derecho. Consecuentemente, de los “Diez mandamientos de los abogados” del pensador uruguayo Eduardo Juan Couture Etcheberry habría que enmendarle la plana en el cuarto mandamiento: tú deber es luchar por el Derecho y, al hacerlo, luchas por la Justicia.

La imagen de la mujer de los ojos vendados, tradicional símbolo de la Justicia, sostiene con firmeza la balanza que simboliza la racionalidad del Derecho. Del Derecho que piensa, esto es, que pesa todos y cada uno de los asuntos que guarda en su seno cada caso particular y concreto. En cambio, la espada está quieta y, aunque simboliza la fuerza del Derecho, se presenta solamente como la posibilidad de su uso (última ratio) y nunca su empleo sistemático.

En la parte inferior, la obra nos dijo que el Derecho está -debe estar- al servicio del ser humano, de la familia humana, simbolizada explícitamente por una familia totonaca.



En el medio se observa algo que sólo puede hacer un artista auténtico: poner en movimiento una obra rígida, esto es, la presión del mal y del bien sobre la Justicia. Moral y Derecho, un tema sobre el cual juristas y filósofos del Derecho han gastado ríos de tinta.

Y, por último, en la parte baja, tras de la familia totonaca, un proceso histórico (otra vez el movimiento en una obra estática). Pero, aquí hay algo más importante: “siempre en mayor o menor medida, la protagonista del derecho vivo es la ´contradicción fatal’ entre las leyes rígidas y la fluidez de la vida social” (R. De Angel).

En esta ocasión conviene aclarar que, en 1995, no se celebró la fundación de la Facultad de Derecho (tema discutido y discutible), sino que se celebraron los 75 años del reconocimiento de la Escuela de Derecho de Veracruz por parte del gobierno, en 1920.



Este reconocimiento recayó sobre la Escuela libre de Derecho de Manuel Aparicio Güido que existía en Xalapa desde 1918. Por esto, a él se le reconoce como fundador y al reconocimiento como fundación. Lo cual, justifica las palabras iniciales de Teodoro Cano en la explicación del Relieve, pues asevera que se realizó “Con motivo de los 75 años de la fundación de la Facultad de Derecho, pionera de la hoy gran Universidad Veracruzana".

Digamos para terminar que la Constitución Política de México en el artículo 4, párrafo doce, establece: “Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en la materia, así como el ejercicio de sus derechos culturales…”

El derecho humano de acceso a la cultura, se traduce como la posibilidad real y efectiva que tienen los gobernados de acceder a toda forma de práctica, promoción y preservación del bagaje pluricultural que impera en la nación mexicana (Carlos Antonio Vázquez Azuara).



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