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Sección: Vía Correo Electrónico

El cuarto Poder en la 4ª transformación

Jorge Salazar García 06/05/2019

alcalorpolitico.com

De acuerdo a cifras oficiales puede afirmarse que la mayoría de mexicanos hemos sido víctimas, directa o indirectamente, de algún crimen en nuestro País. Los abusos en los precios de productos y servicios, las extorsiones, cobro de piso, secuestros, mordidas, moches, impuestos injustos, topes salariales, el anatocismo, cuotas y negocios escolares y comisiones en los bancos, son algunos de los agravios infringidos impunemente a lo largo y ancho de la república, cuya inercia no puede ser detenida apelando a la buena voluntad de los autores transpirantes de codicia. El presidente, aún con la aceptación que tiene, es incapaz de expulsar a los mercaderes a latigazos sin el poder popular. Probablemente, por esa razón le ha pedido a la gente, en más de una ocasión “No me dejen solo”.

Cuando AMLO identificó a la “corrupción” como origen de nuestros males, posiblemente lo hizo para no provocar a sus beneficiarios revelando a los verdaderos culpables de la ruina nacional a quienes, por cierto, aún NO se les ha quitado un centavo de lo robado y, lo peor, siguen libres sangrando a los desposeídos y disfrutando de sus privilegios. El ejecutivo, ya lo sabe; separar el poder económico del político y reencauzar el rumbo de la Nación por senderos de paz y justicia permanentes, requerirá de golpes de timón para cambiar la dirección del barco. Con declaraciones y acciones aisladas, teniendo en contra a una mafia de gobernadores, jueces y corporaciones económicas, NO se derrumbarán las estructuras delincuenciales fortalecidas durante 30 años de Neoliberalismo. Si el presidente cree poder ganarse la confianza de los poderosos incluyéndolos en su gobierno, se equivoca; pierde el tiempo porque aquellos sólo confían en sus ganancias. O tal vez, siguiendo la estrategia de Don Corleone (El Padrino) para controlar a la mafia, mantiene más cerca a los enemigos que a los amigos. Esto se entiende, pero esas alianzas deben ser temporales o se perpetuará la injusticia.

Comparando al Estado con una mesa de 3 patas (tres poderes), a AMLO le corresponde sostener una, la del Ejecutivo; el aseguramiento de la segunda, el Legislativo, es compartido entre MORENA y los otros partidos; y la tercera es controlada por la mafia judicial. Estando así el trebejo, es una mesa insegura, tambaleante, siempre en riesgo de caer o de ser derrumbada, por ejemplo, con marchas como la del 5 de mayo. Con esta analogía parecería que el presidente posee la mitad del poder (1.5), pero no es así, ni siquiera el EJECUTIVO lo tiene completo al mantener en su gabinete agentes del pasado régimen. Del legislativo ni hablar, ahí están los infiltrados del capital. Difícilmente se podrá dar cumplimiento al nuevo Plan de Desarrollo Nacional en estas condiciones; se requiere construir una mesa sólida de cuatro patas, con pocas probabilidades de ser tirada dándole sacudidas o provocando vendavales. Por supuesto, el cuarto pilar estaría

constituido por el PODER POPULAR organizado.

Insistimos, no se puede generar un justo bienestar social sin acotar la codicia de los ricos, procesar generales, banqueros y políticos traidores. El presidente mismo lo reconoció: la riqueza nacional esta controlada por los dueños de los monopolios de alimentos, almacenes, fertilizantes, bancos, trenes, carreteras, puertos, playas, presas, minas, espacio aéreo, radioemisoras, televisoras, internet, universidades, plantas de energía, de acero, de cemento, flotas de camiones, emisión de moneda, divisas y demás. Con la mano en la cintura, los capitalistas, en cuanto sepan, por ejemplo, que les van a gravar su riqueza, desestabilizarán completamente al País. Viven de eso y para eso. ¿Estamos preparado…?