El COVID-19 te va deteriorando “horrible”, advierte coatepecano que lo superó

“Es una enfermedad horrible, que no quisiera que otra persona pasara lo mismo. Son emociones encontradas cuando le dicen a uno: Ya la libraste; se quiere uno hincar a dar gracias a Dios”, expresa el agente municipal de El Grande en Coatepec, Paulino C., quien recientemente padeció COVID-19.

El también enfermero de profesión en el Centro de Alta Especialidad (CAE), quien después de 30 días ha superado la enfermedad que lo dejó con un peso de 53 kilos y otras secuelas, hace un llamado a las personas que aún no creen en el virus y siguen incumpliendo las medidas sanitarias como el uso del cubrebocas y la sana distancia.

Y es que Paulino señala que la enfermedad es “dura” y puede quitarte la vida, además de ser cara, pues los medicamentos superan hasta los mil pesos de manera privada, pues admite que en algunos hospitales públicos no quieren ni revisar a los pacientes y atienden “desde lejos” por temor.



El empleado de salud comenta que hace público su caso para que la gente reflexione y se cuide, pues no hay otra manera de evitar esta enfermedad.

“Que se cuiden porque hay muchas personas que no creen en esto, todavía andan sin cubrebocas, sin hacer caso a las instrucciones que los gobiernos dan. Aparte de cara esta enfermedad, hay médicos que no están acostumbrados a esta enfermedad hay que entrarle a lo particular y es caro, hay medicamentos muy caros y a como está la situación.

Que se cuiden, no hay otra forma, hasta que no tienes la enfermedad es cuando ves la realidad, hasta los médicos tienen miedo para revisar a los pacientes. En el ISSSTE sólo te dan paracetamol y te mandan a resguardo, de lejos porque no son para checarte los pulmones ni nada. La enfermedad te va deteriorando horrible”, expresa.



Asimismo, explica se trata de una enfermedad que va evolucionado, pues primero se presentan unos síntomas y con el paso de los días se van incrementando, hasta que hay falta de oxigenación, fatiga y la dificultad para respirar.

“La enfermedad no es que ataque tal cual, va evolucionando, primero dolor de articulaciones, cabeza, pérdida del sentido del olfato, gusto, suda uno mucho, pierdes muchos líquidos, en 20 días no me dio hambre, me tenían que poner suero. El oxígeno se va abajo, al hablar se cansa uno, quedan secuelas, queda ansiedad. Dios quiera y nadie las viva, porque es muy difícil”.

Por ello hizo un exhorto a la población a extremar precauciones, pues se acerca la temporada de frío y con ellos las neumonías y la influenza.